 |
| Con el jefe de Gobierno distraído en el Mundial, las fuerzas opositoras se arman para pelearle la Ciudad en 2015. (Dibujo: NOVA) |
Por Bruno Poggi, acreditado de NOVA en la Legislatura porteña.
Los privilegios del poder son muchos, y Mauricio Macri, un hombre que se crió con demasiados, sabe hacer uso de ellos. Este domingo, como si ocupara el lugar del desfalcado peluquero Roberto Giordano, el jefe de Gobierno alentará a al Selección Argentina durante su partido contra la difícil Bosnia.
Macri tiene un historial de viajes impresionante, es más, durante muchas de sus prolongadas ausencias al frente de la administración porteña, la Ciudad sucumbió ante crisis inesperadas: apagones generalizados, inundaciones y hasta incendios. De esos momentos de tensión, nació, o mejor dicho, se fortaleció ante la opinión pública la figura de María Eugenia Vidal.
Por lo tanto, Vidal hubiera sido la candidata obligada para suceder a Mauricio en el sillón de Bolivar 1. Pero no, aunque desde el PRO digan que fue por una decisión personal, en realidad, Macri la confinó a pelearle, en una batalla quijotesca, la gobernación de la provincia de Buenos Aires al peronismo. A un año de las elecciones, Vidal no alcanza los dos dígitos en la intención de voto.
Equivocado o no, Mauricio eligió a Horacio Rodríguez Larreta, su mano derecha y sostén, como sucesor, a pesar que Gabriela Michetti haya conseguido más del 40% de los votos en las elecciones de medio término del año pasado, y ostente ahora, el primer escaño en la Cámara Alta nacional que el partido consiguió con un cuadro propio: tanto Diego Santilli y Alfredo de Angeli, provienen de extracciones políticas diferentes.
Ahora bien, una vez implementadas las PASO en la Ciudad desde el 2015 a través de un proyecto que aprobó la Legislatura y firmó el mismo jefe de Gobierno, desde el PRO anuncian que dirimirán la interna en esa instancia. La pregunta surge por sí sola, a casi un año: ¿no es momento que el PRO se defina? Si se duerme en los laureles, ¿puede perder la Ciudad, un distrito que parece haber enrejado?
Bueno, bajo esa premisa traccionan las fuerzas opositoras: el kirchnerismo y el Frente Amplio UNEN (FAU). Si la intención del Gobierno nacional es sentar a todos los candidatos y pasar lista a los que ya se anotaron en la carrera electoral, podría pasarse toda una tarde. Los candidatos son disímiles en sus propuestas y provienen de las organizaciones que nutrieron al kirchnerismo en la última década.
Los niños mimados de La Cámpora, pretenden imponer al titular Aerolíneas Argentinas, e “hijo de”, Mariano Recalde. Mientras que el ala pejotista de base pretendería posicionar al flamante presidente del partido en la Ciudad, y titular del respetado Suterh, Víctor Santa María. Si bien Recalde maneja una de las cajas más importantes de la administración nacional, y cuenta con el apoyo en su gestión de Cristina Fernández de Kirchner, a Santa María, fuentes del partido lo definieron como un “león hambriento”, dispuesto a cazar a su presa en todo momento y cualquier lugar.
Además, esta semana la Ciudad fue empapelada con carteles sugerentes que anunciaban una posible candidatura del líder del Movimiento Evita y actual legislador porteño del Frente para la Victoria, Jorge Taiana. Desde su despacho, le aclararon a NOVA, que Taiana nada tiene que ver con esos carteles y que provienen de un sector de la militancia que lo impulsa como candidato. A su vez, desde la Legislatura porteña podrían surgir dos candidatos más, aunque con menores posibilidades: la díscola Gabriela Cerruti de Nuevo Encuentro, y el cadáver político de Aníbal Ibarra, del Frente Progresista Popular.
Además, desde las casas de gobierno nacional y provincial, emergerían otros dos candidatos más, Gustavo López y Gustavo Marangoni, respectivamente. El primero, lo anunció a NOVA desde su despacho de subsecretario general de la Presidencia: “Hay un proyecto político, que es el modelo nacional, que ha llevado adelante desde hace 11 años políticas inclusivas. Quiero una ciudad donde, vivas donde vidas, tengas los mismos derechos y posibilidades”. Por ahora, lanzó su candidatura a las PASO a través de su agrupación FORJA.
El caso de Marangoni es más complejo. Tildado de intelectual dentro del riñón deDaniel Scioli, ya anunció que no dejará de recorrer las calles porteñas durante el Mundial, a pesar que la ciudadanía raramente lo conoce. Hoy es el titular del Banco Provincia, puesto que le granjeó un nombre a un posible candidato de otras de las fuerzas opositoras: Martín Lousteau.
Si se confirmara su candidatura, el kirchnerismo nutriría además a dos posibles candidatos por el FAU, los ex ministros Graciela Ocaña y Lousteau. Si bien Ocaña accedió a una banca en la Legislatura porteña por su propio partido, Confianza Pública, tras un breve coqueteo con el PRO, ahora buscaría aliarse a la fuerza de centro impulsada por Fernando “Pino” Solanas y Elisa Carrió.
Ocaña cuenta además con el espaldarazo de ser la candidata preferida de Mirtha Legrand, que la invita cada por tres a su programa y pide a sus televidentes que la voten, y con la imputación de Julio Grondona, Jorge Capitanich, Juan Manuel Abal Medina y Aníbal Fernández en una causa penal por el manejo de los fondos públicos que se destinaron al "Fútbol para Todos" que ella misma inició.
Finalmente, y sólo si Elisa Carrió no decide competir en la Ciudad y pelear por la presidencia, aunque aparezca relegada frente a Julio Cobos y Hermes Binnerdentro del FAU, el otro candidato que surgiría desde esa fuerza es Lousteau, hoy diputado nacional, y delfín de “Lilita”.
Si bien el rompecabezas de candidatos aún no se armo, y tampoco lo hará definitivamente hasta las PASO de agosto del año que viene, las propuestas en la Ciudad son muchas y el PRO, a pesar de ostentar una imagen positiva envidiable, no se puede dormir en los laureles. Mientras Macri esté alentando a la selección, los dirigentes opositores estarán operando a sus espaldas: el voto dirimirá la cuestión y delimitará si el partido oficialista puede perder o no la Ciudad.
