Lo que está en juego es demasiado trascendente como para que lo discuta y decida el gobernador y un par de colaboradores, sin con esto menospreciar investiduras y legitimidad.
El decidido avance que está realizando el Poder Ejecutivo Nacional sobre las facultades provinciales para participar y definir cuestiones relacionadas con la explotación de hidrocarburos, hay que contextualizarlo en el proceso de degradación del federalismo y sometimiento de las administraciones provinciales, a las necesidades del gobierno central.
El gobernador Jorge Sapag fue principal protagonista de la generación de expectativas en torno de los hidrocarburos explotados por sistemas no convencionales. Pintó un futuro promisorio, saturado de inversiones de todas partes del mundo, con recursos incalculables para la provincia y las advertencias que se le hicieron sobre las consecuencias de ese posible desarrollo de campos petroleros y gasíferos, no hicieron mella en su prédica, que logró adhesiones convencidas y/o interesadas de amplios sectores sociales.
Con la misma actitud individualista, ahora pretende ser el Quijote que discuta en soledad con el poder central, que tiene en claro que si el negocio es bueno, lo deben manejar desde Buenos Aires, anulando no solamente las posibilidades que se presentaban con la aparición de los nuevos reservorios, sino arrebatando otras posibilidades de recursos que estaban consolidados como derechos adquiridos respecto del cobro y montos de regalías, impuestos a los sellados de contratos e ingresos brutos, las exigencias básicas para el control ambiental, etc. Tal actitud del Gobernador, llevará a los neuquinos a perder una vez ante la voracidad de la administración central; y es en este punto en donde empiezan a perder legitimidad las facultades que tiene el primer mandatario.
Se replicará en este espacio patagónico, aquella sabia sentencia de Atahualpa Yupanqui dirigida a los peones de la Pampa Húmeda: “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas…”
Los neuquinos le dieron mandatos para administrar y defender los derechos provinciales, para las generaciones de hoy y de mañana. Resignar posibilidades y renunciar a derechos, es faltar a dicho mandato.
Ya ocurrió, cuando a cambio de fondos frescos, el Gobernador aceptó retirar de la justicia demandas contra el Estado Nacional por errores en la liquidación de regalías petroleras, por montos superiores a los 3.000 millones de dólares. Ya cedió, cuando resignaron accionar por los desastres ambientales producidos en los campos petroleros por la vieja YPF y la más moderna Repsol; también cedió, al permitir que se le siga descontando de los montos de coparticipación un importante porcentaje destinado a financiar el ANSES, cuando la provincia del Neuquen no ha transferido su caja previsional, la que hoy necesita como una carpa de oxígeno aquellos aportes que se retienen en Buenos Aires. Y hay mas renunciamientos…
Sabemos que el Gobernador tiene compromisos con el proyecto kichnerista. Él lo ha manifestado más de una vez. Son SUS compromisos personales, no son trasladables a los neuquinos. Pero ha llegado el momento en que tiene que optar, entre ser fiel a sus compromisos políticos con aquellos sectores porteños o responder al sentimiento y demanda de los neuquinos. No hay término medio ni retorno desde la decisión que tome.
Le proponemos que rompa la isla que ha creado para manejar la cuestión petrolera; que incorpore a la discusión a otros actores, con visiones diferentes que pueden enriquecer su postura; que escuche las opiniones de referentes políticos-partidarios, gremiales y sociales, a ciudadanos comunes a los que él ha ilusionado y que ahora está a punto de frustrar.
Gane tiempo, no firme nada bajo presiones y apuros. Escuche.
Ricardo Villar, presidente de Coalición Cívica ARI Neuquén
Beatriz Kreitman, Diputada provincial
Juan José Dutto, Concejal
Anai Guillem, Concejal
Karina Montecinos, Concejal
