Pereyra y su estrategia de golpear a Nación y a Sapag - Piedra OnLine

Información del Mundo

domingo, 10 de agosto de 2014

Pereyra y su estrategia de golpear a Nación y a Sapag

Francisco Carnese
carnesef@lmneuquen.com.ar
Neuquén
“Tengo muchos mostradores, pero los atiendo a todos”, dijo alguna vez Guillermo Pereyra en respuesta a una acusación de un legislador opositor al Movimiento Popular Neuquino (MPN). Y algo de eso hay.
En un mismo día, se reunirá por la mañana con el titular de la CGT, Hugo Moyano, y otros referentes gremiales; luego dará lugar a la requisitoria periodística de medios nacionales vía telefónica desde Aeroparque, antes de abordar el avión que, con atraso, lo traerá de vuelta a la provincia pasado el mediodía. Allí suspenderá una sesión de fotos, una entrevista para un programa de televisión y recibirá, en la sede del sindicato petrolero de la calle Santa Cruz, a algunos delegados que quieren consultarle acerca de temas inherentes al gremio.
En medio de todo esto hay una campaña en sus tramos finales, donde el actual senador nacional buscará quedarse con la conducción del MPN.

Por la tarde-noche, en el centro de la ciudad, más precisamente en la plazoleta de la Avenida Olascoga, frente al monumento a Felipe Sapag, lo están aguardando para realizar un acto en el que se presentarán los candidatos que lo van a acompañar en las elecciones del 24 de este mes.
Pereyra se hace esperar y, después de casi una hora de lo previsto, llega caminando al lugar por la calle Mitre, junto a algunos dirigentes de su sector y un grupo de jóvenes que tocan bombos y redoblantes. La gente pasa por la vereda, algunos preguntan de qué se trata la movida, mientras que otros lo reconocen y lo saludan. Los automovilistas miran curiosos, uno toca bocina en señal de apoyo y muchos lo hacen para hacerse espacio en medio de la típica congestión de vehículos que se genera en esa zona de la capital neuquina.

Críticas y reclamos
El petrolero levanta los brazos en medio de la concurrencia y avanza hacia un pequeño escenario montado para la ocasión. En el camino, devuelve saludos, abrazos, besos y sonrisas. Hay gente nueva, mezclada con algún ex funcionario del Ejecutivo, ex concejales e históricos dirigentes vinculados con el sobischismo. El clima es de euforia, pero también de duras críticas y reclamos al propio gobierno provincial, como si se tratara de un encuentro opositor. Pero no. Son internas y se viven así. Es parte de esa idiosincrasia tan peronista que arrastra el MPN, verborrágica y de palabras fuertes que quedarán de lado cuando se termine la contienda electoral bajo el viejo lema repetido -incluso por Pereyra allí mismo- de que “el que gana conduce y el que pierde acompaña”.
“Hay que gobernar con el partido”, advierte en diálogo con este diario. “No he visto a Sapag convocar a la Junta de Gobierno o a la Convención para dar informes sobre un tema tan delicado como es el chantaje que está haciendo Nación con nuestra provincia”, afirma y pide “un gran debate para que todos sepan, afiliados y no afiliados, qué es lo que está pasando”. Su referencia es no solo a la discusión por la nueva Ley de Hidrocarburos, sino también por la medida que la presidenta Cristina Fernández tomó, hace 10 días, de excluir a Neuquén de la firma del Programa Federal de Desendeudamiento, que iba a permitir la refinanciación de pasivos.
Dice que “el gran acuerdo partidario” del que habló en la semana es “hacer desde las mismas seccionales una autocrítica, porque acá pasaron muchas cosas, como mandar a votar el año pasado a otro partido político”. Y recalca que eso “no puede quedar impune”.
Pereyra cierra el encuentro con un discurso breve. Por delante todavía le quedan alguna reunión y una agenda cargada para el día siguiente, que incluye la visita a seccionales del interior, tarea que se extenderá durante el resto de la semana. En el medio, volverá a Buenos Aires para su doble función de senador y parte de la conducción de la CGT, elementos que contribuyen a ratificar la frase inicial de esta nota.