La cuestión quedará definida mañana por la noche, luego del cónclave de intendentes, legisladores provinciales y nacionales que el tigrense encabezará en un coqueto hotel de Bella Vista (San Miguel). Será a puertas cerradas, muy cerradas. Tanto que ni los choferes, ni los asesores, ni los prensas de los protagonistas podrá ingresar al recinto. "Vayan solos", les pidieron desde la organización.
Si bien todavía varios los massistas que insisten con que Massa será candidato a presidente, esa luz comenzó apagarse ayer, cuando Francisco De Narváez declinó su postulación a Gobernador, en pos de que Macri y el esposo de Malena Galmarini logren ponerse de acuerdo, logren el tan ansiado acuerdo. Claro, la idea es "Macri presidente", "Massa gobernador". Pero para eso, al menos así parece, ya no hay posibilidades. El PRO ratificó que su candidata en la Provincia es María Eugenia Vidal.
Increíblemente, uno de los personajes de la política que más celebró el "no" amarillo al FR fue el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. ¿Por qué? Porque en caso que Massa jugara para Gobernador con Macri en la parte superior de la boleta, el chivilcoyano tendría que haber dejado de lado su candidatura a presidente y bajar a la Provincia a enfrentarlo. Seguramente, mano a mano. O sea, Aníbal, Julián, Berni y Espinoza también se tendrían que haber bajado.
De todos modos, si sucede lo que parece va a suceder, "De la Sota presidente-Massa gobernador", Randazzo también tendría que bajar un escalón y pelear en agosto y en octubre por el lugar que hoy ocupa Daniel Scioli, quien, vale agregar, quedaría como el único presidenciable del Frente para la Victoria. Se cumpliría así aquel anhelo de Gabriel Mariotto de no dividir al peronismo y de llegar a las urnas con el ex motonauta arriba y Florencio abajo.
Dependerá mucho de alguna que otra encuesta encargada por la Rosada, que por supuesto, entre otras cosas, pregunta por Massa en la Provincia. El kirchnerismo sabe bien que el tigrense "puede ser peligroso" en territorio bonaerense, y más si lleva como compañero de fórmula al Colorado De Narváez. De más está decir que el chivilcoyano no quiere saber nada. Su mirada apunta al sillón de Rivadavia. Nada más.
Pero si Cristina se lo pide, Randazzo bajará. Esa es la única posibilidad. Nadie lo va a bajar, salvo la presidenta. En la Rosada sienten que si Massa aparece fuerte en los números y realiza una buena campaña, puede quedarse con la administración provincial hasta 2019. El único que garantizaría una cómoda victoria es el hombre de los trenes y la SUBE. Eso, al menos, es lo que piensan en Balcarce 50. Los massistas, obviamente, dicen lo contrario.
Cada vez falta menos para que la realidad eche por tierra cualquier tipo de especulación. El 20 de junio vence el plazo para la presentación de las listas, y ahí recién se sabrá si Randazzo va como candidato a presidente o como candidato a gobernador. Y también se sabrá que es del futuro de Domínguez, Berni, Espinoza y Aníbal. Incluso del propio Massa. Como se dijo anteriormente, todavía son varios los que, pese a la declinación del ex dueño de Casa Tía, insisten con que irá por la presidencia.
Si bien todavía varios los massistas que insisten con que Massa será candidato a presidente, esa luz comenzó apagarse ayer, cuando Francisco De Narváez declinó su postulación a Gobernador, en pos de que Macri y el esposo de Malena Galmarini logren ponerse de acuerdo, logren el tan ansiado acuerdo. Claro, la idea es "Macri presidente", "Massa gobernador". Pero para eso, al menos así parece, ya no hay posibilidades. El PRO ratificó que su candidata en la Provincia es María Eugenia Vidal.
Increíblemente, uno de los personajes de la política que más celebró el "no" amarillo al FR fue el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. ¿Por qué? Porque en caso que Massa jugara para Gobernador con Macri en la parte superior de la boleta, el chivilcoyano tendría que haber dejado de lado su candidatura a presidente y bajar a la Provincia a enfrentarlo. Seguramente, mano a mano. O sea, Aníbal, Julián, Berni y Espinoza también se tendrían que haber bajado.
De todos modos, si sucede lo que parece va a suceder, "De la Sota presidente-Massa gobernador", Randazzo también tendría que bajar un escalón y pelear en agosto y en octubre por el lugar que hoy ocupa Daniel Scioli, quien, vale agregar, quedaría como el único presidenciable del Frente para la Victoria. Se cumpliría así aquel anhelo de Gabriel Mariotto de no dividir al peronismo y de llegar a las urnas con el ex motonauta arriba y Florencio abajo.
Dependerá mucho de alguna que otra encuesta encargada por la Rosada, que por supuesto, entre otras cosas, pregunta por Massa en la Provincia. El kirchnerismo sabe bien que el tigrense "puede ser peligroso" en territorio bonaerense, y más si lleva como compañero de fórmula al Colorado De Narváez. De más está decir que el chivilcoyano no quiere saber nada. Su mirada apunta al sillón de Rivadavia. Nada más.
Pero si Cristina se lo pide, Randazzo bajará. Esa es la única posibilidad. Nadie lo va a bajar, salvo la presidenta. En la Rosada sienten que si Massa aparece fuerte en los números y realiza una buena campaña, puede quedarse con la administración provincial hasta 2019. El único que garantizaría una cómoda victoria es el hombre de los trenes y la SUBE. Eso, al menos, es lo que piensan en Balcarce 50. Los massistas, obviamente, dicen lo contrario.
Cada vez falta menos para que la realidad eche por tierra cualquier tipo de especulación. El 20 de junio vence el plazo para la presentación de las listas, y ahí recién se sabrá si Randazzo va como candidato a presidente o como candidato a gobernador. Y también se sabrá que es del futuro de Domínguez, Berni, Espinoza y Aníbal. Incluso del propio Massa. Como se dijo anteriormente, todavía son varios los que, pese a la declinación del ex dueño de Casa Tía, insisten con que irá por la presidencia.
