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miƩrcoles, 22 de julio de 2015

Islam


El islam, en Ć”rabe Ų§Ł„Ų„Ų³Ł„Ų§Ł…, al-Islām, es una religiĆ³n monoteĆ­sta abrahĆ”mica cuyo dogma se basa en el libro del CorĆ”n, el cual establece como premisa fundamental para sus creyentes que «No hay mĆ”s Dios que AlĆ” y que Mahoma es el mensajero de AlĆ”». La palabra Ć”rabe Allah, castellanizada como AlĆ”, significa ‘Dios’ y su etimologĆ­a es la misma de la palabra semĆ­tica ‘El’, con la que se nombra a Dios en la Biblia. Los eruditos islĆ”micos definen al islam como: «La sumisiĆ³n a Dios el AltĆ­simo a travĆ©s del monoteĆ­smo, la obediencia y el abandono de la idolatrĆ­a». El libro sagrado del islam es el CorĆ”n, dictado por AlĆ” a Mahoma a travĆ©s de Yibril, el arcĆ”ngel Gabriel. Los seguidores del islam se denominan musulmanes, del Ć”rabe muslim Ł…Ų³Ł„Ł…, lo cual significa 'que se somete'. Atestiguan que Mahoma es el Ćŗltimo de los profetas enviados por Dios y sello de la ProfecĆ­a. Se aceptan como profetas principalmente, pero no limitĆ”ndose, a AdĆ”n, NoĆ©, Abraham, MoisĆ©s, SalomĆ³n y JesĆŗs. AdemĆ”s del CorĆ”n, los musulmanes de tradiciĆ³n sunita siguen asimismo los hadices y la sunna del profeta Mahoma, que conforman el ‘Registro histĆ³rico de las acciones y las enseƱanzas del Profeta’. Se aceptan tambiĆ©n como libros sagrados la TorĆ”, el Antiguo Testamento de los cristianos, los Libros de SalomĆ³n y los Evangelios del Nuevo Testamento. El islam es una religiĆ³n abrahĆ”mica monoteĆ­sta que adora exclusivamente a AlĆ” sin copartĆ­cipes.

Se estima que hay en la actualidad entre 1.000 y 1.200 millones de musulmanes en el mundo. SegĆŗn el Vaticano, el islam, conjuntamente con todas sus ramificaciones, es la religiĆ³n mĆ”s extendida del mundo, ya que recientemente ha superado el nĆŗmero de catĆ³licos, y la segunda religiĆ³n del mundo si se suma el nĆŗmero de fieles de las distintas confesiones del cristianismo. El islam se iniciĆ³ con la predicaciĆ³n de Mahoma en el aƱo 622 en La Meca, en la actual Arabia Saudita. Bajo el liderazgo de Mahoma y sus sucesores, el islam se extendiĆ³ rĆ”pidamente. Existe discrepancia entre los musulmanes y no musulmanes de si se extendiĆ³ por imposiciĆ³n religiosa o militar, o por conversiĆ³n de los pueblos al islam.

EtimologĆ­a y significado

La palabra Islām, de la raĆ­z trilĆ­tera s-l-m, deriva del verbo Ć”rabe aslama, que significa literalmente ‘aceptar, rendirse o someterse’. AsĆ­, el islam representa la aceptaciĆ³n y sometimiento ante Dios. Los fieles deben demostrar su sumisiĆ³n venerĆ”ndolo, siguiendo estrictamente sus Ć³rdenes y aboliendo e politeĆ­smo. En palabras de Pedro MartĆ­nez MontĆ”vez: Se dice habitualmente que islam significa sumisiĆ³n total a Dios, lo que es indudablemente cierto, aunque no es menos cierto que ello corresponde a la traducciĆ³n de sĆ³lo una parte de la palabra. Queda una segunda parte por traducir, atendiendo a la raĆ­z lingĆ¼Ć­stica de la que deriva, que cubre el campo semĆ”ntico del bienestar, de la salvaguarda, de la salud, de la paz. Quiere esto decir, sencilla y profundamente, que el creyente se somete a Dios, se pone en sus manos, porque tiene la seguridad de que asĆ­ se pone a salvo.

Doctrina del islam
La doctrina islƔmica tiene cinco pilares en su fe que forman parte de las acciones interiores de los musulmanes. Los pilares principales son:

1. La profesiĆ³n de fe, es decir, aceptar el principio bĆ”sico de que sĆ³lo hay un Dios y que Mahoma es el Ćŗltimo y mĆ”s importante de sus profetas.
2. La oraciĆ³n.
3. El zakat o azaque, traducido a veces como limosna, es decir, compartir los recursos con los necesitados.
4. El ayuno en el mes de ramadƔn.
5. La peregrinaciĆ³n a la Meca, para quien pueda, al menos una vez en la vida.

Sin embargo, islam chiita cuentan con otros cinco pilares, distintos a los de las otras ramas, mƔs abstractos e internos.
A Ć©stos aƱaden algunos musulmanes el sexto pilar del yihad o esfuerzo en defensa de la fe. En tĆ©rminos estrictamente religiosos, se entiende fundamentalmente como un esfuerzo espiritual interior de cada creyente por vivificar su fe y vivir de acuerdo con ella. A esto se le llama yihad mayor, mientras que existe un yihad menor que consiste en predicar el islam o defenderlo de los ataques. De este Ćŗltimo concepto nace la idea de yihad como lucha o guerra que se ha popularizado en todo el mundo.
AdemĆ”s, conforme al CorĆ”n todos los musulmanes tienen que creer en Dios, sus Ć”ngeles, sus libros, sus profetas, la predestinaciĆ³n y en la prĆ³xima vida.

Dios

Dios en el CorĆ”n se nombra a sĆ­ mismo como Allah. Aunque el tĆ©rmino es conocido en Occidente como referencia al Dios musulmĆ”n, para los hablantes en Ć”rabe, de cualquier religiĆ³n, incluidos cristianos y judĆ­os, se emplea como referencia a "Dios". La creencia en Dios dentro del islam consiste en cuatro aspectos:

1. En Su existencia. Esto primeramente por guĆ­a del Creador a Su siervo, posteriormente por evidencias del instinto natural del ser humano, la razĆ³n, los sentidos, signos en la creaciĆ³n y como prueba principal; los textos sagrados.
2. En que Ɖl es el Ćŗnico, en Sus actos y dominio de este Universo, es decir: Ɖl Ćŗnico Creador, Sustentador, Soberano, etc.
3. En que Ɖl es la Ćŗnica divinidad y sustentador de las cualidades divinas, por lo tanto solamente Ɖl es el merecedor de la adoraciĆ³n.
4. En Sus nombres y atributos: Consiste en afirmar de Dios lo que ha afirmado de SĆ­ mismo en el corĆ”n o a travĆ©s del profeta Mahoma, sobre sus nombres y atributos divinos, sin distorsiĆ³n, negaciĆ³n, o asemejarlo a algo de este mundo.

Dado que se trata del mismo Dios de cristianos y judƭos, las cualidades que los musulmanes le atribuyen son bƔsicamente las mismas que le atribuyen aquellos, pero hay diferencias considerables. Es reseƱable, sin embargo, que el islam, a semejanza del judaƭsmo pero alejƔndose del cristianismo, insiste en su radical unidad (tawhid), es decir, que es uno y no tiene diversas personas, como afirma en cambio la mayorƭa de las corrientes cristianas con el dogma de la Trinidad, en su carƔcter incomparable e irrepresentable.
El islam se refiere a Dios tambiĆ©n con otros noventa y nueve nombres, que son otros tantos epĆ­tetos referidos a cualidades de Dios, tales como El Clemente, Al-Rahmān, El ApreciadĆ­simo, Al-'AzÄ«z, El Creador, Al-Jāliq. El conjunto de los 99 Nombres de Dios recibe en Ć”rabe el nombre de al-asmā' al-husnĆ  o ‘los mĆ”s bellos nombres’, algunos de los cuales han sido utilizados asimismo por cristianos y judĆ­os o han designado a dioses de la Arabia preislĆ”mica. Algunas tradiciones afirman que existe un centĆ©simo nombre que permanece incognoscible, que es objeto de especulaciones mĆ­sticas, y que se define en ocasiones como el Nombre Inmenso (ism al-'Azam), o como el Nombre de la Esencia, figura que existe igualmente en el judaĆ­smo, y que ha tenido una gran importancia en el sufismo. Otras veces, se utiliza simplemente la palabra rabb (SeƱor).

Mahoma dijo que Dios tenƭa 99 nombres; en este versƭculo del CorƔn se mencionan algunos:

Es AlĆ” "no hay mĆ”s Dios que Dios", el Conocedor de lo oculto y de lo patente. Es el Compasivo, el Misericordioso. Es AlĆ” "no hay mĆ”s dios que Dios", el Rey, el SantĆ­simo, la Paz, Quien da Seguridad, el Custodio, el Poderoso, el Fuerte, el Sumo. ¡Gloria a AlĆ”! ¡EstĆ” por encima de lo que Le asocian! Es AllhĆ”, el Creador, el Hacedor, el Formador. Posee los nombres mĆ”s bellos. Lo que estĆ” en los cielos y en la tierra Le glorifica. Es el Poderoso, el Sabio. (CorĆ”n 59:22-24).

La palabra Allāh estĆ” en el origen de algunas palabras castellanas como "ojalĆ”" (wa shā llāh: ‘y quiera AlĆ”’), "olĆ©" (wa-llāh: ‘por AlĆ”’) o "hala" (yā llāh: ‘oh, AlĆ”’).

Libros revelados

La fe en los libros revelados dentro del islam comprende:

1. En que fueron descendidos y revelados por Dios:

- El CorĆ”n (Qur’an) revelado al profeta Mahoma.
- La TorƔ (At-Tawrat) revelada al profeta MoisƩs.
- Los Salmos (Az-Zabur) revelados al rey David.
- El Evangelio (Al-Injil) revelado a JesĆŗs, Issah para los musulmanes, hijo de MarĆ­a (Maryam).

2. Afirman lo legĆ­timo que informan, en el caso del CorĆ”n afirman todo) y aquello que no ha sido tergiversado de los libros pasados. El CorĆ”n reconoce, pues, el origen divino de la Concep judĆ­a y el Evangelio cristiano, por ello llama a los cristianos y a los judĆ­os ‘la gente del libro’ (Ahl al-Kitab), pero no reconoce la autenticidad de los textos que actualmente tienen por autĆ©nticos los fieles de dichas religiones; afirma que han estado expuestos al tahrif (ŲŖŲ­Ų±ŁŠŁ) o distorsiĆ³n por las personas, y como resultado no son cien por ciento confiables. De todas formas, la tradiciĆ³n catĆ³lica no considera a la Biblia como Ćŗnica fuente de conocimiento, por lo que no entrarĆ­a en contradicciĆ³n con el cristianismo si se considera desde este punto de vista.

3. Creen que deben actuar con las reglas y leyes que no han sido abolidas de ellos, y que el CorĆ”n abroga a todos los libros excepto en algunas leyes, para los musulmanes. Acerca de los asuntos que no abarca el CorĆ”n ni los dichos de Mahoma, como sucesos o datos histĆ³ricos y no contradicen al islam, no los afirman ni los niegan a priori.

El CorƔn

El CorĆ”n es el libro sagrado del islam. Los musulmanes creen que fue revelado a Mahoma por el arcĆ”ngel Gabriel entre 610 y 632, fecha esta Ćŗltima en la que falleciĆ³ dicho profeta. AdemĆ”s de su memorizaciĆ³n, se dice que los seguidores de Mahoma escribieron el CorĆ”n en pergaminos, piedras y hojas. Los musulmanes creen que el texto actual del CorĆ”n es idĆ©ntico a la revelaciĆ³n recibida por Mahoma. Ɖl, a su vez, lo dictĆ³ a sus discĆ­pulos, quienes memorizaron sus palabras. Los eruditos actuales afirman que la primera compilaciĆ³n escrita del CorĆ”n data de tiempos del tercer califa, 'Uthmān ibn 'Affān, quien gobernĆ³ entre 650 y 656.

Existen numerosas tradiciones y diferentes puntos de vista en cuanto al proceso de compilaciĆ³n del CorĆ”n. La mayorĆ­a de los musulmanes aceptan lo que indican diversos hadices: el primer califa, Abu Bakr, ordenĆ³ a Zaid ibn Zabit compilar todos los autĆ©nticos versos del CorĆ”n, tal como se preservaban en forma escrita o a travĆ©s de la tradiciĆ³n oral. La compilaciĆ³n realizada por Zaid, conservada por la viuda de Mahoma, Hafsa bint Umar, y que fue utilizada por 'Uthmān, es la base del CorĆ”n actual. La versiĆ³n de 'Uthmān organiza las azoras (capĆ­tulos) segĆŗn su extensiĆ³n, de forma que las mĆ”s largas se encuentran al comienzo del CorĆ”n y las mĆ”s cortas al final. Hay teorĆ­as que indican que este orden no cronolĆ³gico de las azoras fue establecido por Dios.

El CorĆ”n fue escrito originalmente en escritura hijazi, masq, ma'il y cĆŗfica. En un principio, sin vocales, sĆ³lo con consonantes, siguiendo la tĆ©cnica de escritura vigente hasta entonces en Ć”rabe y en otras lenguas semĆ­ticas de la PenĆ­nsula ArĆ”biga. Para evitar posibles desacuerdos en cuanto al contenido de los versos del CorĆ”n, se crearon marcas diacrĆ­ticas que indicaran las vocales o la ausencia de Ć©stas, el fonema hamza y la prolongaciĆ³n o geminaciĆ³n de consonantes. En cambio, no tiene signos de puntuaciĆ³n, interrogaciĆ³n o exclamaciĆ³n, pues el idioma Ć”rabe contaba con partĆ­culas (palabras breves) de interrogaciĆ³n y de Ć©nfasis.

La forma del CorƔn mƔs utilizada actualmente es el texto de Al-Azhar de 1123, preparado por un grupo de prestigiosos eruditos de la Universidad IslƔmica de Al-Azhar de El Cairo.

La mayor parte de los musulmanes veneran el libro del CorƔn. Lo envuelven en paƱos limpios y se lavan las manos antes de los rezos o para leerlo. Los ejemplares corƔnicos en desuso no se destruyen como papel viejo, sino que se queman o se depositan en "tumbas" para el CorƔn.

Muchos musulmanes memorizan al menos parte del CorƔn en su idioma original. Aquellos que memorizan totalmente el CorƔn son conocidos como hāfiz. En la actualidad existen millones de hāfiz en el mundo.

Desde el comienzo del islam, la mayorĆ­a de los musulmanes consideran que el CorĆ”n es perfecto Ćŗnicamente en la versiĆ³n Ć”rabe en la que fue revelado. Las traducciones son interpretaciones no infalibles del texto original. Muchas versiones actuales del CorĆ”n indican la versiĆ³n original en Ć”rabe en una pĆ”gina y la traducciĆ³n vernĆ”cula en otra.

Profetas

El CorĆ”n afirma que Dios mandĆ³ un mensajero (profeta) a cada comunidad, llamando adorar Ćŗnicamente a Dios, y a descreer en todo lo que es adorado fuera de Ɖl. Cada uno de ellos era veraz, guiado y recto, y obedecieron a Dios en lo que les fue encomendado, ninguno de ellos cambiĆ³ o alterĆ³ su mensaje. Todos ellos eran seres humanos, creaciones de Dios, sin cualidades de divinidad o SeƱorĆ­o, y no pueden responder si se les pide ayuda. El CorĆ”n menciona mĆ”s de 20 profetas, desde AdĆ”n hasta Mahoma y llama a Mahoma, «sello de la profecĆ­a», creen que Su misiĆ³n era devolver el mensaje divino a su pureza inicial, como en su momento hizo JesĆŗs de Nazaret o Issah ibn Maryam en Ć”rabe (Issah: JesĆŗs, Ibn: ‘hijo’, Mariam: MarĆ­a), a quien AlĆ” en el CorĆ”n lo considera como un profeta y no su hijo.

Mahoma

Mahoma (c. 570 - 6 de julio de 632) era un lĆ­der religioso, polĆ­tico y militar Ć”rabe que fundĆ³ la religiĆ³n del islam como fenĆ³meno histĆ³rico. La opiniĆ³n de los musulmanes no es la del creador de una nueva religiĆ³n, sino como el restaurador de la original, la fe monoteĆ­sta de AdĆ”n, Abraham y de otros que se habĆ­a corrompido. En la tradiciĆ³n musulmana, Mahoma se ve como el Ćŗltimo y el mĆ”s grande de una serie de profetas. Como un hombre muy cercano a la perfecciĆ³n, poseedor de virtudes en todos los campos de la vida, espiritual, polĆ­tico, militar y social. Por 23 aƱos de su vida, comenzando a la edad de 40, Mahoma divulgĆ³ la recepciĆ³n de revelaciones de Dios. El contenido de estas revelaciones, conocido como el CorĆ”n, era memorizado y registrado por sus compaƱeros. Durante este tiempo, Mahoma predicĆ³ a la gente de La Meca, implorĆ”ndola para abandonar el politeĆ­smo. Aunque algunos se convirtieron al islam, Mahoma y sus seguidores fueron perseguidos por las autoridades principales de Meca. DespuĆ©s de 13 aƱos de predicaciĆ³n, Mahoma y los musulmanes realizaron la HĆ©gira ("emigraciĆ³n") a la ciudad de Medina (conocida antes como Yathrib) en 622. AllĆ­, con los convertidos de Medina (Ansar) y los emigrantes de La Meca (Muhayirun), Mahoma estableciĆ³ su autoridad polĆ­tica y religiosa.
La Sunna, libros que contienen la compilaciĆ³n de la vida de Mahoma, es de gran valor para muchos musulmanes, y la creen indispensable para la interpretaciĆ³n del CorĆ”n. Esto es debido a que se tiene registrado dentro de ella que el mismo Mahoma les ordenĆ³ a sus compaƱeros que escribieran todo lo que Ć©l decĆ­a, y conforme al CorĆ”n, toman sus palabras como revelaciĆ³n.
De acuerdo con la tradiciĆ³n, Mahoma era una persona de carĆ”cter excelente, bien parecido, iletrado y un profeta para toda la humanidad. Es frecuente entre los devotos la creencia en que el hecho de que Mahoma fuera analfabeto es una seƱal mĆ”s de que sĆ³lo pudo recibir el CorĆ”n por revelaciĆ³n divina, dada la complejidad del libro.

PredestinaciĆ³n

1. Los pilares de la creencia de la predestinaciĆ³n en el islam son cuatro:
2. En que el conocimiento de Dios abarca todas las cosas.
3. En que Dios ha escrito todo en una tabla preservada Al Laƻh Al Mahfudh.
4. Todo lo que sucede es porque Dios quiere que suceda y lo que no quiere que suceda es imposible que suceda.
5. La creaciĆ³n de todas las criaturas y seres vivientes son por deseo de Dios, conforme a Ɖl lo sabĆ­a en la eternidad y como se escribiĆ³ en la tabla preservada. AsĆ­ que toda criatura, su ser y sus actos, son creaciĆ³n de Dios.

Creen que todos los acontecimientos sean buenos o malos, beneficiosos o daƱinos, ocurren por la predestinaciĆ³n y el designio de AlĆ”, pero que a la vez el ser humano tiene una facultad de elecciĆ³n, mas esta no es total.

PrĆ³xima vida

Creen en una vida despuĆ©s de la muerte y en su tribulaciĆ³n. Ellos creen que el tiempo de Qiyāmah (fin) es predestinado por Dios, pero no fue revelado a los hombres. El juicio y las pruebas precedentes y durante el Qiyāmah son descritos en el CorĆ”n y el Hadiz, y tambiĆ©n en los comentarios de eruditos islĆ”micos, en la retribuciĆ³n y rendiciĆ³n de cuentas ante Dios. Cada individuo recibirĆ” un libro escrito por los Ć”ngeles que incluirĆ” una menciĆ³n completa de todas las obras que realizĆ³ el ser humano en la vida terrena y quien lo reciba en la diestra serĆ” de los exitosos y quien lo reciba en la mano izquierda serĆ” de los perdedores. Unos en el ParaĆ­so y otros en el Infierno. TambiĆ©n seƱala las SeƱales que indican la llegada de la ƚltima Hora, afirman que la primera serĆ” la llegada del profeta Mahoma y entre las Ćŗltimas estĆ” el retorno del profeta JesĆŗs que romperĆ” las cruces y legislarĆ” con el islam.

ResurrecciĆ³n y juicio

La creencia en "El dĆ­a de ResurrecciĆ³n", yawm al-Qiyāmah (tambiĆ©n conocido como yawm ad-dÄ«n, "El dĆ­a del juicio final" y as-sā`a, "La Ćŗltima hora") es asimismo crucial para los musulmanes. El CorĆ”n acentĆŗa la resurrecciĆ³n corporal, una rotura del entendimiento preislĆ”mico de muerte. Esto declara que la resurrecciĆ³n serĆ” seguida de la reuniĆ³n de toda la humanidad, culminando en su juicio por Dios.
El CorĆ”n hace referencia a varios pecados que pueden condenar a una persona al Jahanam (como la incredulidad, la usura y la falta de honradez). Los musulmanes ven el paraĆ­so, Janah, como un lugar de alegrĆ­a y dicha, con referencias del CorĆ”n que describen sus rasgos y los placeres fĆ­sicos de dicho lugar. Hay tambiĆ©n referencias a una aceptaciĆ³n de mayor jĆŗbilo por Dios. Tradiciones mĆ­sticas en el islam colocan estos placeres divinos en el contexto de una conciencia extĆ”tica de Dios.

Cinco pilares de la adoraciĆ³n

Los pilares de la adoraciĆ³n del islam son cinco:

1. El testimonio, primer pilar del islam, reza: "No hay dioses, sĆ³lo Dios (principio suficiente) y Mahoma es su profeta (el Ćŗltimo).

2. La oraciĆ³n o salat, realizada cinco veces al dĆ­a (del alba, del mediodĆ­a, de la media tarde, del crepĆŗsculo y de la noche) orientada hacia la Meca (la Mezquita Sagrada) y la oraciĆ³n comunitaria de los viernes en la Mezquita, presidida por el califato.

3. El azaque, la limosna obligatoria, es una obligaciĆ³n econĆ³mica imponible sobre bienes privados en beneficio de un grupo especĆ­fico de personas en un momento determinado. Por ejemplo, en valores monetarios, la cantidad mĆ­nima para pagar el azaque es si se posee durante un aƱo 85 g de oro o su valor equivalente en billetes o monedas, y si la persona no la necesita, tiene que pagar el 2,5% de ella a las personas que merecen el azaque.

4. El ayuno en el mes de RamadĆ”n (el noveno segĆŗn el calendario lunar islĆ”mico), el cual consiste en la abstenciĆ³n de ingesta de cualquier Ć­ndole y el contacto sexual hasta la puesta del sol. Este principio estarĆ” dispensado por motivos de salud, edad, embarazo o viaje, debiendo compensarse su no cumplimiento con la ayuda equivalente a un necesitado o el ayuno en otro momento del aƱo.

5. La peregrinaciĆ³n o hajj a la mezquita santa de La Meca (con mayor precisiĆ³n a la Kaaba, considerada por los creyentes como el primer santuario monoteĆ­sta, erigido por AdĆ”n mismo y reconstruido por Abraham e Ismael), al menos una vez en la vida, mientras exista la bonanza de medios para ello.

El modo de vida islĆ”mico se encuentra basado en una relaciĆ³n personal entre AlĆ” y el creyente, siguiendo la Sharia, en donde la intenciĆ³n serĆ” el rasgo fundamental que rija todas las acciones del mismo.

Yihad

La yihad, en Ć”rabe, ļŗŸļ»¬ļŗŽļŗ© yihād: "esfuerzo o lucha" transcripta al inglĆ©s o al francĆ©s, jihad, es considerada "el sexto pilar de islam" por una minorĆ­a de autoridades musulmanas. Yihad en su sentido mĆ”s amplio, es definido clĆ”sicamente como "el poder extremo de alguien, esfuerzos, habilidades, o la capacidad en contienda con un objeto de desaprobaciĆ³n". Dependiendo del objeto que suele ser un enemigo visible, el diablo, y los aspectos cotidianos de uno mismo, las diferentes categorĆ­as de la Yihad son definidas: Cuando es usada sin justificaciĆ³n alguna es entendida en su aspecto militar. TambiĆ©n se refiere a los esfuerzos de un fiel por lograr la perfecciĆ³n religiosa y moral. Algunas autoridades musulmanas, sobre todo entre el sufismo, distinguen entre la «Yihad mayor», que pertenece a la auto perfecciĆ³n espiritual, y la «Yihad menor», definida como la guerra.

La defensa del islam, de los musulmanes o de sus paƭses frente al enemigo externo puede efectivamente adquirir el carƔcter de lucha militar o guerra santa, y asƭ se halla en el CorƔn, donde se anima a combatir contra los infieles si el islam resulta atacado:

“Combate en el camino de Dios a quienes te combaten, pero no seas el agresor. Dios no ama a los agresores. MĆ”talos donde los encuentres, expĆŗlsalos de donde te expulsaron. La persecuciĆ³n de los creyentes es peor que el homicidio: no los combatas junto a la mezquita sagrada hasta que te hayan combatido en ella. Si te combaten, mĆ”talos: Ć©sa es la recompensa de los infieles. Si dejan de atacarte, Dios serĆ” indulgente, misericordioso”. CorĆ”n 2:190-192

La ley islƔmica

La Sharia (literalmente: ‘el camino que conduce al abrevadero’) es la ley islĆ”mica formada durante la escolaridad. En el islam, Sharia es la expresiĆ³n del divino destino «y constituye un sistema de deberes que son encargados a un musulmĆ”n en virtud de su creencia religiosa».
Los sabios musulmanes la interpretan como: «Los juicios que Dios determina para que el hombre sea feliz en esta vida y en la prĆ³xima»... Y los musulmanes la prefieren sobre cualquier sistema por lo siguiente:

1. Las fuentes de donde se deriva: aseguran que Su origen es el Creador de todo, el Poderoso y Majestuoso, caracterizado por Perfecto, lejano de cualquier defecto, deseo o pasiĆ³n. En cambio, el hombre es deficiente e imperfecto, ignorante acerca de lo que es mejor para Ć©l o que le perjudique; es comĆŗn que el hombre sea dominado por sus intereses y sus deseos, adelantando el beneficio propio sobre el beneficio general

2. Los propĆ³sitos: dicen que busca el mejor estado del hombre, la purificaciĆ³n de su corazĆ³n, la tranquilidad de su alma, su sentimiento por actuar, da suma importancia al bien familiar, a su intelecto, honor y propiedades, el establecimiento de una buena relaciĆ³n entre Ć©l y su hermano, entre Ć©l y su Creador. En cambio, la ley del hombre busca regular las relaciones entre las personas pero omite ciertos aspectos morales y Ć©ticos en la vida del hombre; bajo el tĆ­tulo de libertad cae en acciones que perjudican a su persona o a la comunidad, como el alcohol y el adulterio.

3. La recompensa: argumentan que la legislaciĆ³n islĆ”mica toma en cuenta las acciones interiores como exteriores. En cambio, la ley del hombre no interfiere en casos interiores o preliminares, sino en aquellos que ya se han presentado, como violaciones hacia los demĆ”s.

4. La adoraciĆ³n y el efecto: para los musulmanes el legislar con ella es adoraciĆ³n, se recibe recompensa por ello en esta vida y en la otra; el diferenciarla merece el castigo en esta vida por los jueces y sabios de la legislaciĆ³n y en la otra prĆ³xima vida por Dios. En cuanto a los otros sistemas, omiten totalmente una recompensa en la prĆ³xima vida, el obrar con ellos no es adoraciĆ³n, es simplemente algo mundanal.

5. El establecimiento y la continuidad: ven la ley islƔmica como perpetua y permanente, lo que es prohibido no puede llegar a ser permitido. En cambio, la ley del hombre es cambiante respecto a las ideologƭas de las personas en cargo, por el cambio de la sociedad, o por los intereses o deseos del hombre; algo que hoy es permitido, en otro tiempo lo deja de ser y viceversa, es por eso que se presentan diferentes discusiones acerca de lo que es correcto e incorrecto.

GeneralizaciĆ³n: consideran que es para todos los hombres, tiempos y lugares. Del mismo modo creen que encierra todos los aspectos polĆ­ticos, econĆ³micos, militares, sociales y culturales. En cambio, la del hombre necesita constante renovaciĆ³n.
Por consecuencia, creen que la diferencia entre la SharĆ®ah y los otros sistemas o leyes de los hombres es una diferencia como el Creador y Su CreaciĆ³n.

La ley islĆ”mica cubre todos los aspectos de la vida del musulmĆ”n. Aquellas leyes islĆ”micas que estĆ”n expresamente descritas en el CorĆ”n se denominan hudud. Incluyen la prohibiciĆ³n del homicidio, relaciones sexuales extramaritales, consumo de alcohol y juegos de azar. El CorĆ”n tambiĆ©n detalla leyes relacionadas con la herencia, el matrimonio, la compensaciĆ³n en los casos de homicidio o daƱos fĆ­sicos, asĆ­ como reglas para el ayuno, el azaque y la oraciĆ³n. Los preceptos y prohibiciones son interpretados en la prĆ”ctica por los eruditos en religiĆ³n o ulemas.

Otros aspectos legales son dirimidos por los takzir o jueces. Se les da el poder de dictar sentencia siempre que se atengan a los principios del CorĆ”n y la Sunna ("tradiciĆ³n"). La ley islĆ”mica es directamente aplicable cuando la constituciĆ³n del paĆ­s involucrado asĆ­ lo establece, como es el caso de Arabia Saudita o IrĆ”n. De otro modo, se aplica la legislaciĆ³n sancionada por el Estado, que, segĆŗn el caso, puede coincidir en mayor o menor medida con la Shariah.

Sistema polĆ­tico

Algunos eruditos musulmanes dicen que una naciĆ³n islĆ”mica se basa en cuatro pilares:

1. La ley de AlĆ”: es una legislaciĆ³n que caracteriza a la naciĆ³n islĆ”mica y el CorĆ”n ordena que se juzgue con ella y de la misma manera reprende a quien no legisle con ella describiĆ©ndolo como un impĆ­o, perverso o infiel.

2. CiudadanĆ­a: en su origen deben ser musulmanes, pero tambiĆ©n pueden ser no musulmanes, quienes se dividen en dos tipos: Ahlu-dimah y musta´minun. Ahlu-dimah son los judĆ­os y cristianos que hacen un acuerdo con el gobierno para que sea protegida su religiĆ³n y sus bienes; entre sus obligaciones estĆ” el pagar la "yizia" sustitutiva del azaque, no vender cosas prohibidas en el islam y no prohibir que si alguien de sus familiares quisiera convertirse al islam lo haga. Ibn Qayyim dice que musta´minun son de cuatro tipos: mensajeros, comerciantes, arrendatarios y turistas o quienes tienen alguna necesidad en la naciĆ³n; no tienen la obligaciĆ³n de pagar la "yizia" debido a que residen en el territorio sĆ³lo por un tiempo determinado.

3. Territorio: es donde vive la ciudadanĆ­a y ejerce las regulaciones de la naciĆ³n; los alfaquĆ­es dividen los territorios en dos: territorio islĆ”mico y territorio no islĆ”mico. El territorio islĆ”mico es de tres tipos: los lugares sagrados como La Meca y Medina, la penĆ­nsula arĆ”biga y los que sean fuera de estos dos, a cada uno le corresponden juicios especĆ­ficos.

4. Autoridad: la autoridad en el territorio islƔmico despuƩs de la muerte de Mahoma es nombrada como califa, emir o imƔn; el CorƔn encomienda que se les obedezca, siempre y cuando no contradigan las leyes del islam. La forma en que son elegidos son tres: por consulta o elecciones entre los eruditos de la ley, si el emir elige a su sucesor, o a travƩs de un golpe de Estado. La autoridad polƭtico-religiosa mƔxima en el islam es el califa, elegido entre los creyentes.

En segundo lugar se sitĆŗan los emires o prĆ­ncipes, y a continuaciĆ³n le siguen el jeque, el alcalde y el imĆ”n. El islam no tiene sacerdotes, sino guĆ­as religiosos llamados imanes (Ć”r. imam -religiĆ³n-), que generalmente son nombrados por la propia comunidad. Existe de todos modos una serie de sabios, los ulama, y alfaquĆ­es, que tienen el mismo tipo de autoridad social y religiosa que el clero en otras religiones.
El islam estĆ” abierto a todos sin importar la raza, edad, creencias previas o sexo. Es suficiente ser creyente en los principios fundamentales del islam. Esto se realiza atestiguando la unicidad de Dios y la aceptaciĆ³n de Mahoma como profeta de Dios, recitando la shahada (testificaciĆ³n), lo cual debe hacerse sin coacciĆ³n y sinceramente, estando presentes otros musulmanes.

Sistema econĆ³mico

Economistas islĆ”micos presentan las siguientes particularidades de su sistema econĆ³mico:

1. El sistema econĆ³mico islĆ”mico forma parte de la religiĆ³n: tiene una relaciĆ³n completa con la creencia y la sharia, de la creencia se deriva lo siguiente:
“La actividad econĆ³mica en el islam es adoraciĆ³n: el trabajo con una buena intenciĆ³n y ejecutado acuerdo a lo permitido en las leyes es considerado como adoraciĆ³n”, dijo Mahoma a sus compaƱeros al ser preguntado por un hombre trabajando: “Si sale a esforzarse por su niƱo, estĆ” en el camino de Dios; si sale a esforzarse por sus padres ancianos, estĆ” en el camino de Dios; si sale a esforzarse para sĆ­ mismo y no tiene que pedirle a los demĆ”s, estĆ” en el camino de Dios, pero si sale a esforzarse por presunciĆ³n y orgullo, estĆ” en el camino de SatĆ”n”. (Sahih At-Targuib wa Tarhib, Al-Albani)

Consciencia del conocimiento de Dios: dicen que si el gobernante y los ministros estĆ”n conscientes de que Dios conoce lo que hacen en secreto, y que serĆ”n juzgados en un Juicio Final, esto evita la corrupciĆ³n, el robo, engaƱo y deficiencia del trabajo, ya que aunque no sean supervisados todo el tiempo por sus jefes, sĆ­ estĆ”n conscientes de que Dios ve todo lo que hacen. De igual manera, el vendedor si fuera creyente no engaƱarĆ­a a sus compradores y viceversa.

Alejarse de lo prohibido: todo creyente se apartarĆ­a de las cosas que se prohĆ­ben en la legislaciĆ³n, por lo tanto no gastarĆ­a cantidades grandes en cosas prohibidas dentro del islam, como las drogas, el alcohol, la pornografĆ­a, las apuestas y cosas nocivas para la sociedad, como la usura. AsĆ­, tambiĆ©n se reprime la avaricia.

Gastar los bienes conforme a Dios lo legisla: En el islam el dinero y los bienes pueden ser bendiciĆ³n o discordia; dicen que el dinero no debe ser el objetivo principal del hombre, sino que deben de tenerlo en la mano, mĆ”s no en el corazĆ³n, asĆ­ como reconocer que Dios ha ordenado que el dinero debe de ser gastado en asuntos benĆ©ficos, y deben reconocer que todo lo que tienen no es solamente por su propio esfuerzo, sino que Dios quiso que asĆ­ fuera. Dijo Mahoma: “El sirviente de AlĆ” permanecerĆ” de pie en el DĆ­a de la ResurrecciĆ³n hasta que se le hagan cuatro preguntas: por su vida y a quĆ© la dedicĆ³, por su juventud y cĆ³mo la usĆ³, por sus propiedades, la forma de adquirirlas y el manejo que hizo de las mismas y por su conocimiento y por cĆ³mo lo utilizĆ³”. (Iqtidah Al-´ilm wa Al-´amal, Al-Albani).

2. Equilibrio en el cuidado del bienestar individual y general: dicen que es un sistema intermedio entre el socialismo y el capitalismo, se respeta el esfuerzo y trabajo individual, pero cuando hay un choque entre el bienestar general y el bienestar comĆŗn y no hay forma de salir de un perjuicio, se adelanta el bien general sobre el individual, remunerando al individuo conforme a su perjuicio.

3. Equilibrio entre lo espiritual y lo mundanal: invita a que el hombre trabaje y produzca en esta vida, como tambiƩn al mismo tiempo lo llama a buscar la otra vida, dice el CorƔn:
“¡Busca en lo que AlĆ” te ha dado la morada postrera, pero no olvides la parte que de la vida de acĆ” te toca! ¡SĆ© bueno, como AlĆ” lo es contigo! ¡No busques corromper en la Tierra, que AlĆ” no ama a los corruptores! (CorĆ”n 28:77)

Si un hombre es rico puede ser el mejor musulmĆ”n al igual que el pobre, lo Ćŗnico que los distingue es su obediencia a Dios.-

La sociedad en el islam

En el islam cada miembro de la sociedad tiene un conjunto de derechos y deberes. A todo ser humano que acepta esta religiĆ³n se le exige que oriente su vida de acuerdo con estas reglas.

De una manera general, la ley del islam impone cuatro clases de derechos y deberes en el hombre:

1. Los deberes hacia Dios, que todo hombre estĆ” obligado a cumplir.
El CorĆ”n incita a que el hombre reflexione y estĆ© en constante recuerdo de Dios, obedezca sus mandatos, acepte la voluntad y el decreto divino, se arrepienta constantemente y sepa que su funciĆ³n en esta Tierra es adorar a un solo Dios y complacerlo, dijo Mahoma: “Quien quiera que busque la complacencia de AlĆ” a pesar de disgustar a la gente, AlĆ” se ocuparĆ” de Ć©l y lo protegerĆ”. Pero quienquiera que busque la complacencia de la gente sin preocuparse de la ira de AlĆ”, AlĆ” lo abandonarĆ” al cuidado de la gente”. (At-Tirmidhi con cadena de transmisiĆ³n autĆ©ntica).

2. Los deberes del hombre con respecto a sĆ­ mismo.
El CorĆ”n especifica que Dios no cambia la situaciĆ³n de un pueblo o una sociedad hasta que los individuos de Ć©sta cambian lo que hay en sĆ­ mismos, respecto al cuerpo, mente y alma:
Cuerpo: estĆ” reprendido el comer con inmoderaciĆ³n, la mala apariencia, Mahoma dijo que un creyente fuerte es mĆ”s amado por AlĆ” que un creyente dĆ©bil, el baƱo corporal es obligatorio al asistir a las oraciones de los viernes, asĆ­ como el uso de perfume, cortarse las uƱas, afeitarse el pubis y depilarse las axilas.
Mente: Mahoma dijo que la bĆŗsqueda del conocimiento es un deber para todo musulmĆ”n, y dicen los eruditos musulmanes que en el CorĆ”n no hay otra sĆŗplica en la que se le instruye a Mahoma que pida el acrecimiento de algo, sino en el conocimiento.
Alma: el CorƔn encomienda purificar el alma a travƩs de las adoraciones y buenas obras y juntarse con quienes le invitan al bien.

3. Los derechos de los demƔs con Ʃl.

Los derechos con las terceras personas se clasifican en:

La familia

Sostener los vƭnculos de parentesco es uno de los mayores principios del islam y uno de los rasgos caracterƭsticos del Derecho islƔmico.

Los padres

En numerosas aleyas del CorĆ”n la orden de complacer a los padres estĆ” ligado despuĆ©s de la complacencia a Dios, Mahoma encomendĆ³ ser bondadoso con ellos aunque profesen una religiĆ³n diferente, y la madre debe ser la primera persona en grado de importancia para el musulmĆ”n, debe de tratar bien a los amigos de sus padres y pedir por ellos ya despuĆ©s de su fallecimiento. Desobedecerlos es uno de los pecados mayores. Inclusive antes de partir al Yihad tiene que gozar de su autorizaciĆ³n.

El matrimonio

En el CorƔn se describe que la vida matrimonial debe ser de la siguiente manera:
“Y entre Sus signos estĆ” el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona”. (CorĆ”n 30:21)

Obligaciones del marido respecto a su esposa: es obligatorio que el hombre mantenga a su esposa y a sus hijos, proporcionando alimento, vestido y vivienda; es su protector y debe darle buen trato, dijo Mahoma: “El creyente que tiene la fe mĆ”s completa es aquel que se comporta bien, y el mejor de entre vosotros es quien mejor trata a su esposa”. (Hadiz transmitido por At-Tirmidhi (#1162) quien lo clasificĆ³ como autĆ©ntico).

De la misma manera, la mayorĆ­a de los eruditos y entre ellos Ibn Hazm dicen que la mujer tiene derecho a tener relaciones con su marido por lo menos una vez cada menstruaciĆ³n.

Obligaciones de la esposa respecto a su marido: SegĆŗn la tradiciĆ³n islĆ”mica dijo Mahoma que el mejor consuelo en este mundo es una mujer piadosa, por lo tanto debe mostrar respeto y obediencia siempre que no sea pecado; no le estĆ” permitido admitir la entrada en la casa a alguien que desagrade a su marido, obedecer a alguien en contra de Ć©ste y acudir a su lecho cuando Ć©ste la requiera.

Los hijos: su primer derecho es que antes de nacer se haya escogido un buen padre o madre para Ć©l, tener un buen nombre, si es niƱa; no ser preferido el varĆ³n sobre ella por el padre, tenerles misericordia y no imprecar contra ellos, si se les da un obsequio, hacerlo equitativamente y no preferir a ninguno sobre los demĆ”s; Mahoma instruyĆ³ a que se les enseƱara la nataciĆ³n, el tiro de arco y el montar a caballo.

Comunidad y sociedad

¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre, AdĆ”n, y una mujer, Eva, y de su descendencia os congregamos en pueblos y tribus para que os reconozcĆ”is unos a otros. En verdad, el mĆ”s honrado de vosotros ante Allah es el mĆ”s piadoso. Ciertamente Allah es Omnisciente y estĆ” bien informado de lo que hacĆ©is. (CorĆ”n 49:13).

Los vecinos: el CorƔn prescribe continuamente tratar bien a los vecinos parientes y no parientes, estƔ prohibido incomodarlos o perjudicarlos, estƔ prohibido comer hasta saciarse mientras el vecino tiene hambre, y Mahoma dijo que aquƩl cuyo vecino no estƩ a salvo de su maldad no entrarƔ al Paraƭso.

4. Los derechos de los recursos que Dios ha puesto a su disposiciĆ³n y que le ha autorizado para su bienestar.

Etiqueta y dieta

Muchas prĆ”cticas comprenden la categorĆ­a de adab islĆ”mico o de etiqueta. Esto incluye entre otros el saludo "salamu` alaykum" ("la paz sea con vosotros"), diciendo "bismilah" ("en el nombre de AlĆ”"), antes de las comidas, y usan sĆ³lo la mano derecha para comer y beber. Las prĆ”cticas de higiene islĆ”micas principalmente en la categorĆ­a de aseo personal y de la salud, como la circuncisiĆ³n de los varones descendientes. Los rituales islĆ”micos de entierro incluyen el salat al-Janazah ("la oraciĆ³n fĆŗnebre"), ya que baƱan y envuelven el cadĆ”ver en un manto blanco y posteriormente lo colocan en la tumba. Los musulmanes, como los judĆ­os, estĆ”n restringidos en su dieta, y los alimentos prohibidos incluyen productos de cerdo, sangre, carroƱa y el alcohol. Toda la carne debe proceder de animales herbĆ­voros sacrificados en el nombre de Dios por un musulmĆ”n, judĆ­o o cristiano, con la excepciĆ³n del juego que uno tiene de caza o de pesca para uno mismo. La alimentaciĆ³n permisible para los musulmanes se conoce como alimentos halal.

Indumentaria islƔmica

Para los seguidores del islam, el puritanismo en la indumentaria es considerado como una orden de AlĆ”, segĆŗn establece su libro sagrado, el CorĆ”n, en el cual, Mahoma estableciĆ³ lo que estĆ” permitido usar o no para los musulmanes, y aquello que es recomendable y lo que no lo es. Tanto el hombre como la mujer no deben vestir ropas demasiado justas ni provocativas a la vista de los demĆ”s, cuando se estĆ” frente a personas ajenas a su familia, a excepciĆ³n de sus parejas.

EstĆ” plenamente prohibido que el hombre vista como mujer y viceversa.

Una de las consecuencias mĆ”s polĆ©micas de la moralidad de esta fe es la consideraciĆ³n en el islam del uso prescriptivo de una serie de prendas femeninas, que a veces son rechazadas en los territorios no islĆ”micos para los no musulmanes, como es el caso del velo o el burka.

Algunos defensores del islam responden a esta acusaciĆ³n argumentando que el islam mira a las mujeres como si fueran joyas. Afirman buscar su protecciĆ³n de los ojos lujuriosos y de los corazones perversos como es el caso de los violadores, ya que el islam evita los medios que lleven a un perjuicio grave para la sociedad, reduciendo con esto el nĆŗmero de adulterios, la fornicaciĆ³n y las violaciones. Estos argumentos pueden resultar ofensivos para los habitantes de paĆ­ses donde hay minorĆ­as islĆ”micas, ya que dicen que esto va en contra de los derechos de la mujer. BasĆ”ndose en su moral religiosa, establecen taxativamente que si cualquier hombre desea a una mujer, no tiene otro recurso sino el matrimonio; por ello es el Ćŗnico lazo que hace lĆ­cita la uniĆ³n del hombre con la mujer y permite todo aquello que antes era prohibido, puesto que para el islam el matrimonio es la Ćŗnica vĆ­a para que la mujer y el hombre puedan gozar uno del otro.

Imanes

Un imĆ”n, en Ć”rabe Ų„Ł…Ų§Ł…, es, en tĆ©rminos generales, la persona que dirige la oraciĆ³n colectiva en el islam.
La palabra imām (adaptada al castellano como imĆ”n) en el islam significa mĆ”s o menos literalmente "el que estĆ” delante"; por la etimologĆ­a, equivale aproximadamente a presidente (prae sidente: ‘el que se sienta delante’), aunque nunca se traduce asĆ­.
Se suele pensar que los imanes son el equivalente musulmĆ”n de los curas o los rabinos. Sin embargo, no es asĆ­: El islam carece de clero, y un imĆ”n, en principio, puede ser cualquier persona que conozca bien el ritual del rezo. Se sitĆŗa delante de los demĆ”s fieles en las mezquitas y sirve de guĆ­a para realizar el ritual de oraciĆ³n, aunque no es obligatorio seguirle. A menudo se afirma que cada musulmĆ”n puede ser su propio imĆ”n, con tal de que sepa rezar correctamente, y que el cargo de imĆ”n existe sĆ³lo mientras dura la oraciĆ³n.

Aunque tĆ©cnicamente es asĆ­, en la prĆ”ctica se da cierta profesionalizaciĆ³n. Hay personas que siguen estudios especĆ­ficos para dedicarse a esta tarea. La elecciĆ³n de un imĆ”n recae en principio en la propia comunidad que le va a seguir, aunque con frecuencia los poderes estatales u otros intentan intervenir en el nombramiento de imanes para mantener las mezquitas bajo control, sobre todo desde que se asiste a un auge del islamismo. A pesar de todo, el sistema posee una gran descentralizaciĆ³n en comparaciĆ³n con el de las iglesias o el del judaĆ­smo, dado que, desde un punto de vista estrictamente religioso (la polĆ­tica ya es otra cuestiĆ³n), no existe ninguna instancia superior que deba ratificar la formaciĆ³n de una comunidad.

El imanato chiĆ­

Entre los chiĆ­es, el tĆ©rmino imĆ”n, aparte de referirse al guĆ­a de una comunidad, es el tĆ­tulo que ostentaban los jefes supremos de toda la comunidad chiĆ­ (el equivalente al califa sunĆ­), cargo hereditario cuyo Ćŗltimo representante, Muhammad al Mahdi, segĆŗn la tradiciĆ³n, "desapareciĆ³" en el aƱo 873 d. C. y vive desde entonces oculto (el mahdi o imĆ”n oculto), rigiendo desde la sombra los destinos de la comunidad (creencia sostenida por la mayor parte de los chiĆ­es, denominados imamĆ­es).

Historia del islam

Arabia preislƔmica

Arabia antes de Mahoma estaba escasamente poblada por habitantes de habla Ć”rabe. Algunos eran beduinos, pastores nĆ³madas organizados por tribus. Algunos eran agricultores, que vivĆ­an en oasis en el norte, o en las Ć”reas mĆ”s fĆ©rtiles y densas en el sur (en lo que se conoce ahora como Yemen y OmĆ”n). En ese tiempo, la mayorĆ­a de los Ć”rabes eran seguidores de las religiones politeĆ­stas, aunque unas pocas tribus seguĆ­an el judaĆ­smo, el cristianismo (incluido el nestorianismo) o zoroastrianismo. La ciudad de La Meca era un centro religioso para algunos politeĆ­stas Ć”rabes norteƱos, ya que contenĆ­a el muro sagrado del Zamzam y un pequeƱo templo, la Kaaba.

Auge del califato (632–750)

La historia del islam comienza en la Arabia en el siglo VII con la predicaciĆ³n del profeta Mahoma, seguida de la violenta conquista de los mayores Estados de la Ć©poca: El imperio persa sasĆ”nida, buena parte del Imperio romano y el reino visigodo.

La primera fecha absoluta en la historia del Islam es el aƱo 622, cuando Mahoma se trasladĆ³ con sus seguidores de la Meca a Medina. En esa Ć©poca ya era muy crĆ­tico con el paganismo existente entre los habitantes de la Meca, y su doctrina de la unidad de Dios y sus crĆ­ticas a la idolatrĆ­a le crearon muchos enemigos allĆ­. Los habitantes de Medina, por el contrario, lo recibieron con gusto como Ć”rbitro de sus disputas internas y estaban dispuestos a aceptar sus implicaciones religiosas siempre y cuando estuvieran de acuerdo con sus necesidades sociales y polĆ­ticas. La migraciĆ³n de la Meca a Medina se conoce como la HĆ©gira y los musulmanes comienzan a fechar su nueva era a partir de ella. En Medina fueron recibiendo cada vez mĆ”s ayuda y se adhirieron otros grupos Ć”rabes, a los que Mahoma autorizo para atacar las caravanas de la Meca. Por ultimo en el aƱo 630. La Meca cayĆ³ en su poder y sus Ć­dolos fueron destruidos. En el centro de la mezquita de la Meca estaba la Ka´ba o kaabar (casa de Dios), una estructura en forma de cubo que fue purificada y dedicada a Dios. El profeta muriĆ³ dos aƱos despuĆ©s. A Mahoma le sucediĆ³ su amigo devoto AbĆŗ Bakr, que se convirtiĆ³ asĆ­ en el primer califa de los musulmanes. Al cabo de dos aƱos cayĆ³ enfermo y muriĆ³ y fue sucedido por Umar, que capturĆ³ para el Islam amplias zonas de los imperios romano, persa y todo Egipto. Fue asesinado por un esclavo persa, tras lo cual un comitĆ© formado por seis miembros de la tribu quarasi debatiĆ³ sobre quien deberĆ­a ser el sucesor: Uthman ibn Affan, otro de los primeros seguidores de Mahoma. Bajo Uthman, el Nuevo califato se vio sumido en una guerra civil a la que se le llamĆ³ la Fitna, o desorden. Muchos de los familiares y primeros seguidores de Mahoma estaban descontentos con Uthman, porque sentĆ­an que estaba favoreciendo indebidamente a sus parientes y actuando menos como un lĆ­der religioso y mĆ”s parecido a un rey. Soldados rebeldes mataron a Uthman y ofrecieron el liderazgo a Ali ibn Abi Talib, el primo y yerno de Mahoma. Muchos musulmanes (en particular quienes tenĆ­an sus propios candidatos al califato) rechazaron aceptar a Ali como lĆ­der, por lo que Ć©ste pasĆ³ su breve califato luchando contra las facciones disidentes y los parientes de Uthman, los Omeyas. Ali muriĆ³ a manos de un asesino jariyĆ­, y los Omeyas reclamaron el califato. Ellos lograron retener el liderazgo de la mayorĆ­a de los musulmanes por varias generaciones, pero salvo por un breve perĆ­odo, nunca volvieron a gobernar sobre un imperio islĆ”mico no dividido. La fe islĆ”mica divergiĆ³ tambiĆ©n, separĆ”ndose en las principales de la actualidad: los SunĆ­es y los ChiĆ­es.

En la historia del islam existen diversas dinastƭas que se disputaron los califatos o el liderazgo del islam y muchos Estados islƔmicos que ofrecƭan una mƭnima o ninguna obediencia al califa.

No obstante, el imperio de los califas abbasĆ­es y el de los turcos selyuquĆ­es se contaban entre los mĆ”s poderosos de su Ć©poca. DespuĆ©s de la desastrosa derrota de los bizantinos en la batalla de Manzikert en 1071, la Europa cristiana llevĆ³ a cabo diversas Cruzadas. Tras la Primera Cruzada, los occidentales lograron capturar y gobernar por algĆŗn tiempo JerusalĆ©n. Saladino, sin embargo, restableciĆ³ la unidad islĆ”mica en el Oriente PrĆ³ximo y derrotĆ³ a los chiĆ­es fatimĆ­es.

Entre los siglos XIV y el XVII, uno de los mĆ”s poderosos imperios fue el Imperio de MalĆ­, cuya capital era TombuctĆŗ. Sin embargo, esta cultura estuvo profundamente pautada por la Ć”rabe (incluso en el idioma), no siendo realmente original.

En el siglo XVIII, hubo tres grandes imperios musulmanes: el otomano en TurquĆ­a, Oriente PrĆ³ximo y MediterrĆ”neo; el safavĆ­ en IrĆ”n y el mogol en la India. En el siglo XIX, estos imperios habĆ­an caĆ­do bajo la dominaciĆ³n del poder polĆ­tico y econĆ³mico de Europa. DespuĆ©s de la Primera Guerra Mundial, el remanente del Imperio otomano fue dividido en protectorados o esferas de influencia europeas. El islam y el poder polĆ­tico del islam han experimentado un resurgimiento en el siglo XX, en buena medida gracias al petrĆ³leo. Sin embargo, las relaciones entre Occidente y cierto nĆŗmero de Estados de mayorĆ­a musulmana siguen siendo precarias cuando no tensas.

Tiempos modernos (1918-presente)

Luego de las pƩrdidas posteriores a la primera guerra mundial, los restos del Imperio otomano son esparcidos con los protectorados europeos. Desde entonces la mayorƭa de las sociedades musulmanas se han convertido en naciones independientes, y han adquirido prominencia nuevos temas, como la riqueza petrolera y las relaciones con el Estado de Israel.

El islam contemporƔneo

Si bien el mƔs famoso movimiento del islam en tiempos recientes ha sido el fundamentalismo islƔmico, existen diversas corrientes liberales que ven como alternativa el alinear al islam con los tiempos contemporƔneos.

Este movimiento no estĆ” dirigido a cuestionar los fundamentos del islam, sino que trata de aclarar malas interpretaciones o abrir paso a la renovaciĆ³n del islam como un centro moderno de pensamiento y libertad.

La poblaciĆ³n musulmana actual

Para el aƱo 2005 el islam era la segunda religiĆ³n con mĆ”s seguidores en el mundo, un 19,9% de la poblaciĆ³n mundial. Es asimismo la religiĆ³n que estĆ” creciendo mĆ”s rĆ”pidamente, hecho atribuible principalmente al mayor crecimiento demogrĆ”fico en los paĆ­ses musulmanes, asĆ­ como a las conversiones al islam como religiĆ³n monoteĆ­sta.
La poblaciĆ³n musulmana se estima que excede los 1.200 millones de personas. Solamente el 18% de los musulmanes son Ć©tnicamente Ć”rabes; otro 20% se encuentra en la regiĆ³n del sur del Sahara en Ɓfrica, y el 30% en el subcontinente indio (sumando los fieles de PakistĆ”n, Bangladesh y la India). El paĆ­s con la poblaciĆ³n de musulmanes mĆ”s grande del mundo es Indonesia, con casi 200 millones de fieles. TambiĆ©n hay importantes grupos musulmanes en China, Europa, Asia Central y Rusia.
En Europa, Austria fue el primer paĆ­s en reconocer el islam como una de sus religiones oficiales, mientras que Francia es el paĆ­s europeo con mayor poblaciĆ³n de musulmanes: 6 millones, que representan un 10% de su poblaciĆ³n total.

El islam en LatinoamƩrica y EspaƱa

Se dice que esclavos que llegaron a AmĆ©rica con los conquistadores espaƱoles introdujeron el islam en esta regiĆ³n, se establecieron en paĆ­ses como Brasil, Venezuela, PanamĆ” y Colombia.

En EspaƱa hay alrededor de un millĆ³n de musulmanes, mientras que la comunidad mĆ”s grande de musulmanes en LatinoamĆ©rica se encuentra en Brasil. En Argentina estĆ” localizado el Centro IslĆ”mico Rey Fahd que es el mĆ”s grande de SuramĆ©rica. En Colombia la Mezquita de Omar Ibn Al-Jattab en Maicao, La Guajira; en Caracas existe la mezquita Ibrahim, en MĆ©xico la mezquita Dar as Salam, cerca de la ciudad de MĆ©xico y en el caso de Chile, la mezquita As-Salam en Santiago, la mezquita Mohhamed VI en Coquimbo y la mezquita Bilal en Iquique.

Lugares Santos

Los lugares santos del islam son tres: las ciudades de La Meca y Medina, asƭ como la Mezquita de Al-Aqsa en JerusalƩn.

SĆ­mbolos del islam

ErrĆ³neamente se piensa que el verde es el color del islam, pero esto no es cierto; mĆ”s adelante se explicarĆ” el origen de esta confusiĆ³n. Creen que la adoraciĆ³n a sĆ­mbolos u objetos materiales va en contra del monoteĆ­smo. Mucha gente piensa que la estrella y la luna creciente simbolizan el islam, pero esto tampoco es cierto. Eran, simplemente, el sĆ­mbolo del Imperio otomano y no del islam. El color verde tambiĆ©n se asocia frecuentemente con el islam por costumbre, sin que tenga significado religioso alguno. Sin embargo, los musulmanes a menudo usan azoras caligrafiadas para decorar las mezquitas o sus casas propias.

El panarabismo tradicionalmente ha utilizado el rojo, el blanco, el verde y el negro en las banderas de diversos paĆ­ses de poblaciĆ³n mayoritariamente musulmana, por lo que dichos colores a veces se confunden con los colores del islam. Estos colores pueden observarse en las banderas de Yemen, Egipto, SudĆ”n, Irak, Siria, Sahara Occidental y Palestina. El color rojo simboliza la sangre de los mĆ”rtires y tambiĆ©n fue el color de la dinastĆ­a HachemĆ­. El color blanco fue empleado por la DinastĆ­a de los Omeyas y el verde por el Califato FatimĆ­. El negro fue el color del Califato AbbasĆ­. Su Ćŗnico sĆ­mbolo, usado en guerras, es la media luna.

Calendario islƔmico

El calendario islĆ”mico comienza con la HĆ©gira, es decir, la emigraciĆ³n de Mahoma de La Meca a Medina. Ese aƱo equivale al 622 del calendario gregoriano. Los aƱos del calendario lunisolar pueden tener 354 Ć³ 355 dĆ­as. Por eso, para establecer un aƱo islĆ”mico, no basta con restar 622 aƱos al calendario gregoriano.
Los dƭas festivos islƔmicos, basados en el calendario lunisolar, se celebrarƭan en distintas fechas cada aƱo si los llevƔramos al calendario gregoriano.

Festividades

Los musulmanes tienen dos festividades: Eid al-Fitr, en Ć”rabe: Ų¹ŁŠŲÆ Ų§Ł„ŁŲ·Ų±, ‘banquete de caridad’ y Eid al-Adha, en Ć”rabe: Ų¹ŁŠŲÆ Ų§Ł„Ų£Ų¶Ų­Ł‰, ‘celebraciĆ³n del sacrificio’, otros agregan el dĆ­a viernes.
Eid al-Fitr: significa el fin del RamadƔn. La noche anterior al primer dƭa de esta fiesta tambiƩn se considera particularmente auspiciosa. Por la maƱana temprano, la comunidad en conjunto realiza diferentes oraciones y celebra un desayuno que marca el fin del ayuno del mes mƔs importante para el mundo musulmƔn.

Eid al Adha: es representada por los musulmanes de todo el mundo con la ofrenda de un sacrificio animal, comĆŗnmente una vaca o un cordero, como una acciĆ³n de gratitud para Dios por salvar la vida del hijo del profeta Abraham. Con esta festividad, los musulmanes recuerdan que el islam significa sumisiĆ³n, ya que nadie mostrĆ³ mejor su sumisiĆ³n a Dios que Abraham, en Ć”rabe: Ų„ŲØŲ±Ų§Ł‡ŁŠŁ… Ibrahim, quien estuvo dispuesto a sacrificar a su propio hijo como prueba de su lealtad a Dios.

Estas dos festividades las celebran los creyentes visitando los hogares y comiendo los platos especiales cocinados para esta ocasiĆ³n. Todos se sientan juntos. Por tradiciĆ³n los niƱos reciben regalos, las gratificaciones y los dulces entregados por sus seres queridos como sĆ­mbolo de amor. La forma de desear una feliz fiesta es pronunciando las palabras: ¡Eid Mubarak!

CaligrafĆ­a

La caligrafƭa Ɣrabe estƔ asociada con el arte geomƩtrico islƔmico del arabesco en las paredes y tambiƩn en los techos de las mezquitas, asƭ como en los textos escritos. Muchos artistas contemporƔneos en el mundo islƔmico dibujan basƔndose en la herencia de la caligrafƭa Ɣrabe para utilizar inscripciones y abstracciones caligrƔficas en su trabajo.
La caligrafĆ­a ha comenzado a ser la mĆ”s venerada forma de arte islĆ”mico porque constituye un enlace entre la lengua de los musulmanes y su religiĆ³n. El libro sagrado del islam, el CorĆ”n, ha jugado un rol muy importante en el desarrollo y evoluciĆ³n de la lengua Ć”rabe, y por extensiĆ³n, en la forma de escribir el alfabeto Ć”rabe, es decir, en su caligrafĆ­a. Proverbios y amplios pasajes del CorĆ”n siguen siendo fuentes activas para la caligrafĆ­a islĆ”mica.

Denominaciones: Escuelas y ramas del islam

En el islam hay diferentes denominaciones religiosas que son esencialmente similares en la creencia, pero tienen diferencias teolĆ³gicas y legales importantes. Las mayores ramas del islam son los sunĆ­es (o sunitas) y los chiĆ­es (o shiitas). El sufismo no es una rama, sino una derivaciĆ³n esotĆ©rica del islam. Distintas cofradĆ­as y Ć³rdenes practican esta versiĆ³n del islam. El sufismo, si bien estĆ” asociado al islam como mĆ­stica, es una corriente considerada anterior al islam, y que de algĆŗn modo entroncĆ³ con Ć©ste.

SunĆ­es

Cerca del 90% de los musulmanes son sunĆ­es (sĆ³lo son minorĆ­a frente a los chiĆ­es duodecimanos en IrĆ”n, Irak y LĆ­bano). Creen que Mahoma fue un profeta, un ser humano ejemplar y que deben imitar sus palabras y actos en la forma mĆ”s exacta posible, pues el CorĆ”n indica que el profeta Mahoma es un buen ejemplo a seguir. Los hadices describen sus palabras y actos, constituyendo el principal pilar de la doctrina sunĆ­.

ChiĆ­es

Los musulmanes chiĆ­es, la segunda rama mayor del islam, difieren de los sunĆ­es en que rechazan la legitimidad de los tres primeros califas. Siguen los preceptos de hadices diferentes a los de los sunĆ­es y tienen sus propias tradiciones legales. Los eruditos chiĆ­es tienen mayor autoridad que los sunĆ­es y mayor amplitud para la interpretaciĆ³n del CorĆ”n y de los hadices. Los imanes desempeƱan un papel fundamental en la doctrina chiĆ­. La principal vertiente chiĆ­ es la escuela ya`farĆ­ (llamada asĆ­ en honor de su fundador, Ya`far as-Sadiq) o escuela chiĆ­ duodecimana, cuyo nombre deriva de los doce imames o lĆ­deres infalibles que reconocen despuĆ©s del fallecimiento de Mahoma. Las principales comunidades chiĆ­es duodecimanas estĆ”n en IrĆ”n, Irak, Bahrain y El LĆ­bano.

En sentido no estricto, se denomina tambiƩn chiƭes a sectas tales como las del grupo ismailƭ, entre ellas los seguidores del Aga Jan, localizados principalmente en el Subcontinente Indio, los alawitas de Siria, los zaƭdes del Yemen, etc.

Sufismo

El sufismo es una prĆ”ctica que tiene seguidores entre los sunĆ­es y los chiĆ­es. SegĆŗn la mayorĆ­a de los autores sunĆ­es, es el camino de la prĆ”ctica del tercer aspecto del islam, el ihsan o perfecciĆ³n espiritual. Por otro lado, puede decirse que su objetivo es el esfuerzo por adquirir las caracterĆ­sticas del siervo o ser humano perfecto (insan al-kamil o abd al-kulli). Enfatizan varios aspectos espirituales, como el perfeccionamiento de la fe, el estado de rememoraciĆ³n divina continuo (dhikr), la purificaciĆ³n del ego (nafs) a travĆ©s de determinadas prĆ”cticas espirituales. La mayorĆ­a de sus seguidores se organizan en cofradĆ­as (tariqa en Ć”rabe) sufĆ­es. No obstante, hay algunas de ellas que no pueden incluirse dentro de esas dos ramas, como es la bektashi u otras, como las de apariciĆ³n en Europa y AmĆ©rica, que pertenecen a movimientos new age.
El sufismo estƔ presente en el mundo islƔmico desde su Occidente, en paƭses como Senegal, hasta su Oriente, como por ejemplo Indonesia, asƭ como en paƭses europeos o americanos.

Jariyismo

Los jariyĆ­es o jariyitas, en Ć”rabe Ų®Ų§Ų±Ų¬ŁŠ plural Ų®ŁˆŲ§Ų±Ų¬, jāriyÄ«, plural jawāriy, son la tercera rama principal del islam, junto a la de los chiĆ­es y los sunĆ­es.

La palabra jariyĆ­ significa "el que se sale", en referencia a la deserciĆ³n que protagonizaron en el aƱo 657 cuando abandonaron el bando de Ali Ibn Abi Talib al aceptar Ć©ste en el campo de batalla de SiffĆ­n un arbitraje entre Ć©l y su adversario, el omeya Muawiya.

A diferencia de los sunƭes, que consideraban que el califa debƭa ser un Ɣrabe miembro de la tribu de Quraish, y de los chiƭes, que consideraban que debƭa ser Ali o un descendiente directo suyo, los jariyƭes pensaban que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir libremente al mƔs digno "aunque sea un esclavo negro".
Hoy en dĆ­a, continuada tan sĆ³lo por los ibadĆ­es de OmĆ”n y prĆ”cticamente extinta en el resto del mundo islĆ”mico.- See more at: http://www.diosuniversal.com/religiones/Islam#sthash.MjGZx3Lk.dpuf