La carne faenada se vende “al corte” en carnicerĆas y restaurantes.
Gretel Olivares
olivaresg@lmneuquen.com.ar
JunĆn de los andes.- Los cazadores furtivos entran de noche a los campos y hasta utilizan armas con silenciador para llevarse desde una vaca hasta un ciervo. Les da lo mismo, porque el negocio estĆ” en vender “al corte” las piezas en las carnicerĆas de los barrios y restaurantes paquetes.
Como los precios de la carne se dispararon, la actividad cuatrera comenzó a ser cada vez mÔs frecuente. En el último año se duplicaron los casos en la zona cordillerana, donde el mercado negro de la carne preocupa a los estancieros: reclaman mÔs patrullaje, controles bromatológicos, y que la Justicia tome medidas para disuadir a los delincuentes.
Estancias como Toki Ever, San Pedro, El Porvenir y Cerro de los Pinos son las mƔs afectadas por el cuatrerismo, al que se suman incidentes por la caza furtiva de especies silvestres.
La PolicĆa desplegó un operativo especial para decomisar los ejemplares y detener a los cazadores y cuatreros, que hacen inteligencia para evitar ser arrestados.
En lo que va del aƱo, la PolicĆa de NeuquĆ©n registró 45 hechos de cuatrerismo y caza furtiva, lo que representa un aumento que casi duplica los casos del 2014, donde sólo hubo 27.
Desde la Dirección de Seguridad se implementaron operativos de control en horarios no convencionales para dar batalla contra la mafia que opera en la zona y mantiene desvelado tanto a pequeños crianceros como a grandes estancieros.
“Lo dramĆ”tico es que esta gente entra a los campos de noche armada y hasta con silenciador”, describió MartĆn Zimmermann, presidente de la Sociedad Rural de JunĆn, a LM NeuquĆ©n.
En los últimos meses, varios operativos realizados por efectivos de TrÔnsito Rural dieron paso a persecuciones y posteriores detenciones de sospechosos por abigeato, que es el robo de animales.
La alerta surgió tras una seguidilla de robos de ganado vacuno ocurrida en el sector conocido como La Angostura o Curva de los Santos, comprendido entre los puentes Currué y Quilquihue, distante uno de otro por unos 8 kilómetros.
Desde la División de TrĆ”nsito Rural de JunĆn secuestraron: once armas -entre carabinas y fusiles de diferentes calibres-, siete cuchillos, cinco vehĆculos y 12 ejemplares -entre vacas y ciervos-.
Vacas, choiques, ovejas, equinos, ciervos y chanchos jabalà son las especies mÔs codiciadas.
“En general este delito es cometido por gente que conoce el terreno y tiene experiencia en tareas de campo, saben faenar”, describió el titular de la división de TrĆ”nsito de JunĆn, Sergio Peucón.
En cuanto a la dinĆ”mica delictiva, explicó que “a veces se corta el alambrado de un campo cerca de donde estĆ”n los animales. En otras, disparan desde un vehĆculo que circula por ruta, como la 49, para derribar al animal y luego se detienen para cargarlo. Y en otros casos, en determinado horario dos personas se quedan caminando en los campos, matan a los animales y luego, otros dos -de madrugada- los pasan a buscar y asĆ evitan ser detectados”, concluyó Peucón.