Y vos... ¿qué hacías en el 83? - Piedra OnLine

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domingo, 13 de diciembre de 2015

Y vos... ¿qué hacías en el 83?

Al cumplirse 32 años del regreso de la democracia en el país, te contamos las historias de un grupo de personas que con el tiempo lograron ser reconocidos dirigentes de Neuquén.
Mario Cippitelli
cippitellim@lmneuquen.com.ar

Francisco Carnese
carnesef@lmneuquen.com.ar

Neuquén.- El cartero se acomoda el bolso y golpea a la puerta. "¿Quién esss?", suena una voz de mujer del otro lado. "El cartero, señora", contesta el joven con tono amable.

Está terminando 1983 y el país está a punto de comenzar una nueva etapa histórica, luego de años de dictadura militar. Raúl Alfonsín asume como presidente de la Nación, tras una sorpresiva e histórica victoria sobre el candidato del peronismo, Ítalo Lúder. En Neuquén Felipe Sapag vuelve a hacer fuerte al MPN, el partido que nació como respuesta a la proscripción del peronismo.

Es un volver a empezar, a recorrer caminos olvidados, a hacer uso de las instituciones, a equivocarse para aprender de los errores, pero a partir de ese momento, es una puerta a la libertad.

Finaliza el año y los argentinos están distendidos, expectantes, pero con ganas de ver al nuevo gobierno. En cada provincia la gente trabaja entusiasmada. Todos coinciden en que con la democracia se termina el terror.El cartero sonríe y le entrega la carta a la mujer y luego se retira para seguir viaje a otras casas del pueblo que esperan correspondencia. El muchacho está contento con la llegada de la democracia porque tiene proyectos y ganas de vivir nuevos aires. El cartero se llama Ramón Rioseco, un joven de Cutral Co que trabaja en el Correo Argentino y que también estudia magisterio.

Euforia fue la que se vivió en todo el país tras las elecciones del 83 y la llegada de la democracia. Todo el país festejó".

Rioseco es un veinteañero de perfil bajo que con la ola de la democracia comienza a militar en un partido recientemente creado que es la JDP (Justicia, Democracia y Participación) que lidera, entre otros dirigentes, un abogado de Neuquén: Oscar Massei. Quiere ser maestro de primaria, pero también sueña con participar en política y algún día llegar a ser un destacado dirigente. ¿Intendente de la ciudad? ¿Por qué no?

A 1200 kilómetros del pueblo petrolero, Buenos Aires florece al ritmo de la democracia. La buena onda se nota en las calles, en los bares, en las instituciones republicanas que vuelven a funcionar, como el Congreso.

Un joven abogado llamado Jorge Augusto Sapag acompaña a su padre Elías en la responsabilidad de representar a la provincia de Neuquén en el Senado. Lo hará como asesor y le servirá para conocer los secretos de la política, aprovechando a ese viejo sabio que fue uno de los fundadores de MPN. Con él aprenderá mucho. Tiene 32 años y está convencido de que además de su título de abogado, logrará algún día iniciar una carrera política que lo convierta en un líder como su padre Elías o su tío Felipe, el gobernador, quien alguna vez fue un carnicero de pueblo.

Todos los gremios volvieron a funcionar con normalidad y sin el terror que impuso la dictadura".

Con la llegada de la libertad y la democracia, el MPN se prepara para ratificar su condición de partido grande. Apuesta a los más experimentados dirigentes, pero también le da la oportunidad a los jóvenes. Uno de ellos es Jorge Sobisch, un hombre de 40 años que hasta hace poco era el presidente del Club Independiente, pero que un día se lanzó a la arena política aprovechando la experiencia de su padre, otro de los fundadores del partido. Los viejos lo aceptaron para que fuera candidato a intendente de la ciudad de Neuquén, sin necesidad de convocar a internas. Y el flaco carismático de bigotes generosos se lanzó y ganó. Jorge Omar sonríe desde el balcón de la Municipalidad junto a Felipe, frente a una multitud que festeja en el monumento a San Martín el triunfo de Alfonsín, del MPN, de la democracia, de la libertad. Mira asombrado a la gente que grita y festeja. Piensa que algún día podrá tener la oportunidad de llegar un poco más lejos. Tal vez a gobernador.

La militancia gana las calles rápidamente. El 83 se está terminando, pero empieza otro más prometedor. Los jóvenes comienzan a participar en reuniones políticas, a informarse. Lo hacen estudiantes, obreros, amas de casa, empleados, profesores. En la Universidad del Comahue, una doctora en Bioquímica de 34 años, llamada Ana Pechen, trabaja como investigadora y también participa en la vida política universitaria. Se afilió al MPN entusiasmada con los aires de cambio, pero todavía no tiene participación activa dentro del partido. Probablemente lo haga dentro de poco. Se pregunta si una mujer puede ganar un espacio de poder y llegar bien alto. Duda, pero también sueña.
En la planta de gas de la cooperativa CALF, el jefe de administración y comercialización extiende con euforia el reciente festejo de Raúl Alfonsín. Se llama Horacio Quiroga, tiene 29 años y es un muchacho inquieto que hace poco llegó desde San Martín de los Andes a la ciudad de Neuquén.

Carisma: Alfonsín se dirige a una multitud. El dirigente dio la sorpresa al vencer al peronismo.

Pechi, como le dicen los amigos y familiares, siente pasión por la política. Dos años atrás ganó las elecciones vecinales de Barrio Nuevo y ahora, en democracia, quiere seguir por más. Le gusta la ciudad, pero ve que todavía es un pueblo grande que necesita de todo para desarrollarse. Se le ocurren planes que le cambiarían la cara a la capital, pero es consciente de que para llevarlas a cabo tiene que empezar la carrera política. Ser concejal y -si puede- más adelante, intendente. Se ríe de sólo pensarlo, pero está tan convencido que se lo comenta a sus allegados. "Cómo me gustaría ser intendente", dice y sueña. Si se le diera la oportunidad...

En vísperas de la democracia, en los gremios se nota la misma efervescencia que en los partidos políticos. Durante años fueron perseguidos, acorralados y asesinados, pero ahora los dirigentes sindicales esperan una nueva etapa para salir en defensa de los trabajadores. En la empresa Astrafor sobresale un delegado de 39 años que se llama Guillermo Pereyra. Afiliado al MPN, "el Caballo", como le dicen sus amigos, está convencido de que tiene alguna chance en las elecciones que se llevarán a cabo el año próximo para elegir autoridades en el Sindicato de Petróleo de Neuquén. Si gana, sueña con convertirse en un dirigente reconocido y poderoso, como los viejos líderes sindicales que tuvo el peronismo en otras épocas. Optimista, prepara una lista con su compañero José Tello. Tal vez tenga suerte.

Volvió: Felipe Sapag se impuso sin problemas en los comicios del 83. Sobisch ganó la intendencia.

Las organizaciones gremiales florecen en cada ámbito de trabajo público o privado. Ese año un enfermero llegado desde Santa Fe decide ganarse la vida en la megaobra de Alicurá y rápidamente comienza a tener un perfil de líder entre los trabajadores. Se llama Sergio Rodríguez y en una asamblea realizada en la villa lo votan como delegado gremial de técnicos, capataces y personal de maestranza. Y se entusiasma con esta actividad. Está convencido de que algún día se convertirá en el titular de algún gremio importante y que es sólo cuestión de tiempo. Atrás quedarán el delantal de enfermero, las inyecciones y curaciones.

Lo mismo piensa Jorge Bascur, un morocho con pinta de recio y mucha presencia, que trabaja como mozo en el Hotel del Comahue. Jorge es conocido por miles de muchachos que los fines de semana van a tomar algo al edificio recientemente inaugurado, uno de los pocos lugares de esparcimiento que tiene la ciudad de Neuquén.

De saco azul eléctrico, con solapas negras y una impresionante hebilla de oro que tiene en el cinturón, Jorge se convierte en un pintoresco personaje de la sociedad neuquina, aunque él -como otros tantos trabajadores- quiere ser un dirigente sindical para defender a sus compañeros gastronómicos. Lo intentará dos años después.

Llegó la democracia y todos apuestan al futuro, sin saber qué decidirá el destino. Carlos Roberti trabaja como técnico electromecánico en la empresa Ingeniería SIMA. En su familia, la política siempre fue tema de conversación y Carlos se entusiasma, aunque sin militancia. Él también se imagina un país distinto y sueña con superarse, pero no sabe cómo. En ese momento no se le cruza por la cabeza que muchos años después se convertirá en empresario y en un dirigente de Acipan, mucho menos que impulsará y será el motor de una cadena de heladerías exitosas, cuyo nombre -Piré- todavía es desconocido para la sociedad neuquina.

Son todas historias de 1983, un año clave para los argentinos, un punto de inflexión para el país. Los protagonistas de estas pequeñas vivencias evolucionaron en las últimas décadas. Con el tiempo se volvieron reconocidos dirigentes de la política, la vida gremial y empresaria y fueron parte del desarrollo de la ciudad y la provincia de Neuquén. Algunos lo soñaron, otros tuvieron la oportunidad en el momento justo. Como fuera, todos se destacaron en lo suyo.

Treinta y dos años parecen muchos, pero también son nada cuando la historia de una provincia joven se mira hacia atrás y rápidamente se ve el reflejo del crecimiento, de los cambios de su gente y sus instituciones.

Cuando se cumplen aniversarios tan importantes como estos, surgen los recuerdos de aquel año histórico. Y en las charlas de amigos, de café u oficinas, nunca falta alguien que haga la pregunta de siempre cuando se traen a la memoria aquellos tiempos: "Y vos... ¿qué hacías en el 83?".

Resultados que no se olvidan

El 30 de octubre de 1983 Raúl Alfonsín ganó las elecciones presidenciales. Con la Unión Cívica Radical logró el 51,75 por ciento de los votos frente a Ítalo Lúder, que consiguió el apoyo del 40,16 por ciento del electorado. En Neuquén, la fórmula Felipe Sapag-Horacio Forni se impuso con el 55 por ciento de los votos ante el binomio Oscar Massei-Luis Novoa. El tercer lugar fue para la UCR que estaba representada por Armando Vidal y Eduardo del Río.

En la capital neuquina la gente salió a las calles a festejar. No sólo se cantaba el nombre de Alfonsín, sino también el de don Felipe.

Los festejos comenzaron cerca de las 21, cuando los medios de comunicación ya daban a conocer una tendencia definitiva en los resultados del escrutinio, y continuaron entrada la noche.