Se observaron a dos jóvenes primates limpiando su territorio de las trampas dejadas por cazadores furtivos en Ruanda.
Es de conocimiento universal que los primates son los parientes mÔs próximos del ser humano, con actitudes y comportamientos que se asemejan bastante. Aunque igualmente existe un abismo de diferencias, pareciera que cada vez mÔs estÔn adquiriendo habilidades humanas.
Asà fue como por primera vez se descubrió a dos jóvenes gorilas de cuatro años desmantelando trampas para limpiar el territorio de su clan. Algo sorprendente y que no se sabe cómo lo aprendieron.
Quienes hicieron el hallazgo fue un equipo de antropólogos de la Fundación Dian Fosseyque se encontraban explorando las selvas de Ruanda en Ćfrica. Tal fue la sorpresa que la antropóloga del centro de investigación de Karisoke de la Fundación para la Conservación de los Gorilas, expresó segĆŗn el diario ABC:
No conozco ningĆŗn otro informe en el mundo que se refiera a jóvenes gorilas destruyendo trampas. Tenemos la mayor base de datos sobre observaciones de gorilas salvajes, y me sorprenderĆa mucho que alguien hubiera visto nunca algo parecido.
Las trampas que consisten en una soga atada a una rama de bambĆŗ, que se dobla hacia abajo en el suelo con otro palo o piedra para mantenerla fija, son instaladas por cazadores furtivos que buscan atrapar antĆlopes y otro animales.
Aunque los primates no son de su interés, muchos de estos resultan heridos o muertos a causa de las heridas. De hecho los que se ven afectados son los gorilas jóvenes que no tienen la suficiente fuerza de uno adulto para liberarse por sà mismos.
Esto ocurre frecuentemente en la zona y su población de gorilas llamada Gorilla beringei beringei no soporta la pérdida continua de sus ejemplares jóvenes.
Los antropólogos se dedican a recorrer a diario el parque nacional para localizar y desarmar las trampas. Cuando uno de los rastreadores comenzó a desarmar una, recibió un aviso de un macho dominante del clan de gorilas para que se alejara.
Al hacerlo, uno de los gorilas saltó sobre la rama de Ôrbol doblada para romperla mientras el otro liberaba la soga. Luego, junto a la ayuda de un tercero fueron divisados desarmando otra de las trampas.
Una rĆ”pida acción de la que parecĆan estar acostumbrados. A pesar de esto, los humanos no pueden enseƱarle a mĆ”s gorilas a desmantelar trampas porque no se puede interferir ni afectar el comportamiento natural de los clanes. Por el momento, se espera que estos jóvenes gorilas transmitan sus conocimientos a los demĆ”s de su grupo.

