El gobierno imposible de Mauricio Macri - Piedra OnLine

Información del Mundo

lunes, 4 de abril de 2016

El gobierno imposible de Mauricio Macri

“Todo no se puede”, respondió el empresidente a un ex combatiente de Malvinas. ¿Todo?Si desde que comenzó la ceocracia amarilla no han tomado una sola medida a favor de los trabajadores. ¿Por quĆ© no dio esa respuesta a los buitres? 

DespuĆ©s de haber coqueteado en el Imperio durante varios dĆ­as para tramar la entrega del paĆ­s y destinar menos de diez minutos a homenajear a los caĆ­dos, la contestación de Macri sobre la situación laboral de los familiares de los HĆ©roes fue Ć©sa: “todo no se puede”. Cuando la impronta es enriquecer a los que mĆ”s tienen, el ciudadano de a pie queda desamparado ante un Estado injusto. 

En estos días, circuló la sensación del fin de laluna de miel con el flamante gobierno. Sin embargo, gran parte de los argentinos nos preguntamos cuÔndo comenzó tan idílico período, si desde mucho antes de asumir, Macri y su Gran Equipo sólo nos han destinado desprecio y mucha hiel.

Para las expresiones despectivas no tienen lĆ­mites: grasa militante, vagos, Ʊoquis,chorros, basura. Para desechar voces crĆ­ticas de los medios pĆŗblicos y presionar para el silencio en los privados tampoco se contienen mucho. Menos aĆŗn para contribuir al llenado de las billeteras de agrogarcas, especuladores y fugadores. Hasta sorprendieron a las empresas mineras con una quita de retenciones que nadie habĆ­a reclamado. El ocupante ocasional de La Rosada no respondió “todo no se puede” al Grupo ClarĆ­n, sino que desmanteló con un par de firmas las reglas para democratizar la comunicación y acondicionó el “FĆŗtbol Para Todos” para que los medios dominantes se hagan un festĆ­n. No, para los sectores poderosos de la economĆ­a vernĆ”cula todo es posible porque la impronta empresarial ha colonizado el gobierno. Para el resto, hay imposiblesde sobra.

Todo no se puede, aunque ya han batido los peores records desde que desembarcaron en la Casa de Gobierno, desde pisotear la Constitución a fuerza de decretos hasta incumplir con los mÔs elementales derechos, desde las promesas de campaña que no pensaban hacer realidad hasta las mentiras mÔs flagrantes que se puedan imaginar, desde el marketing embrutecedor hasta un silencio mediÔtico que ensordece, desde el cinismo mÔs evidente hasta el cipayismo mÔs insultante. Desde que asumió Mauricio Macri la presidencia de la Nación, junto a su pandilla, no se ha privado de nada, pero a un soldado de Malvinas, en su día, responde todo no se puede.
Un listado que da miedo

Enumerar todas las medidas tomadas por el Gran Equipo en perjuicio de la mayoríaresulta doloroso, pero a la vez necesario. La quita de retenciones, ademÔs de encarecer los alimentos, es una renuncia a la recaudación; la eliminación de los cupos de exportación también contribuyen a despoblar nuestra mesa; la devaluación de la moneda y la supresión de los controles cambiarios facilitaron la fuga de divisas mÔs alta de los últimos cuatro años; la eliminación de límites y aranceles a la importación no sólodesfinancia al Estado sino que amenaza la producción local y por tanto, generarÔ desempleo; los masivos despidos en las Ôreas públicas empobrecen a los víctimas, ponen en riesgo el mercado interno, aplanan el salario y se convierten en una invitación al desempleo en el Ômbito privado. Ningún funcionario dijo todo no se puede al tomar estas decisiones.

Mientras los medios cómplices nos aconsejan cómo espantar mosquitos con un diario viejo, la epidemia de dengue avanza ante la inacción de las autoridades. Lejos de iniciar una campaña para concientizar a la sociedad, desmantelan Ôreas del Estado que contribuyeron a frenar la expansión del brote en 2009, como las cooperativas del programa Argentina Trabaja. En lugar de apelar a la tarea comunitaria para descacharrizarlos barrios, estigmatizan a la juventud militante mientras sus voluntarios siguen repartiendo globitos.

A la vez que las usinas de la alegrĆ­a –que antes eran de estiĆ©rcol- nos sugieren tretas para ahorrar energĆ­a, los funcionarios amarillos multiplican las tarifas de los servicios pĆŗblicos. Y los verdaderos periodistas militantes ni se inmutan ante las absurdas justificaciones que dan los funcionarios. Por el contrario, se abrazan a la terminologĆ­a amarilla y apelan a falacias como ‘sinceramiento’, ‘readecuación’ y ‘gradualismo’ sin que les tiemble la voz. Hasta son capaces de exaltar las bondades de la bicicleta antes y despuĆ©s de ir a trabajar porque contribuye a fortalecer nuestros mĆŗsculos y bajar el colesterol, ademĆ”s de ahorrar las suculentas cuotas del gimnasio. Aunque ahora simulen ser crĆ­ticos con el crecimiento de la pobreza, sólo estĆ”n presionando para obtener mĆ”s ventajas.
El ministro de EnergĆ­a, Juan JosĆ© Aranguren, apeló al latiguillo de la mirada a largo plazo para justificar los groseros porcentajes de incremento en las tarifas de su Ć”rea. 

Esto es para “poder tener la energĆ­a necesaria para sostener la actividad económica”, aseguró el funcionario, sin pensar que con todas las medidas tomadas la actividad económica tenderĆ” a la baja. Si en 2015 tuvimos un crecimiento de 2,1 puntos –reconocido por el actual INDEC- el primer aƱo de Macri serĆ” de notoria decadencia. Los voceros mediĆ”ticos del establishment no se percataron de esta paradoja ni de la bestial defensa que el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, realizó de los aumentos en trenes y colectivos.“A la gente esto le impacta –expresó el funcionario- parte del populismo es esto de acostumbrarte a recibir cosas gratis”. En primer lugar, si bien las tarifas de transporte en CABA y el Ć”rea metropolitana eran mucho mĆ”s bajas que en el resto del paĆ­s, no eran gratis. En segundo lugar, y esto es lo mĆ”s preocupante, si para los funcionarios amarillos ayudar a que la población viva mejor es populismo, estamos al horno.

Nada de todo esto sorprendió a los apologistas de la prensa hegemónica. Ni siquiera las declaraciones de la siempre sorprendente –para mal- Gabriela Michetti. “El Estado se tiene que encargar de lo que se tiene que encargar –sentenció la vice presidenta- y las cosas que no puede hacerse cargo, porque en definitiva no le corresponde, las tiene que pagar el ciudadano”. DespuĆ©s apeló al nivel de atraso, locura, demagogia y populismo, pero no es eso lo importante. Ella dio en la tecla, aunque muchos no lo puedan comprender. No existe un parĆ”metro universal y vĆ”lido de lo que tiene que hacer un Estado por los ciudadanos: es la mirada ideológica lo que define ese punto. Mientras reniegan del Estado de bienestar, implementan uno que algunos consideran mĆ­nimo pero que estĆ” al servicio del enriquecimiento de una minorĆ­a. MĆ­nimo para los de abajo, mĆ”ximo para los de arriba. No hay pesada herencia, sino puro egoĆ­smo.

Entonces, el todo no se puede de Macri no es imposibilidad, sino una decisión política. Querer es poder, dice un conocido refrÔn. Ellos no pueden porque no quieren. O mejor, porque no nos quieren. En el país con que sueña el Gran Equipo no caben 40 millones sino menos de la mitad. Como no pueden echarnos, tratan de excluirnos. Pero por mÔs que provoquen los desastres mÔs disparatados, no abandonaremos lo que es nuestro. La luna de miel que todavía no empezó estÔ a punto de terminar. Y si continúan gobernando para una minoría en perjuicio de todos, lo mÔs probable es que terminemos en divorcio. Como todo no se puede, habrÔ que hacer lo que quiera la mayoría, aunque en las urnas haya metido la pata.