La flexibilización en el control del comercio exterior derivó en un fuerte incremento de las importaciones de bienes de consumo final que están desplazando a la producción nacional. En un contexto recesivo con tarifazos, se inició un nuevo ciclo de desindustrialización con pérdida de miles de empleos.
› Por Alfredo Zaiat
Las góndolas de grandes cadenas de supermercados se están llenando de productos importados.
Imagen: Adrián Pérez.
Naranjas y pomelos de Chile e Israel. Cortes de cerdo de Dinamarca y España. Zapatillas y calzados de vestir de Vietnam. Heladeras de Brasil. Cerveza de México. Pantalones, camisas y calzas de China. La invasión de bienes de consumo final importado ha empezado a avanzar aceleradamente sobre territorio de la producción nacional. Es el comienzo de una película que el empresariado local ya conoce. La importación de artículos de limpieza, carteras, mochilas, colchones, juguetes, lavavajillas, maquillaje aumentaron del 20 a más del 150 por ciento en los primeros cinco meses de este año respecto al anterior. Mientras el establishment industrial reunido en la UIA saluda entusiasmado el actual ciclo político, el gobierno de Mauricio Macri ha iniciado otro ciclo de desindustrialización y fragmentación del entramado productivo.
El ingreso vertiginoso de bienes del exterior en una economía en recesión e impactante tarifazo en la luz, gas y agua ha conformado un escenario muy crítico para la industria nacional. Pierde participación de mercado a manos del importado, no puede aumentar los precios en la magnitud del alza de los costos y las ventas se derrumbaron por la fuerte caída del poder adquisitivo de la población. La eliminación de lo que industriales denominaban “cepo” a las importaciones está teniendo el mismo “éxito” que el fin del “cepo” cambiario: caída de la industria nacional, desempleo, inflación y recesión.
Muchas de las firmas afectadas por este cuadro económico han dispuesto masivas suspensiones de personal, la no renovación de contratos de trabajadores temporarios y han iniciado una política selectiva de despidos. A lo que el equipo económico apostaba y muchos economistas estimaban de baja de los precios por la recesión y la importación por ahora no se está verificando, puesto que la tasa de inflación mensual continúa en niveles bastante elevados. El mes pasado, luego del sospechado índice oficial de mayo, el IPC-Indec Macri y el IPC-CABA han coincidido, con alzas inesperadas para el gobierno & consultoras afines del 3,1 y 3,2 por ciento, respectivamente. El Indec igual sigue con un lápiz muy activo para garabatear indicadores sensibles para el macrismo. Marcó que en el primer trimestre del año hubo aumento interanual del empleo registrado de 1,2 por ciento, en un lapso donde midió también una extraña alza de 0,5 por ciento del PIB, dando como resultado una inconsistente elasticidad Empleo-Producto en una economía en recesión.
La variación de precios interanual en lo que va del gobierno de Macri se ubica del 45 al 47 por ciento, porcentaje que ha superado los últimos tres picos de los últimos 24 años: febrero 1992 (42 por ciento interanual), diciembre 2002 (41) y octubre 2014 (42). Es el peor shock inflacionario de los últimos 25 años, con una tendencia más inquietante por su duración y por ubicarse por encima de ese umbral del 42 por ciento interanual, con proyección de alcanzar el 50. Además con fuentes de tensión inflacionaria muy activas por los frentes cambiario y tarifario.
Si la devaluación y el tarifazo han provocado un golpe durísimo a la industria y al comercio minorista, la apertura en un contexto de crisis internacional y derrumbe económico de Brasil (5,3 por ciento en doce meses, en la medición de mayo) es un mazazo a la producción nacional. El equipo económico de Macri ha facilitado con la apertura que excedentes de producción de economías en recesión o estancadas pudieran ingresar sin control en el mercado doméstico. De ese modo han afectado en forma negativa la producción y empleo local.
Un ilustrativo informe de coyuntura económica sectorial de la consultora “Radar”, dirigida por la ex subsecretaria de Comercio Exterior, Paula Español, explica que las importaciones registraron una caída del 4,7 por ciento en los primeros cinco meses del año respecto a igual período de 2015, pero esa merma fue principalmente por el importante retroceso en los precios (caída que se debe a excedentes de producción por la crisis internacional y la recesión brasileña), en especial en el rubro Combustibles y Lubricantes, pero aumentando la cantidad de bienes importados, en particular los de consumo final y autos. La crisis industrial se refleja también en la menor compra de maquinaria importada (bienes de capital, intermedios y piezas y accesorios para los bienes de capital)
A nivel sectorial, se destaca el incremento interanual de las importaciones en los sectores automotriz (43 por ciento en autos y pick ups), motos (239 por ciento en terminadas), química de consumo (32 por ciento en artículos de limpieza), electrónica y alimentos. En todo el entramado industrial se observa aumento de importaciones de bienes finales desplazando a la producción nacional.
Uno x uno
El análisis sectorial y por producto facilita la comprensión de un nuevo ciclo de desindustrialización que ha precipitado el gobierno de Mauricio Macri. En las actividades de mano de obra intensiva existe un fuerte incremento de las importaciones en lo que va del año: indumentaria, marroquinería, calzado, juguetes. Esto implica que en los comercios comenzaron a exhibirse camisas, pantalones, sweaters y abrigos importados; zapatillas y calzado de vestir de origen brasileño y asiático. Si bien son pequeños en monto igual afectan mucho a productores locales: más de 3500 toneladas de naranjas importadas, frente a ninguna del año anterior; duplicación de la entrada de pomelos (principalmente de Chile e Israel); aumento del 58 por ciento de la importación de carne por el fuerte incremento de las compras de cerdo a España, Brasil y Dinamarca (102 por ciento en términos interanual); alza de chacinados (700 por ciento), quesos (138), pastas (127) y en la cantidad de cerveza importada (33 por ciento).
La fragmentación del entramo productivo provocado por la invasión del importado es descripto sector por sector en la informe de la consultora “Radar”:
- Textil e indumentaria.
La sumatoria de la caída en el consumo interno, la contracción de Brasil como mercado de exportación, el fuerte crecimiento en las importaciones de rubros con fabricación local y el aumento en las tarifas está impactando en forma muy negativa. Las importaciones de indumentaria crecen en términos interanuales 23 por ciento, más de la mitad provienen de China. Se destacan los incrementos en los despachos de insumos con producción local: hilados de algodón (24 por ciento) y de poliéster (41), y en los tejidos planos de algodón (19). El ingreso de prendas como pantalones aumentó 13 por ciento, abrigos 47, camisas 30, calzas 15 por ciento en el período enero-mayo respecto a igual lapso de 2015.
- Calzado.
Las ventas han caído de 20 a 25 por ciento durante el primer semestre.
Hubo un fuerte crecimiento de las importaciones de calzado terminado del 42 por ciento en términos interanuales, que en cantidades implica más de 2 millones de unidades en los primeros cinco meses, en su mayoría deportivo. El 60 por ciento de los despachos vinieron de China y Vietnam. En mayo, la importación de suelas, ítem con producción nacional ascendente en los últimos años, subió de 1 a 4 millones de dólares, 29 por ciento en el acumulado anual.
- Marroquinería.
La industria no ha podido trasladar a sus precios el incremento del costo de su principal insumo, luego de la devaluación de fines de año pasado y la disminución de las retenciones a las exportaciones de cuero terminado, semiterminado y crudo. A esto se le sumó el impacto de la suba de la tarifas de los servicios públicos. Desde el sector señalan que durante los primeros seis meses se vendió un 25 por ciento menos en relación al mismo período del año pasado. Hubo un fuerte aumento de importaciones de carteras, mochilas, valijas, billeteras y similares, con un crecimiento promedio del 24 por ciento en los primeros cinco meses del año. El 89 por ciento es de origen chino.
- Madera y Muebles.
El sector de madera y muebles es uno de los rubros más afectados del entramado productivo doméstico, como consecuencia de una fuerte caída de la demanda local. El achicamiento del mercado fue del 40 por ciento en enero–mayo. En el rubro de compensado, terciado y aglomerado, con fuerte presencia en Misiones, el consumo bajó de 14.000 a 8000 m3 mensuales, por lo que la entrada de 3000 m3 de productos importados pasó a representar del 21 a casi el 40 por ciento del consumo aparente. Las importaciones de madera se dispararon un 15 por ciento, colchones y sommiers, 20 y asientos, 36.
- Juguetes.
Con un muy flojo primer semestre, la industria del juguete apunta todas sus esperanzas de venta a una de sus fechas más importantes del año: el Día del Niño. Las importaciones mostraron una fuerte aceleración durante mayo (49 por ciento interanual), y el rubro que más creció fue “juguetes con formas de animales” (78 por ciento), donde la presencia de fabricantes nacionales es destacada. Artículos para deportes o aire libre subió 21 por ciento, máquinas de videojuego, 64 y columpios y atracciones de feria, 74.
- Línea blanca.
Este rubro registra caída del mercado interno junto a un fuerte incremento en la oferta de productos importados, especialmente de Brasil. Se importaron 40 mil heladeras, cantidad muy por encima de las compras externas de 2015. En lavavajillas hubo un aumento interanual del 164 por ciento, de estufas (44), calefones y termotanques (27) y también en algunos pequeños electrodomésticos como las planchitas de pelo (86 por ciento), los hornos grill (61), las batidoras (60) y las cafeteras (43).
- Maquinaria agrícola.
La maquinaria de origen nacional esta perdiendo participación en el mercado frente a la importada. La compra externa de tractores aumentó 72 por ciento y cosechadoras, 40 durante los primeros cinco meses del año.
- Electrónica.
Dependiendo el producto, los comportamientos de las importaciones de equipos electrónicos resultaron dispares. Hubo un fuerte crecimiento en tablets (mayor al 1500 por ciento), módems (172), radios (21), celulares (15) y decodificadores (14).
- Vehículos, motos y neumáticos.
Los vehículos brasileños siguen avanzando en el mercado local: acumulan a mayo un alza de 43 por ciento en términos interanuales para los vehículos livianos (pick-ups subió 66 por ciento y automóviles, 40). Las importaciones de motos aumentaron a pesar de la caída de la demanda doméstica. La entrada de motos terminadas creció 239 por ciento durante los primeros cinco meses del año y se duplicó la de motos completamente desarmadas: pasaron de 38 a 75 millones de dólares. Subieron 67 por ciento la de cuatriciclos sumando 10 millones de dólares en lo que va del año. La cantidad de neumáticos importados se disparó en todos los segmentos: para vehículos livianos aumentaron 22 por ciento, para pesados, 42. Los envíos desde Brasil subieron un 55 por ciento, mientras que los neumáticos de origen chino crecieron un 10 por ciento.
- Química de consumo.
Las importaciones de productos terminados aumentaron 43 por ciento en mayo, acumulando así una suba de 21 por ciento durante los primeros cinco meses del año. En mayo se destacaron el alza de artículos de higiene descartable (75), productos capilares (60), fragancias (57), maquillaje (52), tocador (50 por ciento), cremas (38 por ciento), hojas y sistemas de afeitar (9). El sector pasó de exhibir un superávit de 95 millones de dólares durante los primeros cinco meses de 2015 a un déficit de 22 millones en igual período de 2016.
- Industria gráfica.
Las importaciones de publicaciones crecieron un 43 por ciento durante los primeros cinco meses del año en los productos donde existe producción local y capacidad instalada para abastecer el mercado (libros, estampas y grabados). Por otro lado, se duplicaron las unidades importadas de etiquetas y, en menor medida, aumentaron las importaciones de tintas gráficas (5 por ciento en volumen) acentuando la crisis del sector.
- Petroquímica y plásticos.
El sector de transformadores plásticos –compuesto en su mayoría por empresas pymes– está siendo afectado por el incremento de importaciones de bienes finales (especialmente de Brasil y China), y por una menor demanda de Brasil. Crecieron en promedio 4 por ciento, destacándose artículos para la construcción (44), vajilla (38), sanitarios (17) y envases (5).
La invasión de productos importados en un contexto económico recesivo puede disminuir un poco el indomable proceso inflacionario pero con caída de la producción nacional y pérdida de miles de empleos. Tras ese objetivo el gobierno de Macri ha iniciado un nuevo ciclo de desindustrialización con el conocido deterioro de la situación sociolaboral.azaiat@pagina12.com.ar
domingo, 17 de julio de 2016
José Mercado compra todo importado
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