Fernando Castro fcastro@lmneuquen.com.ar
Neuquén.- Horacio Quiroga lo dice seguido: siempre la corrió de atrás. Pocas veces tuvo mayoría en el Concejo Deliberante. Y la relación con los gobiernos nacionales casi nunca lo benefició. En algún punto, le vuelve a ocurrir. En el camino que transita en su cuarta intendencia, Mauricio Macri inclina la balanza semana a semana en la órbita de sus preferencias y premia los votos en el Congreso Nacional que el MPN aportó para los tramos difíciles del primer semestre.
Omar Gutiérrez por ahora se hace una panzada de anuncios: adelantos de la coparticipación, viviendas, jardines de infantes, líneas de créditos para pymes que, si se cumplen, acaso vengan con las tan esperadas sonrisas del segundo semestre del que, hay que decirlo, por ahora poco y nada.
En el MPN se ufanan de que la carta de las preferencias está echada. Y eso se traslada al tablero político de la ciudad. Se sabe: las tensiones y los cruces casi diarios entre el gobernador y el intendente, con el telón de fondo del espacio vacío que comienza a dibujarse en su despacho del segundo piso del Municipio. Parte de esto se tradujo en una de las disputas de la última semana: la reforma política y de la Carta Orgánica de la ciudad (ver aparte). El intendente sobrelleva un frente interno y otro externo. En el primero de los casos, hay que decir que pese a que tienen un pacto rebosante de paños fríos, Bermúdez y Quiroga mantienen una relación tan respetuosa como tensa.
925 millones de pesos para viviendas en toda la provincia enviará Nación a Gutiérrez.
Se puede explicar de varias formas, pero va una muestra: hace sólo tres días el secretario municipal compartió un acto de inauguración de viviendas con el gobernador. Pechi estaba fuera de la ciudad; y Bermúdez, con el pretexto de la visita de un funcionario nacional, no tuvo empacho en mostrarse cerca del también presidente del MPN.
Como para despejar cualquier duda, en los pasillos de la Casa de Gobierno se empeñaron en decir, en un alarde de apuro y futurología, que el partido provincial tendrá un candidato para la ciudad.
Para Pechi, el frente externo tiene que ver con lo que el PRO nacional pudiera, llegado el caso, reclamarles a él y al MPN. Algunos conjeturan que ese reclamo podría incluir a la ciudad. El propio Bermúdez, el secretario de Coordinación que profesó su “lealtad” al intendente hace tan solo días, es uno de los nombres que suena para el cargo.
Quiroga, en plan de no hacer las cosas tan fáciles, tiró al ruedo algunos más. Su dilema es la continuidad por otros medios: tendrá un par de años arduos si quiere torcer la realidad de las encuestas, incluso con Bermúdez con los pies dentro del plato. Para el MPN se abre una chance tan grande como la que hace años no se le presenta. Con todo, también dependerá de la incidencia nacional en el tablero local.
La reforma tiene dos versiones en el MPN
El vicegobernador de la provincia, Rolando Figueroa, les pidió a los municipios que modifiquen sus cartas orgánicas. Así, dijo, la Provincia y los intendentes podrían acordar, en el futuro, un solo día para las elecciones. Es un debate que cruza a la reforma política impulsada por el Gobierno y que busca uniformidad en el calendario electoral.
Bastó que Figueroa lo dijera en una rueda de prensa para que los matices en su relación con el gobernador Omar Gutiérrez volvieran al primer plano. Un día más tarde, la presidenta del bloque del MPN en el Concejo Deliberante, Andrea Ferraciolli, salió a desautorizarlo.
La concejal, que compartía un acto con el gobernador, afirmó que la modificación de la Carta Orgánica en la capital le permitiría al intendente Horacio Quiroga quedarse en el Municipio. Lo haría, manifestó, introduciendo la figura del viceintendente. Pechi no puede repetir como intendente, pero con el cambio, si quisiera, podría acceder al gobierno bajo esta nueva figura.
Es uno de los primeros reparos que pone el MPN al debate de la reforma política.
