Son chaqueños
Fue un operativo de Gendarmería a las afueras de un establecimiento frutícola en el Alto Valle. Los obreros estaban viviendo en condiciones de esclavitud. Había chicos y mujeres.
Alrededor de 70 trabajadores de origen chaqueño fueron rescatados ayer por la noche por miembros de Gendarmería Nacional a las afueras de un establecimiento frutícola en el Alto Valle de Río Negro. Los obreros estaban viviendo en condiciones de esclavitud, completamente hacinados en un galpón, sin baño, camas, comida ni frazadas para protegerse del intenso frío del sur. Entre ellos había niños y mujeres.
Los llamados “golondrinas” se habían movilizado por sus propios medios hasta la ruta 22 a las afueras de Coronel Belisle (a unos 150 kilómetros de General Roca) aparentemente cansados de los maltratos de sus patrones. Según fuentes vinculadas al operativo, los trabajadores fueron contratados en el Chaco por la empresa El Tucumanito, que los trajo en colectivo a Río Negro -en un viaje de casi 2000 kilómetros- para realizar tareas en las chacras de Coronel Belisle, Regina y General Roca, a cambio de 600 pesos por día. Pero, de acuerdo al relato de los obreros, los encargados del lugar les habrían pagado solo 150 pesos por día, abandonándolos además en condiciones de esclavitud.
Trascendió que la empresa que opera la chacra de Coronel Belisle es una de las más grandes del sector.
Los gendarmes no pudieron obtener demasiada información de parte de los trabajadores porque prácticamente todos hablan en guaraní. “Algunos saben español pero se niegan a hablarlo porque, si dicen algo, eso significaría que el año que viene no los van a contratar, no quieren tener represalias”, le explicó a Clarín una fuente.
“Algunos son aborígenes, guaraníes, que ni siquiera hablan español", comentó a la agencia ANR -que dio a conocer el operativo- una fuente del Ministerio de Desarrollo Social que se ocupa por estas horas de asistir a los afectados. Los trabajadores podrían ser devueltos a su provincia de origen.
Las paupérrimas condiciones en que trabajan los golondrinas no son nuevas. En este caso, la situación dio un giro por la falta del pago prometido. Aunque es habitual que los trabajadores temporales sean obligados a vivir, durante 1 a 6 meses, en un mismo galpón, en el suelo, malamente alimentados y con un baño para 100 a 150 personas. Los horarios de labores entre los árboles siempre superan las 12 horas. Tampoco les permiten andar libremente y pueden recibir castigos si se rebelan o sostienen quejas de indole sindical.
Los reclamos de parte de los golondrinas no son bien vistos por los patrones y tienen funestos antecedentes. Los trabajadores son custodiados, la mayoría de las veces, por miembros de seguridad privada y por la propia policía provincial, quienes reciben extras para mantenerlos contenidos en los galpones. En 2011, en la zona de Valle Medio, el joven Daniel Solano desapareció después de que un grupo de policías se lo llevó a la fuerza de un disco de Choele Choel. Solano se había convertido en una suerte de informal delegado de sus compañeros, debido a su facilidad para las matemáticas, y reclamó a sus patrones que les estaban pagando de menos en los resúmenes mensuales. Los agentes fueron procesados y los empresarios investigados pero su cuerpo nunca apareció.