Informe demoledor: el paco avanza en las villas y ya lo consumen desde muy joven - Piedra OnLine

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jueves, 11 de agosto de 2016

Informe demoledor: el paco avanza en las villas y ya lo consumen desde muy joven

Fuentes de la Secretaría de Programación de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) indican que ya hay menores que arrancan con su adicción a la pasta de cocaína entre los 10 y los 11 años

Un informe que preocupa a la sociedad. En la Argentina, la edad de inicio de consumo de drogas viene descendiendo de forma preocupante.

Fuentes de la Secretaría de Programación de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) indican que ya hay menores que arrancan con su adicción a la pasta de cocaína (paco) entre los 10 y los 11 años.

Los últimos estudios de este organismo señalan que el 1,6% de la población escolar de la Argentina alguna vez consumió paco (2015) y que la cifra asciende al 2% en la ciudad de Buenos Aires (2016).

Detrás del consumo se encuentra un entramado complejo de problemáticas sociales y abandono que hace que el abordaje sobre estos niños sea también desafiante. ¿Cómo tejer una red de contención donde todos los eslabones parecen fallar?


Según indica el diario La Nación, para hacer frente a esta problemática, ya existen proyectos concretos, como el que se desarrolla en la villa 31. Ahí, el Hogar de Cristo abrió el Centro Madre Teresa: un hogar de día para que los niños que consumen tengan su propio espacio para iniciar el camino de recuperación.

Estudios realizados por la Sedronar indican que “cuanto mayor es la red de contención que tienen los chicos entre los 10 y los 15 años, si su familia sabe dónde anda, quiénes son sus amigos y cuáles son sus movimientos, menos probabilidad de consumo tiene el menor”.

Si al no contar con una red de contención familiar (entendiendo el concepto amplio de familia), se le suma la situación de calle, el trabajo de recuperación de los niños se complica aún más.

Si bien el Gobierno porteño cuenta con paradores para menores, los profesionales que trabajan en el territorio de las villas aseguran que los chicos suelen tener resistencia a pasar la noche en ellos.