La aprobación de la ordenanza que prohíbe las carreras de galgos en Viedma no puso fin de la controversia que quedó plasmada en las sucesivas reuniones realizadas en los últimos meses mientras se analizó la iniciativa, y de la que participaron además de los concejales integrantes de las entidades protectoras de animales y los cuidadores de esa raza de perros.
Ayer, al día siguiente del tratamiento en el Concejo Deliberante, se escucharon las repercusiones y se profundiza un debate que aparentemente continuará vigente a pesar de las infracciones que establece la nueva normativa.
Algunos galgueros adelantaron que seguirán con las carreras de manera clandestina, en campos de la zona, según manifestó ayer la concejal radical, Paola Casadei, quien impulsó la iniciativa con el acompañamiento de casi la totalidad del cuerpo.
Dijo que las multas que se fijan ascienden de 10.000 a 20.000 pesos, para todo aquel que colabore con la organización de las carreras.
Por su parte, Rubén Moyano, “galguero” de profesión, desafió a Casadei y a los ediles que la respaldaron en la prohibición a ver si encuentra algún perro de esta raza abandonado o maltratado por sus dueños.
Dijo además a la agencia APP que hay más de 200 galgueros en Viedma y los atacan porque son todos “gente humilde”, pero no se meten con las carreras de caballo donde está “la gente adinerada”.
Moyano explicó que “yo soy de barrio (vive en el Lavalle) y el único entretenimiento que tengo es el galgo; le dedicamos todo, es un animal que necesita comer bien, es uno más de la familia, por ejemplo, le damos yogur, leche, alimento especial, nos manejamos con el veterinario siempre, si necesita vitaminas o medicamentos, se los da el veterinario”.
Adelantó que se reunirán para decidir qué hacer. No descartan alguna movilización, recordando que todos los años en noviembre organizaban la Fiesta de los Galgueros en la ciudad.
