El cura gaucho del norte que regala fe a los crianceros - Piedra OnLine

Información del Mundo

domingo, 20 de noviembre de 2016

El cura gaucho del norte que regala fe a los crianceros

Diego Canale tiene 38 años y llegó hace tres a la parroquia de Andacollo por pedido del papa Francisco. Visita familias y enfermos y dialoga con los jóvenes.

PABLO MONTANARO
montanarop@lmneuquen.com.ar

“Ser cura donde no hay cura” es la consigna que lleva adelante este sacerdote nacido en la Capital Federal.

Fue ordenado por Jorge Bergoglio, cuando era arzobispo de Buenos Aires. El actual Papa fue quien lo guió en sus primeros años de ministerio.

“Encontrar al Ćŗltimo. El mĆ”s pobre, el mĆ”s abandonado, el mĆ”s desdichado” es la misión que lleva adelante el padre Diego Canale cuando emprende a caballo, en mula o en una camioneta 4x4 el encuentro con aquellos que necesitan de su presencia en las zonas mĆ”s alejadas del norte de la provincia.

Fue precisamente el cardenal Jorge Bergoglio, por entonces arzobispo de Buenos Aires, quien en noviembre de 2009 preguntó quĆ© cura de Buenos Aires querĆ­a ir a NeuquĆ©n, mĆ”s precisamente a Andacollo, en el departamento Minas, donde necesitaban un pĆ”rroco. Canale, quien por ese entonces era diĆ”cono en la BasĆ­lica de LujĆ”n tras un paso por una parroquia del barrio de Floresta en Buenos Aires, aceptó enseguida la propuesta. No conocĆ­a NeuquĆ©n, ni mucho menos el norte, pero empezó a conocerlo de a poco y se quedó en la parroquia Nuestra SeƱora del Rosario que, como dice, “estĆ” apartada de todo, pero cerca de Dios”.

“Cuando con el tiempo descubrĆ­ que sintiĆ©ndome el Ćŗltimo fui tratado como el primero, entonces me dije: ‘Esto que hicieron conmigo por quĆ© no lo puedo hacer con los otros”, explicó sobre su decisión de convertirse en cura.
Antes de los 23 aƱos, cuando se propuso “brindarse por los demĆ”s”, recorrió con distinta suerte varios colegios religiosos y repitió cuarto aƱo del secundario. “Tuve una infancia muy linda, no me faltaba nada ni en mi casa ni en lo que respecta a la educación, pero la adolescencia fue una etapa muy complicada”, reconoce.

DespuĆ©s ingresó al Seminario Metropolitano de Buenos Aires, en Villa Devoto, donde conoció a Bergoglio, a quien considera un hombre “excepcional”.

“Uno planea algo, la vida te propone otra cosa. Entonces, la cuestión pasa por cómo ver eso desde la mirada de Dios para sacar lo mejor de donde parece que uno no podrĆ­a sacar nada”, reflexiona este sacerdote hincha de San Lorenzo de Almagro, al igual que el papa Francisco.

Comenta que en un rato tiene que ir al hospital para ver a una persona que estĆ” enferma. Es que prefiere no quedarse en la iglesia, por eso le encanta que la gente no lo encuentre en la capilla porque “si eso ocurre, es que algo no anda bien”. “La Iglesia no es un kiosco donde uno tiene que esperar a que la gente venga. Somos hospitales de campaƱa -como dice Francisco-. Vos no esperĆ”s que te traigan el herido, tenĆ©s que ir a buscarlos. Por eso tenemos que salir a buscar a los Ćŗltimos”, sintetiza.

“Ser cura donde no hay cura”, repite una y otra vez para quien no hay un solo dĆ­a que recorra alguno de los mĆ”s de veinte parajes del norte de la provincia desafiando las mĆ”s bajas temperaturas y el calor agobiante del verano. Visita enfermos, familias y escuelas y se interioriza por la problemĆ”tica de todas las comunidades, en especial por los niƱos y adolescentes.

En el último tiempo lo asociaron con el cura José Brochero, recientemente canonizado por Francisco como el primer santo argentino que nació y murió en el país. Afirma que la comparación le suena a piropo. Sin embargo, se identifica con el cura gaucho por eso de unificar pueblos.

“Andar a caballo como lo hacĆ­a Brochero y lo hago yo lo puede hacer cualquiera”, aclara, pero de inmediato afirma que reivindica a Brochero “porque seguĆ­a buscando a todos como me lo propongo yo, quiero seguir sus pasos”.

Canale lleva a cuestas las palabras de Brochero, quien sostuvo: “No son estos trapos los que me hacen sacerdote. Si no llevo la caridad de Cristo, ni a cristiano llego”.

El sacerdote que une los pueblos mĆ”s alejados del norte neuquino sostiene que una de las elecciones que aprendió desde que vive en la zona es “quien apurado vive, apurado muere”. “Cuando lleguĆ© acĆ” me lo decĆ­a la gente de los campos. No se puede vivir corriendo, nos faltan miles de distancias en la vida que son hermosas, maravillosas, irrepetibles. Si no vivo con intensidad el instante de cada dĆ­a, no lo voy a vivir nunca mĆ”s”, explica.

Confiesa que la camioneta 4x4 se convierte muchas veces en su casa y cuando sale a recorrer no se olvida de llevar una bolsa de dormir, una silla y una cocina.

Recuerda con una carcajada el dĆ­a que se enteró de que Bergoglio habĆ­a sido designado sumo pontĆ­fice. “VenĆ­a manejando la camioneta, de pronto se cortó la seƱal de la radio cuando el periodista anunció que habĆ­a papa. Cuando volvió la seƱal escuchĆ© una voz que hablaba en italiano y me dije: ‘Este tipo es Bergoglio’. Nunca pensĆ© que iba a llegar a ser papa”.

Por Ćŗltimo, el cura le pide al periodista no reflejarlo como “una especie de Indiana Jones porque despuĆ©s los pibes van a querer ser curas”.

Una presencia y una tarea enorme que se agradece

“Uno pensarĆ­a quĆ© harĆ­a hoy don Jaime de Nevares”, se pregunta Diego Canale. De inmediato destaca la presencia del primer obispo neuquino y sugiere que “estarĆ­a con los chicos que consumen drogas, acompaƱando a quienes no saben quĆ© hacer”. “El otro dĆ­a me encontrĆ© con un chico y le preguntĆ© cómo estaba. Me agradeció, porque decĆ­a que ni la mamĆ” le preguntaba cómo andaba”, contó.