La declaración de respaldo al debate de una reforma laboral en el paĆs que hizo esta semana el gobernador Omar GutiĆ©rrez no responde a las prĆ”cticas habituales de definiciones “ni” a las que acude el MPN en momentos decisivos para jugar en la zona del medio.
Con una declaración de inusual firmeza para los tiempos electorales que corren, el gobernador dijo que el costo laboral de la Argentina es uno de los mĆ”s altos (no aclaró si de la región o del mundo), lo que en su opinión torna “inviable” el desarrollo de algunos sectores de la economĆa a los que tampoco identificó, aunque no alcanzarĆa a la industria del petróleo porque el gremio que conduce Guillermo Pereyra ya se encargó de flexibilizar las condiciones de contrato para los trabajadores de Vaca Muerta.
Para lograr el objetivo de la reforma, el gobernador propuso un “abordaje integral y dinĆ”mico” porque hace falta –dijo– ser “competitivos”, y dio por terminada su intervención cuando manifestó que no se puede profundizar mĆ”s sobre el debate porque aĆŗn el gobierno de Mauricio Macri no formalizó ningĆŗn proyecto en el Congreso de la Nación.
Lo expresado por Gutiérrez alcanzó para subir varios grados de temperatura la campaña electoral y lo hizo con un tema que mÔs tarde o mÔs temprano se iba a incorporar en la agenda.
La reforma laboral de Brasil, que elimina conquistas de los trabajadores obtenidas a lo largo de la historia, por lo general despuĆ©s de mucho sufrimiento, dio impulso regional a la idea, y el gobierno de Macri, que ya venĆa amasando una propuesta de estas caracterĆsticas, potenció la fiebre reformista que tiene otro objetivo central: reducir el poder de los sindicatos.
La apuesta del gobierno es avanzar con el proyecto despuĆ©s de las elecciones de octubre. La futura composición de las cĆ”maras de Diputados y Senadores funcionarĆ” como termómetro para comprender las seƱales de la sociedad, y en este caso en particular para decidir si Argentina va hacia el modelo de Brasil o mantiene un sistema de protección y derechos laborales que trabajadores de muchos paĆses no tienen.
Tanto en el Senado como en Diputados, el MPN ha desarrollado a lo largo de su historia un sistema de supervivencia que se tradujo en la negociación de sus votos para aprobar leyes centrales, la mayorĆa de las veces acompaƱando a los gobiernos de turno. Una definición anticipada como la que hizo el gobernador esta semana sobre un tema tan sensible como la reforma laboral corrió al MPN de su estrategia habitual, que consiste en ocultar los sentimientos hasta Ćŗltimo momento.
No se pronunció sobre el tema la candidata a diputada nacional del partido Alma Sapag, ni su compañero en la lista AdriÔn Lammel. A la luz de la definición de Gutiérrez, ambos aspirantes a ocupar bancas en Diputados quedaron incómodamente expuestos en la vidriera.
El que sĆ tomó distancia fue el senador Pereyra. SerĆ” porque ya tuvo demasiada carga con la flexibilización concedida para los contratos en Vaca Muerta o por real convicción. Lo cierto es que el dirigente sindical fue taxativo: “No es necesario tocar la ley laboral ni el modelo sindical argentino”.
TambiĆ©n criticó al gobierno el secretario general de la delegación local de la Central de Trabajadores Argentinos, Carlos Quintriqueo. Dijo que lo expresado por GutiĆ©rrez demuestra que el MPN “EstĆ” alineado con el macrismo”.
Los candidatos a diputados nacionales de la oposición encontraron en la definición del gobernador un filón para el discurso de campaña y salieron todos a cuestionarlo, excepto David Schlereth, de Cambiemos. Aun cuando debe recorrer un buen trecho antes de saber si se sentarÔ en una banca de Diputados, el candidato mÔs auténtico de macrismo ya le puso la firma al proyecto.
Por Ćŗltimo, Oscar Massei, un abogado con tradición en la defensa del derecho laboral y actual vocal del Tribunal Superior de Justicia, escribió en su cuenta de Twitter un mensaje a los promotores de esta idea: “Vergüenza me da volver a escuchar este deseo de una reforma. Expliquen quĆ© es el costo laboral. No sean hipócritas”.
Con una declaración de inusual firmeza en tiempos electorales, Gutiérrez anticipó opinión favorable a los cambios e hizo agenda en la campaña electoral.
No se pronunció sobre el tema la candidata Alma Sapag ni AdriÔn Lammel. En cambio tomó distancia el senador y dirigente petrolero Guillermo Pereyra.
Con una declaración de inusual firmeza para los tiempos electorales que corren, el gobernador dijo que el costo laboral de la Argentina es uno de los mĆ”s altos (no aclaró si de la región o del mundo), lo que en su opinión torna “inviable” el desarrollo de algunos sectores de la economĆa a los que tampoco identificó, aunque no alcanzarĆa a la industria del petróleo porque el gremio que conduce Guillermo Pereyra ya se encargó de flexibilizar las condiciones de contrato para los trabajadores de Vaca Muerta.
Para lograr el objetivo de la reforma, el gobernador propuso un “abordaje integral y dinĆ”mico” porque hace falta –dijo– ser “competitivos”, y dio por terminada su intervención cuando manifestó que no se puede profundizar mĆ”s sobre el debate porque aĆŗn el gobierno de Mauricio Macri no formalizó ningĆŗn proyecto en el Congreso de la Nación.
Lo expresado por Gutiérrez alcanzó para subir varios grados de temperatura la campaña electoral y lo hizo con un tema que mÔs tarde o mÔs temprano se iba a incorporar en la agenda.
La reforma laboral de Brasil, que elimina conquistas de los trabajadores obtenidas a lo largo de la historia, por lo general despuĆ©s de mucho sufrimiento, dio impulso regional a la idea, y el gobierno de Macri, que ya venĆa amasando una propuesta de estas caracterĆsticas, potenció la fiebre reformista que tiene otro objetivo central: reducir el poder de los sindicatos.
La apuesta del gobierno es avanzar con el proyecto despuĆ©s de las elecciones de octubre. La futura composición de las cĆ”maras de Diputados y Senadores funcionarĆ” como termómetro para comprender las seƱales de la sociedad, y en este caso en particular para decidir si Argentina va hacia el modelo de Brasil o mantiene un sistema de protección y derechos laborales que trabajadores de muchos paĆses no tienen.
Tanto en el Senado como en Diputados, el MPN ha desarrollado a lo largo de su historia un sistema de supervivencia que se tradujo en la negociación de sus votos para aprobar leyes centrales, la mayorĆa de las veces acompaƱando a los gobiernos de turno. Una definición anticipada como la que hizo el gobernador esta semana sobre un tema tan sensible como la reforma laboral corrió al MPN de su estrategia habitual, que consiste en ocultar los sentimientos hasta Ćŗltimo momento.
No se pronunció sobre el tema la candidata a diputada nacional del partido Alma Sapag, ni su compañero en la lista AdriÔn Lammel. A la luz de la definición de Gutiérrez, ambos aspirantes a ocupar bancas en Diputados quedaron incómodamente expuestos en la vidriera.
El que sĆ tomó distancia fue el senador Pereyra. SerĆ” porque ya tuvo demasiada carga con la flexibilización concedida para los contratos en Vaca Muerta o por real convicción. Lo cierto es que el dirigente sindical fue taxativo: “No es necesario tocar la ley laboral ni el modelo sindical argentino”.
TambiĆ©n criticó al gobierno el secretario general de la delegación local de la Central de Trabajadores Argentinos, Carlos Quintriqueo. Dijo que lo expresado por GutiĆ©rrez demuestra que el MPN “EstĆ” alineado con el macrismo”.
Los candidatos a diputados nacionales de la oposición encontraron en la definición del gobernador un filón para el discurso de campaña y salieron todos a cuestionarlo, excepto David Schlereth, de Cambiemos. Aun cuando debe recorrer un buen trecho antes de saber si se sentarÔ en una banca de Diputados, el candidato mÔs auténtico de macrismo ya le puso la firma al proyecto.
Por Ćŗltimo, Oscar Massei, un abogado con tradición en la defensa del derecho laboral y actual vocal del Tribunal Superior de Justicia, escribió en su cuenta de Twitter un mensaje a los promotores de esta idea: “Vergüenza me da volver a escuchar este deseo de una reforma. Expliquen quĆ© es el costo laboral. No sean hipócritas”.
Con una declaración de inusual firmeza en tiempos electorales, Gutiérrez anticipó opinión favorable a los cambios e hizo agenda en la campaña electoral.
No se pronunció sobre el tema la candidata Alma Sapag ni AdriÔn Lammel. En cambio tomó distancia el senador y dirigente petrolero Guillermo Pereyra.
