Hay una ruta en Neuquén que está cerrada con una tranquera. La tranquera tiene un formidable candado. Y el candado se abre solo con las llaves que pocos tienen, en desmedro de muchos. La ruta fue cerrada en 2018, “transitoriamente”. Con argumentos que hacen a la poca utilidad de su uso. Pero lo cierto es que, en la comarca cordillerana sureña de Neuquén, los pescadores hablan de privilegios de estancieros, que venden rentables flotadas para pescadores VIP.
Hay bastante enojo con el tema, que para muchos ha pasado inadvertido. De hecho, Eduardo Furlong, presidente de la Cámara de Guías de Pesca, admitió a la radio AM 550 que recién se enteraron del tema, y sus argumentos, el 10 de este mes. Allí se empezó a revelar la resolución de Vialidad de la Provincia, cuando, en octubre del año 2018, decidió cerrar la ruta 49, indicando entre otras cosas el colapso de un puente sobre el río Caleufú, y el “poco atractivo” de la meseta para eventuales usuarios del camino en cuestión.
“A pesar de la clausura, el estanciero tiene la llave de la tranquera, y pasa con sus flotadas”, se advirtió, lo que suma un ingrediente polémico, ya que el cierre no sería igual para todos, prescindiendo del hecho, poco común, de que una traza de comunicación vial sea cerrada con una tranquera.
Los críticos de la medida deslizan cuestiones como la influencia de la Sociedad Rural del Neuquén en algunas cuestiones que vinculan a intereses económicos fuertes del turismo. Se sabe que el turismo de pesca es uno de los más rentables, y que trae a la provincia divisas del exterior, ya que viene gente de todo el mundo a pescar con mosca.
