Pro-MPN: parecidos y diferentes - Piedra OnLine

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viernes, 4 de marzo de 2016

Pro-MPN: parecidos y diferentes

Por Gabriel Rafart - cgrafart@gmail.com

El 1 de marzo hubo discursos nuevos de quienes no son muy nuevos en la escena polĆ­tica del paĆ­s. Hablamos de Mauricio Macri y Omar GutiĆ©rrez. Los dos estrenando nuevos trajes y atriles. Ambos son ahora jefes de gobierno que dicen y se muestran como imprescindible recambio. Que apuntan a representar al comĆŗn y que, sin embargo, hablan pensando en los suyos. Ambos carecen de vocabulario frondoso, fluido y florido. Para sumar mĆ”s palabras requieren del papel, es muy notoria la incomodidad cuando se ven obligados a hablar mĆ”s. EstĆ” claro que se proponen lĆ­deres sin excesos ideolĆ³gicos. Aun mĆ”s, se presentan lejos de las fĆ³rmulas complejas. Dicen ser descriptivos mĆ”s que prescriptivos.

Sin duda son hombres de ejecutivos. Se creen personajes de buenos gobiernos. Uno despuĆ©s de ochos aƱos como jefe del distrito porteƱo; el otro desde la ejecuciĆ³n ministerial. Carecen de biografĆ­as como legisladores. Es cierto que Macri ocupĆ³ una banca de diputado nacional pero sin ninguna intervenciĆ³n efectiva: mĆ”s faltazos que presentes. Los dos desconocen ser tribunos. No han podido foguearse en el atril. Tan hombres de ejecutivos son que insisten en sus relaciones con jefes ejecutivos de rango inferior.

GutiĆ©rrez le habla a los intendentes; Macri a los gobernadores. Alardean de su ejecutivismo. Y de que este lugar viene de profesiones como IngenierĆ­a (el "construir puentes" de Macri) o las ciencias econĆ³micas.

Otro parecido de familia es su ligazĆ³n con el tablero peronista. Se nutren de un legado. Cierto que es muy lejano el MPN como neoperonismo. El Pro, como invento y ambulancia de una parte del peronismo porteƱo en tiempos de derrotas de mediados de los noventa y ya frente a la crisis y fragmentaciĆ³n partidaria del periodo 1999-2003. Con todo son partidos de territorios. Hacen a aquello que en un tiempo hablaba de un sistema de partidos provinciales.

Si volvemos al punto de la palabra pĆŗblica, la de los atriles del 1 de marzo, contamos con diferencias destacadas. La primera es de intensidad y los sentidos. Hubo un Macri que apuntĆ³ a una idea rupturista, polarizĆ³ con la lĆ­nea de tiempo construida recientemente, aquella que los dos Kirchner trabajaron durante doce aƱos. Lo suyo es emergencia y recoge su sentido de urgencia, ese que suma en muy poco tiempo un ejecutivo legislador con decenas de DNU. Todo ahora tiene sentido en un programa refundacional. Se propone parir una nueva legitimidad. ConstruyĆ³ un formula nueva, un relato. Ofrece una cosmovisiĆ³n del pasado para el futuro.

AquĆ­ hay un Macri belicoso. Ese que nace en el kirchnerismo. Su biografĆ­a se presenta no como una carrera ascendente sino como una voz de reacciĆ³n. Deja de lado una historia de aspiraciones que lo ubica antes de que el kirchnerismo pusiera pie en la Casa Rosada.

En cambio GutiĆ©rrez se inscribe en una historia, como una pieza mĆ”s, nada de discontinuidad. Aun mĆ”s sumĆ³ vertientes del pasado reciente emepenista con las presencias en el recinto legislativo de Jorge Sobisch y Ana Pechen. Es cierto que Jorge Sapag faltĆ³, pero habĆ­a algo de su universo de ocho aƱos de gestiĆ³n con quien ahora es gobernador y hasta hace unos meses era solo un ministro. Sin duda GutiĆ©rrez fue el paladĆ­n del discurso de la continuidad. Macri en cambio presentĆ³ una prosa de ruptura, sin matices. El primero es lo que dijo ser desde siempre, tanto en su relaciĆ³n con los lĆ­deres del MPN como en lo que supone ser ese partido. Macri marcĆ³ una gran diferencia al mudar sus dichos de aquella campaƱa presidencial que hablaba de tomar lo bueno de kirchnerismo y proponer siempre un "dĆ­a mejor" para los argentinos. Todo eso se tirĆ³ por la borda. Ahora es el momento de la disputa, de la polarizaciĆ³n, lejano a la idea de mancomuniĆ³n que dice guiarlo.

El eje del discurso propositivo de Macri fue destacar las ventajas de estar en el mundo: el slogan es que hay una Argentina para el mundo. Y por si fuera poco presentĆ³ los recientes acercamientos a un listado amplio de paĆ­ses del centro como eventos similares al restablecimiento de relaciones diplomĆ”ticas. Pero lo mĆ”s importante de este mundo serĆ”n las finanzas internacionales. En cambio GutiĆ©rrez piensa en la provincia para la provincia y de allĆ­ apenas un saltito que toca a la Argentina y al mundo. Ese puente tratarĆ” de generar un trĆ”fico fluido, virtuoso, un modo de negociaciĆ³n permanente que guiĆ³ histĆ³ricamente al MPN frente a los gobiernos centrales.

Macri y GutiĆ©rrez pertenecen a partidos territoriales. Uno moviliza, el otro no. Para el MPN la apertura de sesiones siempre es un lugar de despliegue de militancia. Es propio de un partido que se propone ocupar todos los espacios. En cambio el Pro cree que como voz de lo comĆŗn, de la gente, de quienes son solo voluntad y no militancia, debe canalizar la experiencia de lo que se ofrece como nuevo, lo que se ve en los medios y lo que se dice en las redes. Sin duda el Pro se mueve mejor en la lĆ­nea de lo que un autor francĆ©s refiriĆ³ como fĆ³rmulas y expresiones de la contrademocracia, o sea se saldrĆ” a la calle no tanto como acciĆ³n afirmativa y sĆ­ como reacciĆ³n negativa.

Finalmente hay otro punto que vale la pena destacar de estos liderazgos. Se distinguen por su sesgo excluyente. Macri aĆŗn en su idea de "equipo" es Ćŗnico. De hecho ya construyĆ³ su ismo. En cambio para el MPN la producciĆ³n de ismos resulta siempre una batalla ya que muchas veces vive sus transiciones y por ello apuesta al bicefalismo en una misa fĆ³rmula del Ejecutivo. El binomio GutiĆ©rrez-Figueroa parece jugar un capĆ­tulo mĆ”s de su historia.


(*) Historiador y profesor de Derecho PolĆ­tico