Hoy visito Piedra del Ćguila el candidato a Diputado Nacional Horacio "Pechi" Quiroga. El radical hizo su ingreso a Radio Gregorio Alvarez a media maƱana, con una sonrisa mĆ”s de amistad que de campaƱa polĆtica. DemostrĆ³ en su corta estadĆa que la radio es su casa y de la misma manera se sumĆ³ a una charla con mates de por medio. HablĆ³ de todo, hizo bromas, recordĆ³ reportajes hechos en otro momentos en la radio, vaticinĆ³ un Ć©xito en las elecciones, dijo que las encuestas le dan por encima de Brillo (MPN), y que no se va a olvidar de la localidad si gana. Se sometiĆ³ de lleno al Periodismo CĆvico; donde el periodista pregunta lo que quiere y participa, y el entrevistado responde lo que quiere... y participa. (incitar al cambio es el objetivo bĆ”sico de periodismo cĆvico)
El periodismo cĆvicoBy pablodonadio
Hace unos aƱos publiquĆ© una charla del escritor espaƱol Carlos Ćlvarez Teijeiro -en ese entonces profesor de la Universidad Austral- con motivo del relanzamiento de Carta Abierta, diario en el que (no siempre de acuerdo) escribĆ. Algunas de sus palabras me dejaron pensando largo tiempo. Esto decĆa.
Una cuestiĆ³n de todos
Con humor y profundidad, el autor de “Fundamentos TeĆ³ricos del Public Journalism” expuso su obra ante mĆ”s de doscientas cincuenta personas.
“El periodismo cĆvico no es fundamentalmente un conjunto de prĆ”cticas profesionales periodĆsticas nacidas en un momento histĆ³rico puntual, sino una filosofĆa, una idea, acerca de quĆ© papel debiera desempeƱar el periodismo en una sociedad democrĆ”tica. Hoy competimos en este acto con el estreno de la pelĆcula Troya, (con mucho mĆ”s Ć©xito que ella seguramente…) y eso me lleva a recordar que la idea de periodismo cĆvico si bien es un movimiento nacido en los Estado Unidos a fines de los ´80, es una idea vieja como la historia misma.
Hace 2.500 aƱos Pericles tuvo que hablar a sus conciudadanos atenienses para alentarlos a participar de una guerra crucial que libraba la democrĆ”tica Atenas, frente a Esparta, un gobierno no democrĆ”tico. En esa arenga, decĆa que no consideraba inofensivos sino, idiotas, una palabra griega muy fuerte, a aquellos que no se interesan por las cuestiones pĆŗblicas. Idiota, en el fondo significa “la vida de la persona que decide vivir privadamente”. Y si hay algo que estĆ” asociado a los orĆgenes del periodismo, pretensiĆ³n traicionada en los Ćŗltimos tres siglos, es que estos tendrĆan como una de sus misiones fundamentales lograr que el espacio pĆŗblico de la democracia fuera un lugar de encuentro, y la opiniĆ³n pĆŗblica lo que quedarĆa de ello.
Hoy vivimos en un mundo de simulacros de la opiniĆ³n pĆŗblica, donde Ć©sta ha sido traicionada en nombre de la opiniĆ³n publicada y el reino de la encuesta. Por eso Carta Abierta nace con esta voluntad, y con el ejercicio que entiende a la polĆtica como interĆ©s solidario por lo pĆŗblico.
Al argentino se lo suele acusar de mirarse mucho el ombligo, y yo creo que deberĆamos mirĆ”rnoslo aĆŗn mĆ”s. El ombligo es el Ćŗnico rasgo que existe en nuestro cuerpo de nuestra dependencia original. Hemos venido al mundo dependiendo y esta es una huella de que ser persona no es ese individuo del neoliberalismo al que no le importa en lo mĆ”s mĆnimo la suerte de los demĆ”s. Ser persona es descubrir que dependemos de otros y que la sociedad debemos construirla todos. Termino con la bellisima novela de Albert Camus, Peste, que refiere a una peste que transcurre en una ciudad del norte de Ćfrica. En ese momento de crisis creado por la peste, interactĆŗan distintos personajes, como un mĆ©dico agnĆ³stico, un sacerdote catĆ³lico y un periodista. El periodista, no se siente involucrado con la situaciĆ³n y dice: mi vida estĆ” en ParĆs, donde me espera mi novia y mis cuestiones. Yo quisiera irme. A pesar de que quienes conviven con Ć©l no estĆ”n de acuerdo, gestionan su retorno. Cuando el periodista estĆ” a punto de abandonar la ciudad cambia abruptamente de opiniĆ³n, y allĆ hay un dialogo precioso con el mĆ©dico que le pregunta por quĆ© ha decidido quedarse. El periodista responde: he cambiado de opiniĆ³n porque si me voy me darĆa vergĆ¼enza. El doctor le dice entonces: pero a nadie puede avergonzarle elegir la felicidad, y este contesta: sĆ, pero puedo avergonzarme de ser feliz yo sĆ³lo.
El gran descubrimiento antropolĆ³gico y filosĆ³fico del periodismo cĆvico es la idea de que no sĆ³lo no estarĆa bien, sino que serĆa imposible ser felices solos. Lo que hagamos en la vida pĆŗblica depende de la suerte, buena o mala, de nuestros semejantes y como dice un verso que tanto me gusta hay algunas cosas que nos conciernen extraƱamente, que confĆan en que nosotros, los mĆ”s perecederos, podamos salvarlas. Creo que la vida pĆŗblica no nos concierne en forma perecedera sino de manera verdaderamente importante y que la gran responsabilidad del periodismo y los ciudadanos es tratar de que entre todos, el mundo sea un lugar mucho mĆ”s habitable”.
Hace unos aƱos publiquĆ© una charla del escritor espaƱol Carlos Ćlvarez Teijeiro -en ese entonces profesor de la Universidad Austral- con motivo del relanzamiento de Carta Abierta, diario en el que (no siempre de acuerdo) escribĆ. Algunas de sus palabras me dejaron pensando largo tiempo. Esto decĆa.
Una cuestiĆ³n de todos
Con humor y profundidad, el autor de “Fundamentos TeĆ³ricos del Public Journalism” expuso su obra ante mĆ”s de doscientas cincuenta personas.
“El periodismo cĆvico no es fundamentalmente un conjunto de prĆ”cticas profesionales periodĆsticas nacidas en un momento histĆ³rico puntual, sino una filosofĆa, una idea, acerca de quĆ© papel debiera desempeƱar el periodismo en una sociedad democrĆ”tica. Hoy competimos en este acto con el estreno de la pelĆcula Troya, (con mucho mĆ”s Ć©xito que ella seguramente…) y eso me lleva a recordar que la idea de periodismo cĆvico si bien es un movimiento nacido en los Estado Unidos a fines de los ´80, es una idea vieja como la historia misma.
Hace 2.500 aƱos Pericles tuvo que hablar a sus conciudadanos atenienses para alentarlos a participar de una guerra crucial que libraba la democrĆ”tica Atenas, frente a Esparta, un gobierno no democrĆ”tico. En esa arenga, decĆa que no consideraba inofensivos sino, idiotas, una palabra griega muy fuerte, a aquellos que no se interesan por las cuestiones pĆŗblicas. Idiota, en el fondo significa “la vida de la persona que decide vivir privadamente”. Y si hay algo que estĆ” asociado a los orĆgenes del periodismo, pretensiĆ³n traicionada en los Ćŗltimos tres siglos, es que estos tendrĆan como una de sus misiones fundamentales lograr que el espacio pĆŗblico de la democracia fuera un lugar de encuentro, y la opiniĆ³n pĆŗblica lo que quedarĆa de ello.
Hoy vivimos en un mundo de simulacros de la opiniĆ³n pĆŗblica, donde Ć©sta ha sido traicionada en nombre de la opiniĆ³n publicada y el reino de la encuesta. Por eso Carta Abierta nace con esta voluntad, y con el ejercicio que entiende a la polĆtica como interĆ©s solidario por lo pĆŗblico.
Al argentino se lo suele acusar de mirarse mucho el ombligo, y yo creo que deberĆamos mirĆ”rnoslo aĆŗn mĆ”s. El ombligo es el Ćŗnico rasgo que existe en nuestro cuerpo de nuestra dependencia original. Hemos venido al mundo dependiendo y esta es una huella de que ser persona no es ese individuo del neoliberalismo al que no le importa en lo mĆ”s mĆnimo la suerte de los demĆ”s. Ser persona es descubrir que dependemos de otros y que la sociedad debemos construirla todos. Termino con la bellisima novela de Albert Camus, Peste, que refiere a una peste que transcurre en una ciudad del norte de Ćfrica. En ese momento de crisis creado por la peste, interactĆŗan distintos personajes, como un mĆ©dico agnĆ³stico, un sacerdote catĆ³lico y un periodista. El periodista, no se siente involucrado con la situaciĆ³n y dice: mi vida estĆ” en ParĆs, donde me espera mi novia y mis cuestiones. Yo quisiera irme. A pesar de que quienes conviven con Ć©l no estĆ”n de acuerdo, gestionan su retorno. Cuando el periodista estĆ” a punto de abandonar la ciudad cambia abruptamente de opiniĆ³n, y allĆ hay un dialogo precioso con el mĆ©dico que le pregunta por quĆ© ha decidido quedarse. El periodista responde: he cambiado de opiniĆ³n porque si me voy me darĆa vergĆ¼enza. El doctor le dice entonces: pero a nadie puede avergonzarle elegir la felicidad, y este contesta: sĆ, pero puedo avergonzarme de ser feliz yo sĆ³lo.
El gran descubrimiento antropolĆ³gico y filosĆ³fico del periodismo cĆvico es la idea de que no sĆ³lo no estarĆa bien, sino que serĆa imposible ser felices solos. Lo que hagamos en la vida pĆŗblica depende de la suerte, buena o mala, de nuestros semejantes y como dice un verso que tanto me gusta hay algunas cosas que nos conciernen extraƱamente, que confĆan en que nosotros, los mĆ”s perecederos, podamos salvarlas. Creo que la vida pĆŗblica no nos concierne en forma perecedera sino de manera verdaderamente importante y que la gran responsabilidad del periodismo y los ciudadanos es tratar de que entre todos, el mundo sea un lugar mucho mĆ”s habitable”.
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