A casi un aƱo de su apertura, el museo La Pastera recibiĆ³ mĆ”s de 8.000 visitantes
El espacio ofrece fotos, mĆŗsica, videos, libros en homenaje al lĆder guerrillero.
NEUQUĆN/SAN MARTĆN DE LOS ANDES (AN).- Rendir homenaje a Ernesto "Che" Guevara ha sido el objetivo, el motor que movilizĆ³ durante aƱos a los trabajadores del Parque Nacional LanĆn y que finalmente se cristalizĆ³ en junio de 2008, cuando inaugurĆ³ La Pastera museo del Che, la casa de San MartĆn de los Andes donde el Che se alojĆ³ junto con su amigo Alberto Granado, allĆ” por enero de 1952, durante su viaje en moto por SudamĆ©rica.
Casi sesenta aƱos despuĆ©s, este edificio construido en 1946 fue transformado por ATE y Parques Nacionales en un espacio que recrea la vida del revolucionario argentino a travĆ©s de paneles dinĆ”micos e informativos, revelando la visiĆ³n polĆtica de Ernesto Guevara, su pensamiento y numerosas imĆ”genes inĆ©ditas.
El sitio conserva intacta la habitaciĆ³n donde durmieron el Che y Granado en el verano de 1952, ambientada con fardos de pasto como aquellos que los recibieron durante su paso por la cordillera. Hay videos, mĆŗsica, fotografĆas, libros editados, mĆŗsica, y otras joyas de colecciĆ³n que ayudan a reflexionar sobre la figura de uno de los personajes mĆ”s emblemĆ”ticos de la historia. Desde su apertura, hace casi un aƱo, el museo La Pastera ya recibiĆ³ mĆ”s de 8 mil personas.
"No somos un museo tradicional, nuestra intenciĆ³n es construir un centro de informaciĆ³n de la acciĆ³n y el pensamiento del Che, el fuerte es la informaciĆ³n", indicĆ³ DarĆo Fuentes, coordinador nacional de La Pastera museo del Che. Y adelantĆ³ que para el aniversario del museo se firmarĆ” un convenio de "hermanamiento" o cooperaciĆ³n mutua entre Ć©sta instituciĆ³n y el Memorial Ernesto Che Guevara de Cuba, donde permanecen los restos del guerrillero.
ContĆ³, ademĆ”s, que en junio serĆ” presentado en el Congreso de la NaciĆ³n el itinerario turĆstico y cultural que agrupe a las instituciones de todo el paĆs que rindan tributo a la figura y el pensamiento del lĆder guerrillero. La ruta "Por los caminos del Che" unirĆ” la ciudad de Rosario donde naciĆ³ Guevara y los museos de Alta Gracia (CĆ³rdoba) y Caraguatay (Misiones), que fueron habitados por la familia Guevara De la Serna durante la infancia de Ernesto y, por supuesto, La Pastera.
"El primer ataque contra un dispensario de Salud PĆŗblica fallĆ³ completamente, pero se nos indicĆ³ que podĆamos hacer parecida tentativa en las dependencias de Parques Nacionales, cuyo intendente acertĆ³ pasar allĆ y nos dio enseguida alojamiento en uno de los galpones de herramientas de la citada dependencia. Por la noche llegĆ³ el sereno, un gordo de 140 kilogramos bien medido y una cara a prueba de balas, que nos tratĆ³ con mucha amabilidad, dĆ”ndonos permiso para cocinar en su cuchitril. Esa primera noche la pasamos perfectamente, durmiendo entre la paja de que estaba provisto el galpĆ³n, bien abrigados, lo que se hace necesario en estas comarcas donde las noches son bastantes frĆas", escribiĆ³ el Che en sus "Notas de viaje" en 1952. Justo cuando llegĆ³ a San MartĆn -como relatĆ³- "un lugar precioso, en medio de bosques vĆrgenes con un lago lindĆsimo".
El espacio ofrece fotos, mĆŗsica, videos, libros en homenaje al lĆder guerrillero.
NEUQUĆN/SAN MARTĆN DE LOS ANDES (AN).- Rendir homenaje a Ernesto "Che" Guevara ha sido el objetivo, el motor que movilizĆ³ durante aƱos a los trabajadores del Parque Nacional LanĆn y que finalmente se cristalizĆ³ en junio de 2008, cuando inaugurĆ³ La Pastera museo del Che, la casa de San MartĆn de los Andes donde el Che se alojĆ³ junto con su amigo Alberto Granado, allĆ” por enero de 1952, durante su viaje en moto por SudamĆ©rica.
Casi sesenta aƱos despuĆ©s, este edificio construido en 1946 fue transformado por ATE y Parques Nacionales en un espacio que recrea la vida del revolucionario argentino a travĆ©s de paneles dinĆ”micos e informativos, revelando la visiĆ³n polĆtica de Ernesto Guevara, su pensamiento y numerosas imĆ”genes inĆ©ditas.
El sitio conserva intacta la habitaciĆ³n donde durmieron el Che y Granado en el verano de 1952, ambientada con fardos de pasto como aquellos que los recibieron durante su paso por la cordillera. Hay videos, mĆŗsica, fotografĆas, libros editados, mĆŗsica, y otras joyas de colecciĆ³n que ayudan a reflexionar sobre la figura de uno de los personajes mĆ”s emblemĆ”ticos de la historia. Desde su apertura, hace casi un aƱo, el museo La Pastera ya recibiĆ³ mĆ”s de 8 mil personas.
"No somos un museo tradicional, nuestra intenciĆ³n es construir un centro de informaciĆ³n de la acciĆ³n y el pensamiento del Che, el fuerte es la informaciĆ³n", indicĆ³ DarĆo Fuentes, coordinador nacional de La Pastera museo del Che. Y adelantĆ³ que para el aniversario del museo se firmarĆ” un convenio de "hermanamiento" o cooperaciĆ³n mutua entre Ć©sta instituciĆ³n y el Memorial Ernesto Che Guevara de Cuba, donde permanecen los restos del guerrillero.
ContĆ³, ademĆ”s, que en junio serĆ” presentado en el Congreso de la NaciĆ³n el itinerario turĆstico y cultural que agrupe a las instituciones de todo el paĆs que rindan tributo a la figura y el pensamiento del lĆder guerrillero. La ruta "Por los caminos del Che" unirĆ” la ciudad de Rosario donde naciĆ³ Guevara y los museos de Alta Gracia (CĆ³rdoba) y Caraguatay (Misiones), que fueron habitados por la familia Guevara De la Serna durante la infancia de Ernesto y, por supuesto, La Pastera.
"El primer ataque contra un dispensario de Salud PĆŗblica fallĆ³ completamente, pero se nos indicĆ³ que podĆamos hacer parecida tentativa en las dependencias de Parques Nacionales, cuyo intendente acertĆ³ pasar allĆ y nos dio enseguida alojamiento en uno de los galpones de herramientas de la citada dependencia. Por la noche llegĆ³ el sereno, un gordo de 140 kilogramos bien medido y una cara a prueba de balas, que nos tratĆ³ con mucha amabilidad, dĆ”ndonos permiso para cocinar en su cuchitril. Esa primera noche la pasamos perfectamente, durmiendo entre la paja de que estaba provisto el galpĆ³n, bien abrigados, lo que se hace necesario en estas comarcas donde las noches son bastantes frĆas", escribiĆ³ el Che en sus "Notas de viaje" en 1952. Justo cuando llegĆ³ a San MartĆn -como relatĆ³- "un lugar precioso, en medio de bosques vĆrgenes con un lago lindĆsimo".
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