Campaña de violencia en Honduras para sacar de las calles a opositores - Piedra OnLine

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sábado, 28 de noviembre de 2009

Campaña de violencia en Honduras para sacar de las calles a opositores




































Diario La Jornada

Juticalpa, 26 de noviembre. "En Tegucigalpa marchan los colonos pobres, los obreros, los maestros, todos los jodidos, acá, con la resistencia, también marchan los ricos", dice el profesor Chilo Ponce, mientras conduce rumbo a la casa de la familia Sarmiento, dueña de tres haciendas, de incontables cabezas de ganado, de una de las mayores bodegas de granos de la región.

La casa está en una loma. Dos hombres armados vigilan desde lo alto. Ahí recibe Rafael Sarmiento, un abogado treintañero, de hablar fluido, celular, blackberry y una .45 al cinto. Rafael pasó 40 días dentro de la embajada de Brasil, al lado del presidente Manuel Zelaya, dispuesto, dice, a dar la vida para "defender al mandatario".

Al salir de la embajada regresó a su casa en el corazón de Olancho, el departamento de Honduras que es más extenso que la hermana república de El Salvador.

Recién desempacado, el pasado 18 de noviembre estaba en una tienda del centro de la población cuando le avisaron que su padre, Ulises Liche Sarmiento, había sido atacado a balazos en "la casa de otros hijos que tiene". Todavía estaba al teléfono cuando vio pasar una veloz camioneta blanca, enorme, sin placas, con varios individuos a bordo. Uno de ellos todavía se iba quitando un chaleco antibalas, moteado, como los que utilizan los soldados. Los siguió unos cinco kilómetros, pero después se detuvo. "Me dio miedo, porque nomás iba con otro muchacho".

Poco antes, entre ocho y 10 hombres habían llegado a la casa donde Liche Sarmiento, poderoso ganadero y líder del Partido Liberal (PL) en la región, visitaba a sus "otros hijos". Se despacharon en un dos por tres a los dos guardaespaldas que esperaban afuera y dejaron su mensaje: a Delis Noel Hernández Figueroa (25 años) y José Manuel Beltrán Flores (35) les cosieron los genitales a balazos y les dieron el tiro de gracia.

Luego, vaciaron sus “fusiles AK-47, 3006 y 270” sobre la casa y las vecinas. También usaron “lanzagranadas HK“, cuyos impactos están todavía en la puerta metálica, cerquita al letrero de "Liberales en resistencia". "No estallaron las granadas porque dispararon muy de cerca", dice Liche Sarmiento, en cuanto se incorpora a la charla. No hay por qué dudar de su conocimiento sobre el tema. El arsenal de sus 20 guardaespaldas, a unos pasos de la terraza donde se conversa, deja clarísimo que algo sabe de armas.

Al oír los primeros balazos, Sarmiento, tres mujeres y varios niños que lo acompañaban se refugiaron en las habitaciones del fondo. Aun así, un rozón de bala alcanzó a un niño de cuatro años de edad, hijo de Sarmiento. Todos los muebles y las paredes quedaron agujerados.

La policía, que tiene una posta a tres calles de distancia, tardó 45 minutos en llegar y los atacantes pudieron huir tranquilamente, aunque a la salida de la ciudad había un retén policiaco.

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