El nuevo mandatario asumió ayer la presidencia de Honduras. Uno de sus primeros actos fue amnistiar a todos los acusados de delitos políticos durante el derrocamiento de Zelaya.
TEGUCIGALPA.- El conservador Porfirio Lobo asumió ayer la presidencia de Honduras, promulgó la amnistía votada por el Congreso como su primer acto de gobierno tras un llamado a la reconciliación interna e internacional, y horas después el derrocado mandatario Manuel Zelaya abandonó su país junto a su par de República Dominicana, Leonel Fernández.
A Lobo, que estará en el cargo cuatro años, le fue impuesta la banda presidencial por el presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, en un acto en el estadio Nacional, porque el mandatario de facto desde el golpe de Estado del 28 de junio, Roberto Micheletti, decidió no renunciar pese a la presión internacional, pero no ir a esa asunción para no ahuyentar a delegaciones extranjeras.
Lobo sancionó el decreto de amnistía para beneficiar a las personas que cometieron delitos políticos por los hechos del pasado 28 de junio de 2009, en su primer acto como gobernante.
Durante su intervención, tras haber sido juramentado, Lobo hizo una pausa cuando se refirió a la crisis y la necesaria reconciliación nacional para firmar la ley que amnistía a las personas que cometieron delitos políticos y comunes conexos, la cual fue aprobada la noche del martes por el Parlamento hondureño.
El flamante gobernante afirmó que la amnistía es el "principio de la reconciliación, el perdón de parte del Estado", pero fue claro en cuanto a que "la amnistía se refiere únicamente a los hechos de orden político".
La amnistía favorecerá al ex presidente Manuel Zelaya y sus colaboradores, ya que están acusados por delitos de traición a la patria y abuso de autoridad, así como se espera beneficie al ex presidente de facto Roberto Micheletti y la cúpula militar.
Aunque el decreto de amnistía fue sancionado, el mismo entrará en vigencia 20 días después que sea publicado en el diario oficial "La Gaceta".
Indicó que sumado a la amnistía y la reconciliación, se compromete a impulsar la Comisión de la Verdad, establecida en el Acuerdo Tegucigalpa/San José, a fin de que se conozca lo que pasó antes y después del golpe de Estado que derrocó a Zelaya.
Pero Lobo pidió que la reconciliación no sólo sea nacional, sino que también internacional, en cuanto a que el resto de gobiernos e instituciones internacionales cesen el aislamiento de Honduras, ocurrido tras el golpe de Estado.
Para el presidente entrante es vital el restablecimiento de las relaciones con el exterior, ya que como dijo en su intervención el país tiene pendiente desembolsos por más de 2.000 millones de dólares.
Dichos recursos son vitales debido a que recibe un Estado en crisis y en virtual bancarrota, con una "casi inmanejable deuda externa y una deuda interna desbocada", según señaló.
Asimismo, el gobernante se comprometió a combatir la corrupción, afirmando que los "tiempos de la impunidad y la indiferencia deben quedar atrás".
Horas después del acto de asunción, Zelaya abandonó Honduras en un avión que lo conducía junto al presidente Leonel Fernández hacia la República Dominicana. "Volveremos, volveremos´´, exclamó Zelaya al abordar la nave presidencial de la Dominicana.
Zelaya salió de la embajada de Brasil, en donde permaneció alojado más de cuatro meses, con un salvoconducto porque rehusó acogerse a una amnistía que fue aprobada en la víspera por el congreso y por ello están vigentes los procesos que justicia hondureña endereza en su contra por supuestamente intentar reformar la Constitución.
En el aeropuerto de Tegucigalpa se congregó una multitud de miles de simpatizantes de Zelaya para despedirlo y coreaban al unísono "Mel amigo, el pueblo está contigo´´.
"Con esto cumplimos con Zelaya e inicio con un gobierno de reconciliación y de respeto a la persona humana. Zelaya va como huésped de honor de Fernández... y este paso importante traerá paz a la nación porque no podíamos tener a un ex presidente encerrado en una embajada´´, dijo el mandatario. (AP/Télam)
TEGUCIGALPA.- El conservador Porfirio Lobo asumió ayer la presidencia de Honduras, promulgó la amnistía votada por el Congreso como su primer acto de gobierno tras un llamado a la reconciliación interna e internacional, y horas después el derrocado mandatario Manuel Zelaya abandonó su país junto a su par de República Dominicana, Leonel Fernández.
A Lobo, que estará en el cargo cuatro años, le fue impuesta la banda presidencial por el presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, en un acto en el estadio Nacional, porque el mandatario de facto desde el golpe de Estado del 28 de junio, Roberto Micheletti, decidió no renunciar pese a la presión internacional, pero no ir a esa asunción para no ahuyentar a delegaciones extranjeras.
Lobo sancionó el decreto de amnistía para beneficiar a las personas que cometieron delitos políticos por los hechos del pasado 28 de junio de 2009, en su primer acto como gobernante.
Durante su intervención, tras haber sido juramentado, Lobo hizo una pausa cuando se refirió a la crisis y la necesaria reconciliación nacional para firmar la ley que amnistía a las personas que cometieron delitos políticos y comunes conexos, la cual fue aprobada la noche del martes por el Parlamento hondureño.
El flamante gobernante afirmó que la amnistía es el "principio de la reconciliación, el perdón de parte del Estado", pero fue claro en cuanto a que "la amnistía se refiere únicamente a los hechos de orden político".
La amnistía favorecerá al ex presidente Manuel Zelaya y sus colaboradores, ya que están acusados por delitos de traición a la patria y abuso de autoridad, así como se espera beneficie al ex presidente de facto Roberto Micheletti y la cúpula militar.
Aunque el decreto de amnistía fue sancionado, el mismo entrará en vigencia 20 días después que sea publicado en el diario oficial "La Gaceta".
Indicó que sumado a la amnistía y la reconciliación, se compromete a impulsar la Comisión de la Verdad, establecida en el Acuerdo Tegucigalpa/San José, a fin de que se conozca lo que pasó antes y después del golpe de Estado que derrocó a Zelaya.
Pero Lobo pidió que la reconciliación no sólo sea nacional, sino que también internacional, en cuanto a que el resto de gobiernos e instituciones internacionales cesen el aislamiento de Honduras, ocurrido tras el golpe de Estado.
Para el presidente entrante es vital el restablecimiento de las relaciones con el exterior, ya que como dijo en su intervención el país tiene pendiente desembolsos por más de 2.000 millones de dólares.
Dichos recursos son vitales debido a que recibe un Estado en crisis y en virtual bancarrota, con una "casi inmanejable deuda externa y una deuda interna desbocada", según señaló.
Asimismo, el gobernante se comprometió a combatir la corrupción, afirmando que los "tiempos de la impunidad y la indiferencia deben quedar atrás".
Horas después del acto de asunción, Zelaya abandonó Honduras en un avión que lo conducía junto al presidente Leonel Fernández hacia la República Dominicana. "Volveremos, volveremos´´, exclamó Zelaya al abordar la nave presidencial de la Dominicana.
Zelaya salió de la embajada de Brasil, en donde permaneció alojado más de cuatro meses, con un salvoconducto porque rehusó acogerse a una amnistía que fue aprobada en la víspera por el congreso y por ello están vigentes los procesos que justicia hondureña endereza en su contra por supuestamente intentar reformar la Constitución.
En el aeropuerto de Tegucigalpa se congregó una multitud de miles de simpatizantes de Zelaya para despedirlo y coreaban al unísono "Mel amigo, el pueblo está contigo´´.
"Con esto cumplimos con Zelaya e inicio con un gobierno de reconciliación y de respeto a la persona humana. Zelaya va como huésped de honor de Fernández... y este paso importante traerá paz a la nación porque no podíamos tener a un ex presidente encerrado en una embajada´´, dijo el mandatario. (AP/Télam)
No hay comentarios:
Publicar un comentario