Argentina vs México en octavos de finales. Copa Mundial de Fútbol, Sudáfrica 2010. Foto: Reuters
Argentina se vistió nuevamente de verdugo de México al vencerlo hoy por 3-1 en Johannesburgo, en un partido signado por la polémica de un gol en offside, y sacó boleto para jugar contra Alemania los cuartos de final de Sudáfrica 2010.
Carlos Tévez, con un doblete a los 26 y 52 minutos y otro tanto de Gonzalo Higuaín -su cuarto tanto en el Mundial-, a los 33′, marcaron para la “albiceleste”, mientras que para el “Tri” descontó Javier Hernández, a los 71′.
Argentina irá ahora por la revancha de la derrota por penales que la anfitriona Alemania le infligió en el Mundial 2006 en idéntica instancia de cuartos y en busca de unas semifinales que se le niegan desde hace 20 años.
México, en tanto, se vuelve a casa otra vez con el sabor del fracaso: no pudo sacarse la espina clavada de la eliminación a manos de la albiceleste en octavos hace cuatro años y sigue sin poder alcanzar el quinto partido en un Mundial fuera de casa.
Ante unos 84.000 espectadores en el hermoso coliseo del Soccer City, el parejo partido del tramo inicial se destrabó con un grueso error arbitral: la convalidación del primer gol de Tévez, en claro fuera de juego. A partir de entonces, México se derrumbó y Argentina sacó provecho de su poder de fuego, con las mil y una variantes que posee para vulnerar el arco contrario.
A sabiendas de que su tridente de ataque necesitaba respaldo y contención ante un rival siempre decidido a llegar por abajo y con mucha gente, Maradona reforzó el mediocampo y la defensa, sobre todo la banda derecha, con Nicolás Otamendi y Maxi Rodríguez.
En cambio, Aguirre soprendió al alinear entre los titulares a los delanteros Javier “Chicharito” Hernández y el “Bofo” Adolfo Bautista, el primero reclamado por la afición, el segundo sin siquiera un minuto en todo el Mundial, más un volante con llegada y buena pegada como es Andrés Guardado.
La intención era clara, salir a ganar el partido, jugarle a la Argentina de Lionel Messi y compañía de “tú a tú”. Y de hecho lo logró en esos primeros minutos, porque el astro del Barcelona no encontraba socios y los volantes mexicanos quitaban casi todo en el medio.
A los 8′, un remate de Carlos Salcido sacudió el travesaño y enseguida un zurdazo se le fue apenas afuera a Guardado. El “Tri” lucía colectivamente mejor, pero su habitual anemia de gol seguía presente.
Entonces, después de un par de intentos de Messi, llegó la jugada que cambió el partido. “Leo” se mandó hacia adelante y habilitó a Tévez. El arquero Oscar Perez llegó primero pero su despeje cayó en los pies de Messi, que volvió a habilitar al hombre del Manchester City, en notoria posición adelantada (no había ni siquiera un rival entre él y la línea de gol cuando salió la segunda asistencia).
Tévez cabeceó al gol, miró al juez de línea y salió corriendo a festejar. El árbitro italiano Roberto Rosetti convalidó y enseguida vino la polémica: los mexicanos se fueron sobre el juez asistente, que a su vez se comunicó con Rosetti. Por un momento pareció que el árbitro volvería atrás con su decisión, pero no: 1-0 a los 26′ y todo a favor para la “albiceleste”.
México ya había dado signos de cierta claudicación anímica en Sudáfrica cuando las cosas se le vuelven en contra. No había salido del impacto, cuando a los 33′, un clamoroso error de Ricardo Osorio, que habilitó a Higuaín en lugar de un compañero, dejó el 2-0 servido en bandeja. “Pipita” definió de acuerdo a su especilidad: dejó desparramado al portero y tocó al gol con su pie izquierdo.
Hasta el final del intervalo, Pérez le sacó un remate a Di María, Higuaín cabeceó solo afuera y México exigió con un par de remates de media distancia -con buenas respuestas del arquero Sergio Romero- y algún arresto del inquieto Hernández. Pero daba la impresión de que sería imposible que el “Tri” cambiara el curso de la historia ante una Argentina muy amigada con el gol en todo el torneo.
Apenas Rosetti marcó el final de la primera etapa se armó un tumulto entre jugadores de ambos equipos detrás del banco de suplentes, en el que se lo vio al arquero suplente Guillermo Ochoa hacer señas de que el árbitro había recibido dinero para favorecer a Argentina.
Aguirre reconoció su error de la formación inicial: dejó en la banca al inexistente “Bofo” Bautista y puso en su lugar a Pablo Barrera, un delantero veloz y punzante. Pero el zapatazo impresionante de Tévez desde fuera del área, que se metió en el ángulo izquierdo de Pérez, liquidó el pleito.
Una excelente definición de Hernández, a los 71′, le puso pimienta al partido: ya por entonces Tevez había dejado su lugar a Juan Sebastián Verón, y Argentina jugaba claramente replegada, dejándole el balón a un México al que le gusta disponer de él.
El equipo de Aguirre tuvo un par de chances más, pero continuó negado para el gol. Así, Argentina, que parece seguir tocada por la “varita mágica” de Maradona, repitió victoria ante México y ya está entre los ocho mejores del mundo.
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