Wayne Rooney no anotó goles en el Mundial de Sudáfrica. Foto: Christian Charisius / Reuters
Tras la clasificación de Inglaterra al Mundial de Sudáfrica-2010, el talento de los pupilos del italiano Fabio Capello y el aura del entrenador hicieron creer que el equipo iba a ganar el torneo, pero su eliminación este domingo no es una sorpresa.
El lunes, los diarios británicos echarán probablemente la culpa al árbitro uruguayo Jorge Larrionda de la derrota este domingo en octavos de final del Mundial de Sudáfrica ante Alemania (4-1) a un gol injustamente anulado a Frank Lampard (minuto 38), que en ese momento podría haber significado el empate 2-2.
Pero los ingleses no dieron una impresión convincente en su partido contra Alemania ni tampoco en el torneo, después de empatar los dos primeros partidos (1-1 contra Estados Unidos y 0-0 frente a Argelia) y ganar con dificultades a Eslovenia (1-0).
El fracaso no sorprende ante la fuerza de los datos: tres goles en cuatro partidos y su estrella Wayne Rooney se fue sin anotar y como emblema de la decepción.
Además, la selección de Inglaterra llegó a Sudáfrica con la importante baja de Rio Ferdinand por lesión.
Los jugadores decían que admiraban al entrenador, pero al final acabaron sufriendo su autoritarismo. John Terry, que no se recuperó por haber perdido su brazalete de capitán tras un escándalo sentimental que provocó un gran revuelo en su país, expresó públicamente su malestar con Capello.
A David James, simpatizante del partido político de los ‘Verdes’ británicos, le costó ocultar que no se entendía con el seleccionador, un hombre que en su día manifestó su admiración por “la herencia del orden” que dejó el franquismo en España.
Los jugadores más experimentados de la selección llegaron a pedir a Capello que incluyera a Joe Cole en el ‘once’, lo que el italiano, fiel a su reputación de hombre inflexible, rechazó, aunque le hizo entrar como suplente en los dos últimos duelos.
Da igual quien tenga razón sobre esa decisión táctica, lo que queda claro es que el vestuario no estuvo unido, lo que hace difícil tener éxito.
También puso las cosas difíciles el fallo de Robert Green, autor de un error que costó el empate con Estados Unidos (1-1), no fuera el que conllevara mayor gravedad, pues el ‘Pelé inglés’, Wayne Rooney ha disputado el Mundial como una sombra y no asumió en ningún momento el papel de estrella que los suyos ansiaban.
Mientras, el introvertido Steven Gerrard parece haberse visto aplastado por la presión de lucir el brazalete de capitán y Frank Lampard no estuvo a la altura de su rendimiento en el Chelsea.
Además, la selección de Inglaterra llegó a Sudáfrica con la importante baja de Rio Ferdinand por lesión, mientras que Ledley King se unió a él en la enfermería durante la cita, antes que Jamie Carragher fuera suspendido, para dejar a Matthew Upson junto a John Terry en el centro de la zaga.
Las expectativas inglesas han hecho un flaco favor al combinado. “EASY” (FÁCIL), tituló el diario The Sun retomando las iniciales en inglés de los países del Grupo C del Mundial, England, Algeria, Slovenia, ‘Yanks’ (Inglaterra, Argelia, Eslovenia y ‘Yanquis’).
El regreso inglés a una gran cita había renovado la ilusión, después del gran fracaso de no haber podido ni siquiera clasificarse para la fase final de la Eurocopa de Austria/Suiza en 2008, teniendo que sufrir la ‘humillación’ de seguir el torneo por televisión.
Después de haber logrado el título mundial de 1966, Inglaterra sólo llegó en una ocasión a las semifinales, en Italia-1990, y le cuesta aceptar que ya no es una potencia en “su” deporte.
La última manifestación de este hecho es que Capello tuvo que elegir en una reserva de cincuenta titulares ingleses en la Premier League, por lo que las expectativas están por encima de sus ambiciones reales.
Y esas expectativas, sobre los hombros de los jugadores, se tradujeron en “miedo”, según Capello, que tras el empate a cero ante los argelinos dijo que no reconocía al equipo con el que había trabajado en los meses anteriores.
Sobre el futuro, parece claro que Ferdinand o James dejaron pasar su última gran oportunidad, mientras que el papel de Lampard o Gerrard, dos líderes dentro y fuera del terreno de juego, es una incógnita de cara a los próximos años.
La puerta de salida también podría haber quedado abierta para Capello, que fracasó en su objetivo de ganar el Mundial, 44 años después de 1966, y el panorama se presenta ahora complicado de cara a los próximos desafíos, la Eurocopa-2012 de Polonia y Ucrania y, más adelante, el Mundial de Brasil-2014.
(Con información de AFP)
Tras la clasificación de Inglaterra al Mundial de Sudáfrica-2010, el talento de los pupilos del italiano Fabio Capello y el aura del entrenador hicieron creer que el equipo iba a ganar el torneo, pero su eliminación este domingo no es una sorpresa.
El lunes, los diarios británicos echarán probablemente la culpa al árbitro uruguayo Jorge Larrionda de la derrota este domingo en octavos de final del Mundial de Sudáfrica ante Alemania (4-1) a un gol injustamente anulado a Frank Lampard (minuto 38), que en ese momento podría haber significado el empate 2-2.
Pero los ingleses no dieron una impresión convincente en su partido contra Alemania ni tampoco en el torneo, después de empatar los dos primeros partidos (1-1 contra Estados Unidos y 0-0 frente a Argelia) y ganar con dificultades a Eslovenia (1-0).
El fracaso no sorprende ante la fuerza de los datos: tres goles en cuatro partidos y su estrella Wayne Rooney se fue sin anotar y como emblema de la decepción.
Además, la selección de Inglaterra llegó a Sudáfrica con la importante baja de Rio Ferdinand por lesión.
Los jugadores decían que admiraban al entrenador, pero al final acabaron sufriendo su autoritarismo. John Terry, que no se recuperó por haber perdido su brazalete de capitán tras un escándalo sentimental que provocó un gran revuelo en su país, expresó públicamente su malestar con Capello.
A David James, simpatizante del partido político de los ‘Verdes’ británicos, le costó ocultar que no se entendía con el seleccionador, un hombre que en su día manifestó su admiración por “la herencia del orden” que dejó el franquismo en España.
Los jugadores más experimentados de la selección llegaron a pedir a Capello que incluyera a Joe Cole en el ‘once’, lo que el italiano, fiel a su reputación de hombre inflexible, rechazó, aunque le hizo entrar como suplente en los dos últimos duelos.
Da igual quien tenga razón sobre esa decisión táctica, lo que queda claro es que el vestuario no estuvo unido, lo que hace difícil tener éxito.
También puso las cosas difíciles el fallo de Robert Green, autor de un error que costó el empate con Estados Unidos (1-1), no fuera el que conllevara mayor gravedad, pues el ‘Pelé inglés’, Wayne Rooney ha disputado el Mundial como una sombra y no asumió en ningún momento el papel de estrella que los suyos ansiaban.
Mientras, el introvertido Steven Gerrard parece haberse visto aplastado por la presión de lucir el brazalete de capitán y Frank Lampard no estuvo a la altura de su rendimiento en el Chelsea.
Además, la selección de Inglaterra llegó a Sudáfrica con la importante baja de Rio Ferdinand por lesión, mientras que Ledley King se unió a él en la enfermería durante la cita, antes que Jamie Carragher fuera suspendido, para dejar a Matthew Upson junto a John Terry en el centro de la zaga.
Las expectativas inglesas han hecho un flaco favor al combinado. “EASY” (FÁCIL), tituló el diario The Sun retomando las iniciales en inglés de los países del Grupo C del Mundial, England, Algeria, Slovenia, ‘Yanks’ (Inglaterra, Argelia, Eslovenia y ‘Yanquis’).
El regreso inglés a una gran cita había renovado la ilusión, después del gran fracaso de no haber podido ni siquiera clasificarse para la fase final de la Eurocopa de Austria/Suiza en 2008, teniendo que sufrir la ‘humillación’ de seguir el torneo por televisión.
Después de haber logrado el título mundial de 1966, Inglaterra sólo llegó en una ocasión a las semifinales, en Italia-1990, y le cuesta aceptar que ya no es una potencia en “su” deporte.
La última manifestación de este hecho es que Capello tuvo que elegir en una reserva de cincuenta titulares ingleses en la Premier League, por lo que las expectativas están por encima de sus ambiciones reales.
Y esas expectativas, sobre los hombros de los jugadores, se tradujeron en “miedo”, según Capello, que tras el empate a cero ante los argelinos dijo que no reconocía al equipo con el que había trabajado en los meses anteriores.
Sobre el futuro, parece claro que Ferdinand o James dejaron pasar su última gran oportunidad, mientras que el papel de Lampard o Gerrard, dos líderes dentro y fuera del terreno de juego, es una incógnita de cara a los próximos años.
La puerta de salida también podría haber quedado abierta para Capello, que fracasó en su objetivo de ganar el Mundial, 44 años después de 1966, y el panorama se presenta ahora complicado de cara a los próximos desafíos, la Eurocopa-2012 de Polonia y Ucrania y, más adelante, el Mundial de Brasil-2014.
(Con información de AFP)
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