Miles de desplazados uzbekos se niegan a volver a sus hogares
SURATASH, Kirguistán (AP).- Miles de desplazados de la minoría uzbeka que se concentraron en la zona fronteriza entre Kirguistán y Uzbekistán se niegan a regresar a sus hogares, alegando que temen por sus vidas tras la violencia étnica en sus poblaciones y que desconfían del Ejército kirguís.
Reporteros de The Associated Press vieron a unos 50 militares kirguises, la mayoría sobre vehículos blindados que entraban a la población fronteriza de Suratash, tratando de convencer a los refugiados de esta nación del centro de Asia para que regresen a sus casas.
Sin embargo, la presencia de los soldados atemorizaba a las familias, en su mayoría de la etnia uzbeka que escaparon a los ataques de los kirguises, pues acusan a los militares de apoyar la violencia que llevó a la muerte de cientos de uzbekos y dejó a cientos de miles sin hogar. Barrios uzbekos completos en el sur de Kirguistán han sido reducidos a ruinas ennegrecidas a manos de turbas de kirguises enfurecidos que obligaron a escapar a casi la mitad de los 800.000 uzbekos de la región.
El presidente interino Roza Otunbayeva dijo que hasta 2.000 personas habrían haber muerto en la ola de violencia. Los refugiados dijeron que no regresarán a sus hogares, pero tampoco están seguros sobre dónde ir. Algunos dijeron que tratarán de vender todas sus pertenencias y mudarse a Rusia mientras que otros decían que se irían a Uzbekistán. No hay un cruce fronterizo oficial en Suratash –a 16 kilómetros (10 millas) de Osh, la principal ciudad de la región– y muchos refugiados carecen de los documentos que necesitan para cruzar, ya que partieron de sus casas apresuradamente.
Naciones Unidas estima que 400.000 personas han escapado de sus hogares en Kirguistán y unos 100.000 de ellos han entrado a Uzbekistán. No hay una estimación oficial del número de refugiados en Suratash, aunque los propios uzbekos creen que podría haber 20.000.
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