El próximo viernes estará también en Puerto Rock Bariloche.
Se presenta hoy en Neuquén y mañana en Plaza Huincul.
Fusionando rock con reggae, candombe, chacarera, jazz, country y otros, Las Pastillas del Abuelo abre un panorama de posibilidades con forma de letras y armonías, un universo donde buscar y encontrar ideas y preguntas.
En mayo cumplieron ocho años de su primera presentación. Ahora vienen a la región a presentar su tercer disco, "Crisis". La voz de Juan Fernández, Diego Bozzalla, guitarra y coros, el violero Fernando Vecchio, Alejandro Mondelo en teclado y coros, el bajista Santiago Bogisich, Joel Barbeito en saxo y coros, y el baterista Juan Comas, llegan hoy a Bloke, de Neuquén, mañana al Oasis Bar Club, de Plaza Huincul, y el viernes 30 a Puerto Rock Bariloche.
De los quince temas que conforman "Crisis", uno es "Maldito y cortamambo", otro "Duda" y trece son preguntas. "Nosotros siempre tuvimos problemas con los nombres de las canciones porque cada uno las llama a su modo. En internet hemos encontrado versiones con distintos títulos". Juan Comas dialoga con "Río Negro". "Eso pasó en el primer disco, en el segundo... Cuando llego el último, estábamos bastante conectados. La crisis que nos pasaba en ese momento, contenía un montón de situaciones y cada uno la vivía de forma diferente, no nos pasaba lo mismo. Somos, por lo menos siete, más los que viajamos… Las preguntas terminaron apareciendo porque los temas hablaban de un montón de cuestiones que nos parecían respuestas y nos llevaron a pensar cuáles eran los interrogantes? Estábamos en la sala de ensayo y fuimos tirando fruta hasta que quedaron esos títulos".
–Decisión que refleja un estado de pensamiento…
–Claramente. Somos muy así… Nos gustan las cosas claras y no todo es claro siempre. Pero, dentro de nuestras posibilidades y lo que vamos armando, es lo que hay!. Las preguntas, en general, nos involucraban. Casi todos nos cuestionamos qué es Dios? ¿De dónde vengo, adónde voy? ¿Qué soy?
–Con la misma mano puedo tocar "el timbre o presionar tu herida".
–A ese tema lo llamamos "Preposiciones". No me acuerdo cómo se llama en el disco ("¿Qué pretendo no saber?"). Es el día de hoy que nos pasa lo mismo… Siempre estamos cambiando. La base está, como dice El Bambino (Veira), pero al conocer más cosas todo el tiempo, es inevitable que ir modificándose.
–Tu instrumento te exige estar físicamente diez puntos.
–Por eso… ahora nos subimos al bondi de gira y a lo que dé… Tenemos una camita, cuchetas que llamamos nichos porque son bastante pequeñas pero se descansa, puedo dormir. El tema es cuando uno está enfermo. Ya me pasó, no es la primera ni la última vez… De momento no tengo fuerzas, pero en el momento de tocar llegan. He subido con cuarenta de fiebre y unas anginas galopantes, casi sin poder tragar. No sé, me tomo algo para bajar la temperatura una hora antes y después a aguantar cuando termina el recital. La energía sale, seguro...
–¿Qué sigue después?
–Todo este año y el pasado, en los seis años que estoy en la banda, siempre salió algo por lo cual mejorar para seguir creciendo. Lo último que me tocó, a todos, fue grabar un acústico (para el programa de Mario Pergolini en FM Rock&Pop). Yo venía de otro palo y en siete ensayos tuve que aprender a tocar casi otro instrumento. Cuando entré a la banda no sabía qué era un candombe y ahora, un poco más. Nosotros decimos que hacemos aires de distintos géneros. Nos agarra uno que la tiene clara, por ejemplo (Alejandro) Balbis, el uruguayo. Murga argentina, diría él, del candombe que tocamos, porteña… Volviendo a tu pregunta, me gustaría que todo el tiempo haya un reto, si no se va quedando la cosa. Como todo. Uno no se puede quedar quieto, hay que tocar, tocar y tocar, sumado a todas las cosas que debemos hacer para que eso salga bien.
Eduardo Rouillet
Se presenta hoy en Neuquén y mañana en Plaza Huincul.
Fusionando rock con reggae, candombe, chacarera, jazz, country y otros, Las Pastillas del Abuelo abre un panorama de posibilidades con forma de letras y armonías, un universo donde buscar y encontrar ideas y preguntas.
En mayo cumplieron ocho años de su primera presentación. Ahora vienen a la región a presentar su tercer disco, "Crisis". La voz de Juan Fernández, Diego Bozzalla, guitarra y coros, el violero Fernando Vecchio, Alejandro Mondelo en teclado y coros, el bajista Santiago Bogisich, Joel Barbeito en saxo y coros, y el baterista Juan Comas, llegan hoy a Bloke, de Neuquén, mañana al Oasis Bar Club, de Plaza Huincul, y el viernes 30 a Puerto Rock Bariloche.
De los quince temas que conforman "Crisis", uno es "Maldito y cortamambo", otro "Duda" y trece son preguntas. "Nosotros siempre tuvimos problemas con los nombres de las canciones porque cada uno las llama a su modo. En internet hemos encontrado versiones con distintos títulos". Juan Comas dialoga con "Río Negro". "Eso pasó en el primer disco, en el segundo... Cuando llego el último, estábamos bastante conectados. La crisis que nos pasaba en ese momento, contenía un montón de situaciones y cada uno la vivía de forma diferente, no nos pasaba lo mismo. Somos, por lo menos siete, más los que viajamos… Las preguntas terminaron apareciendo porque los temas hablaban de un montón de cuestiones que nos parecían respuestas y nos llevaron a pensar cuáles eran los interrogantes? Estábamos en la sala de ensayo y fuimos tirando fruta hasta que quedaron esos títulos".
–Decisión que refleja un estado de pensamiento…
–Claramente. Somos muy así… Nos gustan las cosas claras y no todo es claro siempre. Pero, dentro de nuestras posibilidades y lo que vamos armando, es lo que hay!. Las preguntas, en general, nos involucraban. Casi todos nos cuestionamos qué es Dios? ¿De dónde vengo, adónde voy? ¿Qué soy?
–Con la misma mano puedo tocar "el timbre o presionar tu herida".
–A ese tema lo llamamos "Preposiciones". No me acuerdo cómo se llama en el disco ("¿Qué pretendo no saber?"). Es el día de hoy que nos pasa lo mismo… Siempre estamos cambiando. La base está, como dice El Bambino (Veira), pero al conocer más cosas todo el tiempo, es inevitable que ir modificándose.
–Tu instrumento te exige estar físicamente diez puntos.
–Por eso… ahora nos subimos al bondi de gira y a lo que dé… Tenemos una camita, cuchetas que llamamos nichos porque son bastante pequeñas pero se descansa, puedo dormir. El tema es cuando uno está enfermo. Ya me pasó, no es la primera ni la última vez… De momento no tengo fuerzas, pero en el momento de tocar llegan. He subido con cuarenta de fiebre y unas anginas galopantes, casi sin poder tragar. No sé, me tomo algo para bajar la temperatura una hora antes y después a aguantar cuando termina el recital. La energía sale, seguro...
–¿Qué sigue después?
–Todo este año y el pasado, en los seis años que estoy en la banda, siempre salió algo por lo cual mejorar para seguir creciendo. Lo último que me tocó, a todos, fue grabar un acústico (para el programa de Mario Pergolini en FM Rock&Pop). Yo venía de otro palo y en siete ensayos tuve que aprender a tocar casi otro instrumento. Cuando entré a la banda no sabía qué era un candombe y ahora, un poco más. Nosotros decimos que hacemos aires de distintos géneros. Nos agarra uno que la tiene clara, por ejemplo (Alejandro) Balbis, el uruguayo. Murga argentina, diría él, del candombe que tocamos, porteña… Volviendo a tu pregunta, me gustaría que todo el tiempo haya un reto, si no se va quedando la cosa. Como todo. Uno no se puede quedar quieto, hay que tocar, tocar y tocar, sumado a todas las cosas que debemos hacer para que eso salga bien.
Eduardo Rouillet
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