El gobierno despejó dudas financieras y espera el anuncio de grandes obras. Sapag se reinstaló para pelear la reelección. Asumió con esta actitud un costo polĆtico que buscarĆ”n hacerle pagar sus opositores: en distinto rango y momento, los de su propio partido, y los que intentarĆ”n vencer al MPN en 2011.
Jorge Sapag ocupó el centro de la escena polĆtica de la semana, siempre con su particular estilo. Fue una semana de clarificación de las posibilidades de la gran caja del Estado. En un contexto que sólo se entiende desde la prĆ”ctica concreta de la polĆtica, quedó en claro que el Gobernador sentó las bases de su proyecto de reelección sobre la base de una decisión clave: resignar juicios para tener, como alguna vez anticipara la ministra de Hacienda, Esther Ruiz, “pĆ”jaro en mano”.
El gobierno neuquino firmó el acceso al “plan de desendeudamiento” aceptando los tĆ©rminos del gobierno nacional. Tuvo que desistir de cinco demandas iniciadas en distintas gestiones y por razones diversas. Apenas minutos despuĆ©s de haber concretado la rĆŗbrica, y luego de una breve reunión con foto incluida con la presidenta Cristina FernĆ”ndez, Sapag lanzó una frase que anticipó su negativa a cualquier cuestionamiento: “NeuquĆ©n queda en una situación inmejorable”, dijo.
Desde su propio partido hubo un silencio que sólo puede significar falta de acuerdo. En realidad, ya el ahora presidente del MPN, Jorge Sobisch, habĆa planteado con claridad que para Ć©l habĆa un juicio irrenunciable: el de reclamo por regalĆas mal liquidadas. HabĆa explicado en ese momento su visión del asunto: NeuquĆ©n no debe pedirle nada a Nación, sólo exigirle lo que le corresponde por ley.
El tema estƔ llamado a ser un elemento mƔs de la interna, que serƔ inevitable, dura, determinante.
Sapag repetirĆ” que el juicio en cuestión era una loterĆa temporal inadmisible segĆŗn la coyuntura. Que no habĆa seguridad sobre su resolución por parte de la Corte Suprema. Y que lo que ofreció ahora el gobierno de Cristina es mĆ”s que suficiente. “La deuda de NeuquĆ©n quedó licuada”, ordenó comunicar con consigna la oficina propagandĆstica del gobierno.
En la intimidad, Sapag estĆ” satisfecho. Tiene 260 millones de dólares que emitirĆ” en bonos. Tiene compromiso concreto para obras importantes: ya se licitó el tramo de multitrocha entre Plottier y Arroyito; en unos dĆas se anunciarĆa la concreción del financiamiento para Chihuido I; y posiblemente se haga una nueva enumeración, entre la realidad y la fantasĆa, de obras pĆŗblicas que vienen saltando de aƱo en aƱo, de presupuesto en presupuesto. Total, el presupuesto nacional, en 2011, serĆ” un misterio insondable.
La mayor preocupación del actual gobernador para su campaƱa era no poder presentar como un Ć©xito su polĆtica de relaciones estrechas con el gobierno K. En estos dĆas, la sensación es que podrĆ” mostrar algo. Y que, con una comunicación adecuada, el tamaƱo de lo que se muestre puede ocultar tal vez todo lo que no se podrĆ” mostrar.
Sobisch, lógicamente, no comparte esta visión. Sin embargo, es probable que considere que el MPN no puede salir a hacer trizas la posición del gobierno a coro con el momento en que estÔ haciendo lo propio la oposición. Después de todo, hay un supremo interés común en el partido provincial, mÔs allÔ de las evidentes diferencias: es el de permanecer en el gobierno de la provincia, hasta que el cuerpo (o los cuerpos) aguanten.
La oposición tuvo dos posiciones visibles. La mĆ”s dura vino del quiroguismo (que ya tiene decidido ir por fuera de la UCR a las elecciones, con un partido que presentarĆ” como nacional de distrito Ćŗnico ante la justicia electoral, Nuevo Compromiso Neuquino), que marcó un acto de “sumisión” del gobierno de Sapag ante la exigencia nacional; y sobre todo, de UNE, una de las patas importantes de la oposición, sobre todo en el distrito capitalino.
Mansilla, a quien el PJK salió a destruir por considerarlo un experto en cuestiones de juicios contra el Estado, tiró una cifra “provisoria” de lo que NeuquĆ©n habrĆa resignado para acceder al refinanciamiento de 1.700 millones de pesos: “son unos 14.000 millones de pesos los calculados al 2008 por las cinco demandas”, dijo el candidato a intendente de UNE.
SegĆŗn este enfoque, queda por saber si habrĆ” costas sobre estos mĆ”s de 14.000 millones. Un 20 por ciento de esa cifra, en el caso de que tuviera que pagarlo NeuquĆ©n, serĆa en sĆ mismo un gran problema.
La otra posición opositora fue la del farizanismo, es decir, la del radicalismo o lo que quedarÔ de él en el 2011. Desde este sector, se cuestionó centralmente la intención electoral del gobierno, de provocar endeudamiento para financiar la reelección. Según Farizano, emitir bonos, recibir dinero de Nación, y subvaluar recursos del presupuesto, responde a una estrategia definida que se traduce en un manejo poco austero de los dineros públicos, y ademÔs, interesado en financiar campañas.
La situación, empero, no ha hecho mÔs que reinstalar, aunque sea coyunturalmente, a Sapag en el centro de la escena. Depende ahora de su propia habilidad, y también de lo que hagan sus competidores, para mantener esa posición privilegiada, o volver a ser arrinconado contra las incómodas cuerdas de la realidad neuquina.
RubƩn Boggi
Jorge Sapag ocupó el centro de la escena polĆtica de la semana, siempre con su particular estilo. Fue una semana de clarificación de las posibilidades de la gran caja del Estado. En un contexto que sólo se entiende desde la prĆ”ctica concreta de la polĆtica, quedó en claro que el Gobernador sentó las bases de su proyecto de reelección sobre la base de una decisión clave: resignar juicios para tener, como alguna vez anticipara la ministra de Hacienda, Esther Ruiz, “pĆ”jaro en mano”.
El gobierno neuquino firmó el acceso al “plan de desendeudamiento” aceptando los tĆ©rminos del gobierno nacional. Tuvo que desistir de cinco demandas iniciadas en distintas gestiones y por razones diversas. Apenas minutos despuĆ©s de haber concretado la rĆŗbrica, y luego de una breve reunión con foto incluida con la presidenta Cristina FernĆ”ndez, Sapag lanzó una frase que anticipó su negativa a cualquier cuestionamiento: “NeuquĆ©n queda en una situación inmejorable”, dijo.
Desde su propio partido hubo un silencio que sólo puede significar falta de acuerdo. En realidad, ya el ahora presidente del MPN, Jorge Sobisch, habĆa planteado con claridad que para Ć©l habĆa un juicio irrenunciable: el de reclamo por regalĆas mal liquidadas. HabĆa explicado en ese momento su visión del asunto: NeuquĆ©n no debe pedirle nada a Nación, sólo exigirle lo que le corresponde por ley.
El tema estƔ llamado a ser un elemento mƔs de la interna, que serƔ inevitable, dura, determinante.
Sapag repetirĆ” que el juicio en cuestión era una loterĆa temporal inadmisible segĆŗn la coyuntura. Que no habĆa seguridad sobre su resolución por parte de la Corte Suprema. Y que lo que ofreció ahora el gobierno de Cristina es mĆ”s que suficiente. “La deuda de NeuquĆ©n quedó licuada”, ordenó comunicar con consigna la oficina propagandĆstica del gobierno.
En la intimidad, Sapag estĆ” satisfecho. Tiene 260 millones de dólares que emitirĆ” en bonos. Tiene compromiso concreto para obras importantes: ya se licitó el tramo de multitrocha entre Plottier y Arroyito; en unos dĆas se anunciarĆa la concreción del financiamiento para Chihuido I; y posiblemente se haga una nueva enumeración, entre la realidad y la fantasĆa, de obras pĆŗblicas que vienen saltando de aƱo en aƱo, de presupuesto en presupuesto. Total, el presupuesto nacional, en 2011, serĆ” un misterio insondable.
La mayor preocupación del actual gobernador para su campaƱa era no poder presentar como un Ć©xito su polĆtica de relaciones estrechas con el gobierno K. En estos dĆas, la sensación es que podrĆ” mostrar algo. Y que, con una comunicación adecuada, el tamaƱo de lo que se muestre puede ocultar tal vez todo lo que no se podrĆ” mostrar.
Sobisch, lógicamente, no comparte esta visión. Sin embargo, es probable que considere que el MPN no puede salir a hacer trizas la posición del gobierno a coro con el momento en que estÔ haciendo lo propio la oposición. Después de todo, hay un supremo interés común en el partido provincial, mÔs allÔ de las evidentes diferencias: es el de permanecer en el gobierno de la provincia, hasta que el cuerpo (o los cuerpos) aguanten.
La oposición tuvo dos posiciones visibles. La mĆ”s dura vino del quiroguismo (que ya tiene decidido ir por fuera de la UCR a las elecciones, con un partido que presentarĆ” como nacional de distrito Ćŗnico ante la justicia electoral, Nuevo Compromiso Neuquino), que marcó un acto de “sumisión” del gobierno de Sapag ante la exigencia nacional; y sobre todo, de UNE, una de las patas importantes de la oposición, sobre todo en el distrito capitalino.
Mansilla, a quien el PJK salió a destruir por considerarlo un experto en cuestiones de juicios contra el Estado, tiró una cifra “provisoria” de lo que NeuquĆ©n habrĆa resignado para acceder al refinanciamiento de 1.700 millones de pesos: “son unos 14.000 millones de pesos los calculados al 2008 por las cinco demandas”, dijo el candidato a intendente de UNE.
SegĆŗn este enfoque, queda por saber si habrĆ” costas sobre estos mĆ”s de 14.000 millones. Un 20 por ciento de esa cifra, en el caso de que tuviera que pagarlo NeuquĆ©n, serĆa en sĆ mismo un gran problema.
La otra posición opositora fue la del farizanismo, es decir, la del radicalismo o lo que quedarÔ de él en el 2011. Desde este sector, se cuestionó centralmente la intención electoral del gobierno, de provocar endeudamiento para financiar la reelección. Según Farizano, emitir bonos, recibir dinero de Nación, y subvaluar recursos del presupuesto, responde a una estrategia definida que se traduce en un manejo poco austero de los dineros públicos, y ademÔs, interesado en financiar campañas.
La situación, empero, no ha hecho mÔs que reinstalar, aunque sea coyunturalmente, a Sapag en el centro de la escena. Depende ahora de su propia habilidad, y también de lo que hagan sus competidores, para mantener esa posición privilegiada, o volver a ser arrinconado contra las incómodas cuerdas de la realidad neuquina.
RubƩn Boggi
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