Por Javier Torres Molina. “¡Agarrá al fotógrafo!, ¡al fotógrafo!” - exclamó un policía instantes antes que varios efectivos subieran a Carlos Torph de 19 años a un patrullero. El joven es reportero gráfico independiente y cubrió diferentes conflictos sociales que trascurren en la ciudad donde se cuestiona el accionar represivo de la policía provincial. Su último trabajo lo realizó en el Barrio Lavalle una vez que los vecinos repudiaran el asesinato de Guillermo Trafiñanco y se generaran incidentes con la policía.
Durante la madrugada del 4 de noviembre en la desconcentración de un recital Carlos Torph fue interceptado por cinco integrantes de la policía de Río Negro y trasladado a la comisaría Nº 34 de Viedma donde su padre denunció que “fue identificado y golpeado, torturado y sometido a todo tipo de vejámenes”. Varios golpes de culata en el cuerpo e incluso tres gatillazos de un arma no cargada fueron algunas de las tormentos que recibió según declararon sus familiares, quienes pudieron constatar una serie de hematomas en su cuerpo, aspecto que motivó la inmediata denuncia judicial y el pedido que sea atendido y revisado por médicos forenses.
Además durante el transcurso de una hora su padre Marcelo Torph intentó establecer el paradero de su hijo comunicándose con la policía ya que le informaban que no estaba detenido, a pesar que un amigo con el que Carlos estuvo en el recital vio a los policías que lo subieron a un patrullero e inmediatamente avisó a sus familiares. En la denuncia penal presentada ante el Fiscal Ricardo Falca se expresa que una vez que Marcelo Torph arribó a la comisaría 34 “se encuentra con alrededor de seis policías llamándole la atención que todos habían retirado sus jerarquías distintivas de sus respectivos uniformes. Uno de ellos, sin identificarse, le informa que efectivamente su hijo estaba detenido e incomunicado, en esa dependencia y que lo iba a recibir el oficial de servicio. Que siendo la 06:30 hs. Fue atendido por ésta persona, que tampoco se identifica y al igual que los antes mencionados no portaba jerarquía distintiva, quién siendo a las 06:40 hs., procede a notificarlo de la detención de Carlos Torph y que en su contra se habían iniciado actuaciones judiciales por el delito de resistencia a la autoridad y lesiones, provocadas a un efectivo policial (...). Este mismo oficial, contradice lo dicho por el uniformado que lo atiende en la guardia, diciendo que su hijo no estaba incomunicado, solicitando el dicente que se le permita hablar y ver las condiciones de detención de su hijo, pedido al que el funcionario accedió”.
Actualmente Carlos Torph se encuentra internado en una clínica de la ciudad para evaluación traumatológica y renal.
En tanto, desde el poder político horas antes de que se produzca este hecho, el gobernador Miguel Saiz ratificó a los funcionarios responsables de manejar a las fuerzas de seguridad cuestionados por la serie de hechos que incluyen además de denuncias por malos tratos e incluso muertes de presos en comisarías, los hechos en que resultaron víctimas Diego Bonefoi, Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco, asesinados en junio en Bariloche y el crimen de Guillermo Trafiñanco, el chico de 16 años que recibió un tiro por la espalda de un policía denunciado por apremios ilegales ocurrido el pasado 23 de octubre.
De hecho, una vez que trascendió la noticia de esta agresión el Ministro de Gobierno Diego Larreguy convocó a una conferencia de prensa para minimizar el hecho, expresó que los exámenes médicos realizados “no muestran lesiones” y señaló que Thorp “fue detenido a las 5 de la mañana, cuando se produce una escaramuza de unas 50 personas luego de un recital. Durante la pelea una de esas personas arremete a un oficial y le tira una piedra provocándole lesiones. En función de eso se procede a la detención de la persona que supuestamente arrojó la piedra”.
Durante la madrugada del 4 de noviembre en la desconcentración de un recital Carlos Torph fue interceptado por cinco integrantes de la policía de Río Negro y trasladado a la comisaría Nº 34 de Viedma donde su padre denunció que “fue identificado y golpeado, torturado y sometido a todo tipo de vejámenes”. Varios golpes de culata en el cuerpo e incluso tres gatillazos de un arma no cargada fueron algunas de las tormentos que recibió según declararon sus familiares, quienes pudieron constatar una serie de hematomas en su cuerpo, aspecto que motivó la inmediata denuncia judicial y el pedido que sea atendido y revisado por médicos forenses.
Además durante el transcurso de una hora su padre Marcelo Torph intentó establecer el paradero de su hijo comunicándose con la policía ya que le informaban que no estaba detenido, a pesar que un amigo con el que Carlos estuvo en el recital vio a los policías que lo subieron a un patrullero e inmediatamente avisó a sus familiares. En la denuncia penal presentada ante el Fiscal Ricardo Falca se expresa que una vez que Marcelo Torph arribó a la comisaría 34 “se encuentra con alrededor de seis policías llamándole la atención que todos habían retirado sus jerarquías distintivas de sus respectivos uniformes. Uno de ellos, sin identificarse, le informa que efectivamente su hijo estaba detenido e incomunicado, en esa dependencia y que lo iba a recibir el oficial de servicio. Que siendo la 06:30 hs. Fue atendido por ésta persona, que tampoco se identifica y al igual que los antes mencionados no portaba jerarquía distintiva, quién siendo a las 06:40 hs., procede a notificarlo de la detención de Carlos Torph y que en su contra se habían iniciado actuaciones judiciales por el delito de resistencia a la autoridad y lesiones, provocadas a un efectivo policial (...). Este mismo oficial, contradice lo dicho por el uniformado que lo atiende en la guardia, diciendo que su hijo no estaba incomunicado, solicitando el dicente que se le permita hablar y ver las condiciones de detención de su hijo, pedido al que el funcionario accedió”.
Actualmente Carlos Torph se encuentra internado en una clínica de la ciudad para evaluación traumatológica y renal.
En tanto, desde el poder político horas antes de que se produzca este hecho, el gobernador Miguel Saiz ratificó a los funcionarios responsables de manejar a las fuerzas de seguridad cuestionados por la serie de hechos que incluyen además de denuncias por malos tratos e incluso muertes de presos en comisarías, los hechos en que resultaron víctimas Diego Bonefoi, Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco, asesinados en junio en Bariloche y el crimen de Guillermo Trafiñanco, el chico de 16 años que recibió un tiro por la espalda de un policía denunciado por apremios ilegales ocurrido el pasado 23 de octubre.
De hecho, una vez que trascendió la noticia de esta agresión el Ministro de Gobierno Diego Larreguy convocó a una conferencia de prensa para minimizar el hecho, expresó que los exámenes médicos realizados “no muestran lesiones” y señaló que Thorp “fue detenido a las 5 de la mañana, cuando se produce una escaramuza de unas 50 personas luego de un recital. Durante la pelea una de esas personas arremete a un oficial y le tira una piedra provocándole lesiones. En función de eso se procede a la detención de la persona que supuestamente arrojó la piedra”.
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