Argentinos enseñan rugby a británicos en Malvinas - Piedra OnLine

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viernes, 18 de marzo de 2011

Argentinos enseñan rugby a británicos en Malvinas

Bautista Segonds encabeza la delegación de argentinos que realiza una gira deportiva por las islas. Intentan que el deporte ayude a borrar las heridas que la guerra dejó entre ambos países hace 29 años.

Nelson Mandela usó el rugby para ayudar a reconciliar a negros y blancos en Sudáfrica.

Bautista Segonds no es Nelson Mandela. Es sólo un argentino promedio que intenta con una gira de rugby por las Islas Malvinas aprovechar el deporte para ayudar a borrar las amargas memorias de la guerra entre Gran Bretaña y Argentina que dejó más de 900 muertos hace 29 años.

Gran Bretaña ha gobernado las islas en el Atlántico Sur por casi 180 años, pero Argentina todavía las reclama. Pero eso no viene al caso para Segonds.

``Nosotros no somos el gobierno argentino, y tampoco nos interesa el gobierno inglés'', dijo Segonds por teléfono desde la capital de las islas, Stanley.

``Lo que pasó no se puede cambiar. Hubo una guerra, pero ahora nuestros hijos no tienen que heredar nuestros errores. Nuestros hijos tienen que mirar para adelante y jugar rugby juntos''.

Segonds preside un organismo argentino llamado Rugby sin Fronteras, que ha tenido durante una semana una delegación en las Malvinas dando clínicas e intentando derribar barreras. Es la segunda misión diplomática de este tipo de Rugby sin Fronteras, después de la primera hace dos años.

Segonds cuenta que su delegación de 14 miembros recibió una recepción ``algo fría'' de parte de los isleños. Y llegar hasta allá no fue fácil. No existen vuelos directos de Argentina a las Malvinas, que están a 460 kilómetros de la costa suramericana.

``Nuestra llegada aquí es un tema de mucho cuidado'', dijo. ``Los isleños que reciben a los argentinos siempre son muy precavidos porque ha pasado mucho tiempo y desde la guerra han seguido muchas comisiones agresivas''.

Las cosas se han animado desde entonces. De hecho, el jueves entraron en calor con un juego completo con jóvenes isleños, veteranos de guerra argentinos y al menos otro veterano británico mezclados en dos equipos integrados.

``Un gran partido que la verdad fue muy lindo, porque todos nos divertimos mucho'', afirmó Segonds.

Tanto que el viernes, que estaba programado para ser un día libre, se convirtió en otra jornada de trabajo cuando los niños que asistían a las clínicas exigieron más tiempo de entrenamiento.

``Los niños no querían que nos fuéramos'', cuenta Segonds. ``Incluso querían jugar en nuestro día libre''.

De acuerdo con Segonds, los argentinos, acostumbrados a cenar después de las 10 de la noche, se ajustaron para comer a las seis. No han tenido ningún asado, la comida tradicional argentina, pero apenas suficiente carne para hacer a los suramericanos sentirse en casa.

Luis Etcheñique, un argentino que es el director ejecutivo de Rugby sin Fronteras, explica que la organización es apolítica. La meta es enseñar valores como el trabajo en equipo, el respeto, la humildad, la camaradería y la colaboración.

``La idea es unir a la gente'', dijo Etcheñique. ``Estamos demostrando que los intereses políticos muchas veces no son los intereses de la gente''.

Segonds y Etcheñique aprecian la ironía de que unos argentinos, que aprendieron rugby de los ingleses, vayan a un territorio británico a mostrarle el juego a los locales.

``Es una paradoja del destino que nosotros vengamos a enseñar rugby aquí'', dice Segonds.

Agencia AP

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