Politicos: Los militares argentinos no creyeron nunca en la posibilidad de reacciĆ³n militar de Gran BretaƱa. Menos aĆŗn que enviara su poderosa flota a las Islas. Para ellos, la presencia argentina en Malvinas servirĆa como presiĆ³n para convencer definitivamente a Gran BretaƱa de renunciar a sus reclamos por la soberanĆa de las Malvinas. La guerra como hipĆ³tesis no existĆa. Por otra parte, no tuvieron en cuenta que la comunidad internacional no iba a permitir nunca que se rompiera o modificara el equilibrio mundial y que una naciĆ³n subdesarrollada de latinoamĆ©rica tuviera la mĆ”s mĆnima posibilidad de salir airosa en una provocaciĆ³n de fuerza frente a una naciĆ³n desarrollada del continente europeo.
DiplomĆ”ticos: Los argentinos creĆan que el Consejo de Seguridad de la ONU, seguramente convocado de urgencia ante la gravedad de los hechos, iba a resolver favorablemente a la posiciĆ³n argentina. Sin embargo, el sĆ”bado 3 de abril el Consejo ordenĆ³ el inmediato retiro de las tropas argentinas de las islas.
AdemĆ”s, los argentinos imaginaban que los Estados Unidos se mantendrĆan neutrales, teniendo en cuenta la existencia del T.I.A.R. (Tratado Interamericano de Asistencia RecĆproca) que, entre otras cosas, obligaba a todos los paĆses de AmĆ©rica a asistirse ante la agresiĆ³n militar de una naciĆ³n extracontinental. Lo que la diplomacia argentina no tuvo en cuenta fue la existencia de la OTAN (OrganizaciĆ³n del Tratado del AtlĆ”ntico Norte) del que EE.UU. y Gran BretaƱa son parte, ademĆ”s de ser aliados y compartir raĆces histĆ³ricas y culturales.
La Argentina habĆa sido aliada de los EE.UU. en la resistencia a los intentos de imponer en AmĆ©rica Latina gobiernos de sesgo izquierdista o pseudo marxista exportadas por el eje soviĆ©tico. Ese era otro motivo por el cual "los argentinos habĆan creĆdo que tenĆan una importancia disparatadamente exagerada para los estados Unidos", segĆŗn se extrae del libro de memorias de Margaret Tatcher, primera ministra britĆ”nica durante el confllicto.
Militares: A partir de los errores polĆticos y diplomĆ”ticos que no imaginaron a la guerra como posibilidad, ni siquiera remota, es fĆ”cil entender la improvisaciĆ³n militar que sobrevino cuando los hechos se precipitaron de manera inesperada.
A la diferencia natural de equipamiento, nĆŗmero de efectivos y capacitaciĆ³n, se le sumĆ³ una falta de conocimiento de las caracterĆsticas del terreno, una escasa logĆstica para las distancias e inclemencias del tiempo, y por sobre todo la ausencia de una flota de mar en un teatro de operaciones insular, es decir la falta de un portaaviones que permitiera mayor autonomĆa a los aviones argentinos. Estos operaban desde el continente y el combustible sĆ³lo les permitĆa efectuar cortos vuelos sobre las islas.
Las islas, rodeadas por la flota inglesa, estaba a merced de los constantes bombardeos de sus aviones. La extensa costa facilitaba el desembarco de tropas y el posterior establecimiento de "cabeza de playa" para consolidarlo.
La mayorĆa de los efectivos argentinos eran soldados conscriptos, es decir jĆ³venes no profesionales bajo bandera, como consecuencia de la ley de servicio militar obligatorio impulsada a principios del siglo XX por el Tte. Gral. Pablo Ricchieri. Los conscriptos no eran soldados profesionales, y muchos de ellos eran oriundos de regiones cuyas condiciones climĆ”ticas distaban de las de Malvinas. La adaptaciĆ³n al clima fue para ellos una guerra aparte.
DiplomĆ”ticos: Los argentinos creĆan que el Consejo de Seguridad de la ONU, seguramente convocado de urgencia ante la gravedad de los hechos, iba a resolver favorablemente a la posiciĆ³n argentina. Sin embargo, el sĆ”bado 3 de abril el Consejo ordenĆ³ el inmediato retiro de las tropas argentinas de las islas.
AdemĆ”s, los argentinos imaginaban que los Estados Unidos se mantendrĆan neutrales, teniendo en cuenta la existencia del T.I.A.R. (Tratado Interamericano de Asistencia RecĆproca) que, entre otras cosas, obligaba a todos los paĆses de AmĆ©rica a asistirse ante la agresiĆ³n militar de una naciĆ³n extracontinental. Lo que la diplomacia argentina no tuvo en cuenta fue la existencia de la OTAN (OrganizaciĆ³n del Tratado del AtlĆ”ntico Norte) del que EE.UU. y Gran BretaƱa son parte, ademĆ”s de ser aliados y compartir raĆces histĆ³ricas y culturales.
La Argentina habĆa sido aliada de los EE.UU. en la resistencia a los intentos de imponer en AmĆ©rica Latina gobiernos de sesgo izquierdista o pseudo marxista exportadas por el eje soviĆ©tico. Ese era otro motivo por el cual "los argentinos habĆan creĆdo que tenĆan una importancia disparatadamente exagerada para los estados Unidos", segĆŗn se extrae del libro de memorias de Margaret Tatcher, primera ministra britĆ”nica durante el confllicto.
Militares: A partir de los errores polĆticos y diplomĆ”ticos que no imaginaron a la guerra como posibilidad, ni siquiera remota, es fĆ”cil entender la improvisaciĆ³n militar que sobrevino cuando los hechos se precipitaron de manera inesperada.
A la diferencia natural de equipamiento, nĆŗmero de efectivos y capacitaciĆ³n, se le sumĆ³ una falta de conocimiento de las caracterĆsticas del terreno, una escasa logĆstica para las distancias e inclemencias del tiempo, y por sobre todo la ausencia de una flota de mar en un teatro de operaciones insular, es decir la falta de un portaaviones que permitiera mayor autonomĆa a los aviones argentinos. Estos operaban desde el continente y el combustible sĆ³lo les permitĆa efectuar cortos vuelos sobre las islas.
Las islas, rodeadas por la flota inglesa, estaba a merced de los constantes bombardeos de sus aviones. La extensa costa facilitaba el desembarco de tropas y el posterior establecimiento de "cabeza de playa" para consolidarlo.
La mayorĆa de los efectivos argentinos eran soldados conscriptos, es decir jĆ³venes no profesionales bajo bandera, como consecuencia de la ley de servicio militar obligatorio impulsada a principios del siglo XX por el Tte. Gral. Pablo Ricchieri. Los conscriptos no eran soldados profesionales, y muchos de ellos eran oriundos de regiones cuyas condiciones climĆ”ticas distaban de las de Malvinas. La adaptaciĆ³n al clima fue para ellos una guerra aparte.
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