Via Christi en Piedra del Aguila.- Ultima entrega. - Piedra OnLine

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viernes, 22 de abril de 2011

Via Christi en Piedra del Aguila.- Ultima entrega.




Fotos: Juan Franco.-


Benedicto XVI implora que desaparezca el hombre viejo ligado al pecado

El papa Benedicto XVI presidiĆ³ este Viernes Santo en el Coliseo de Roma el VĆ­a Crucis, en el que dijo que la cruz no es la seƱal de la victoria de la muerte, sino del amor e implorĆ³ a Cristo que haga morir en nosotros "al hombre viejo ligado al egoĆ­smo, al mal y al pecado".

"Ilumina nuestro corazĆ³n, haz que muera en nosotros el hombre viejo ligado al egoĆ­smo, al mal y al pecado. Haznos hombres nuevos, hombres y mujeres transformados", afirmĆ³ el Obispo de Roma al final del rito ante varias decenas de miles de personas que asistieron al VĆ­a Crucis.

El Pontƭfice dijo que esta noche del Viernes Santo es la de la cruz, el silencio y la muerte, pero que la cruz no es la seƱal de la victoria de la muerte, del pecado del mal, sino que es la seƱal luminosa del amor de Dios.

El Obispo de Roma agregĆ³ que la cruz habla del amor supremo de Dios e invita a renovar la fe y nos dona una vida nueva, de esperanza.

"En esta noche cargada de esperanza, resuenan las palabras de san AgustĆ­n: Tener fe, os he prometido mi vida, os invito a participar de mi vida, una vida donde nadie muere, la comida nunca falta y la cena es eterna", afirmĆ³ el papa.

Como en aƱos anteriores, Benedicto XVI presidiĆ³ el rito de rodillas desde la colina del Palatino, frente al Coliseo.

El Papa Ratzinger, de 84 aƱos, abriĆ³ el VĆ­a Crucis con una plegaria en la que denunciĆ³ las "multiformes mĆ”scaras de la mentira que se burlan de la verdad y los halagos del Ć©xito que sofocan la honestidad".

"SeƱor JesĆŗs, tĆŗ nos invitas a seguirte tambiĆ©n en esta hora extrema. En tu hora estĆ” la prueba de nuestra vida en sus mĆ”s descarnados y duros recodos. Es la hora de las tinieblas, cuando vacilan los cimientos de la tierra, cuando las multiformes mĆ”scaras de la mentira se burlan de la verdad y los halagos del Ć©xito sofocan la Ć­ntima llamada de la honestidad", afirmĆ³.

El VĆ­a Crucis discurriĆ³ por el interior del Coliseo -el famoso anfiteatro Flavio, que recuerda los sufrimientos de los primeros cristianos-, continuĆ³ por delante del Arco de Trajano y concluyĆ³ en la colina del Palatino.

El cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, llevĆ³ la Cruz en la primera estaciĆ³n. Un joven y una joven romana le acompaƱaron a cada lado con una antorcha.

DespuƩs el sƭmbolo de los cristianos fue portado por un matrimonio italiano y sus cinco hijos; por un enfermo acompaƱado de una camillero y de una monja enfermera, por dos monjas agustinas, dos frailes de Tierra Santa, una familia etƭope con dos hijos, un fraile franciscano egipcio y una joven egipcia.

Este ha sido el sexto VĆ­a Crucis del Papa Ratzinger y ha traĆ­do a la memoria las meditaciones que le encargĆ³ en 2005 Juan Pablo II, a quien beatificarĆ” el prĆ³ximo 1 de mayo.

En aquellas meditaciones, el cardenal Ratzinger denunciĆ³ "lo que tiene que sufrir Cristo por la suciedad que hay en su Iglesia", en la que "se abusa" -dijo- de su palabra.

Las meditaciones de las 14 estaciones del VĆ­a Crucis de hoy fueron encargadas por el PontĆ­fice a la monja agustina italiana MarĆ­a Rita Piccione, presidenta de la federaciĆ³n de las Monjas Agustinas.

La monja seƱalĆ³ en las mismas que el hombre actual se deja condicionar "y ya no sabe escuchar la voz sutil, exigente y liberadora de su conciencia".

La agustina exhortĆ³ al hombre, "que ya no sabe llorar por sus pecados", a reconocer "sus infidelidades y sus ambiciones, traiciones y rebeliones, heridas que gimen e invocan el bĆ”lsamo de la conversiĆ³n".

En la estaciĆ³n "JesĆŗs carga con la cruz a cuestas", la religiosa seƱala que Pilato vacilĆ³ y que una vez mĆ”s se repite la historia del corazĆ³n herido del hombre: "su mezquindad, su incapacidad para levantar la mirada fuera de si mismo".

La religiosa denunciĆ³ que el corazĆ³n del hombre "mira hacia abajo, estĆ” completamente embebido en la bĆŗsqueda del propio bienestar, permanece ciego ante la mano del pobre y del indefenso y del que pide ayuda y a lo sumo se conmueve, pero no se mueve".

MarĆ­a Rita Piccione exhortĆ³ al hombre a liberarse de toda manifestaciĆ³n de autosuficiencia y de buscar a Cristo.

El VĆ­a Crucis del Coliseo fue instaurado en 1741 por orden del papa Benedicto XIV. Tras decenas de aƱos de olvido, en 1925 volviĆ³ a celebrarse y en 1964 el papa Pablo VI acudiĆ³ al anfiteatro para presidirlo. Desde entonces, todos los aƱos acude el sucesor de Pedro.

Efe

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