Este domingo se juega a fondo pero es probable que lo único que quede definido es una próxima diáspora entre socios. Apuntes sobre una campaña que terminó entre las cenizas del volcán Puyehue, prometiendo hogueras futuras.Los candidatos y referentes llegan a la instancia decisiva en medio de una singular situación (fotomontaje diariamente)
El MPN con Jorge Sapag y Ana Pechen llega a las elecciones con una aceptable unidad aunque un poco mentirosa. Se confirmará o no a partir de la cantidad de votos que se expresen a través de las colectoras. Cada una de estas listas, se sostiene, define votos de algún sector que se prepara para estar más cerca del poder –presionando para ello, porque no se obtiene graciosamente ese sitial- o para competir en los próximos comicios para elegir intendente de Neuquén. Muchas jugadas dependerán del resultado. Primero, obviamente, se necesita un triunfo, que se da por descontado en el partido provincial, pero que no está asegurado por la sencilla razón de que no puede desafiarse el oráculo como imbatible. En segundo lugar, tendrá que ver en el caso de una victoria la diferencia que se obtenga. Si es mucha, aumenta el tamaño del dedo de Sapag. Si es poca, crecen las chances de los sectores emergentes.
El Frente Neuquino avizora una diáspora inexorable. Los socios han mantenido un dificultoso pegamento, que a cada uno le implica pagar un costo político hacia adentro y hacia afuera. En el caso de que la fórmula Farizano-Parrilli obtuviera un resonante éxito (lo sería aunque ganara por un voto, aun perdiendo por poquito sería bueno), Farizano tendrá la posibilidad de obrar con autoridad en el escenario que se presente. Si la derrota es generosa, se abre un inmediato camino hacia una implosión en la UCR. Para eso habrá que analizar no sólo el resultado obtenido por la fórmula, sino también por las colectoras. Tanto la UCR como el PJ juegan su prestigio electoral en listas diferenciadas. Compiten, más que nada, contra sus propios socios. El más importante es el sector de UNE-Ramón Rioseco. Todo influirá después en lo que se haga para los comicios que elegirán intendente, y que serán convocados por Farizano una vez reasuma su cargo. Hay grupos que pretenderán que se presente a la reelección si no gana la gobernación. Depende del resultado, pero parece improbable que Farizano se decida a seguir compitiendo. De cualquier manera, no puede negarse esto antes de conocer lo que será una decisión absolutamente personal.
La Coalición Cívica-ARI parecería destinada a ser la tercera fuerza en la competencia dominical. La síntesis conseguida entre los referentes de Carrió en Neuquén, ex radicales y radicales vigentes que apuestan por la candidatura futura de Horacio Quiroga en la capital, confía en obtener un buen desempeño en las urnas, que le pueden posibilitar ganar algunas bancas legislativas de suma importancia para la construcción política futura. También apuestan a consolidar la base de la nueva alianza progresista provincial, que sería entre la UCR “refundada” y la Coalición Cívica.
El resto de los partidos y agrupaciones ocupará el lugar de las minorías. De todos, el que puede hacer mejor carrera es Libres del Sur, que conserva una intención de votos con un piso más o menos seguro superior al que consigue tradicionalmente la izquierda, unida o no. Quedará satisfecha esta agrupación si consigue ubicar nuevamente en una banca a Jesús Escobar.
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