Amy Winehouse ha muerto - Piedra OnLine

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sƔbado, 23 de julio de 2011

Amy Winehouse ha muerto

Una estrella que supo conquistar con una voz Ćŗnica y una personalidad explosiva
Sus arriesgadas apuestas que mezclaban soul, jazz, rock y ska le abrieron la puerta del mundo de la música. Pero también entró en el infierno de las drogas contra las que luchó hasta el final.

Tenía solo 27 años y una estrella. La talentosa cantante soul Amy Winhouse falleció hoy en su casa del legendario barrio londinense de Camden.

Amy Jade Windehouse nació el 14 de septiembre de 1983 nació en el seno de una familia judía y con tradición musical en el jazz. Se crió en los suburbios de Southgate, al norte de Londres, y sus primeros años escolares los pasó en el colegio 'Ashmole School'.

A los doce años ingresó en la prestigiosa escuela de teatro 'Sylvia Young Theatre School', de donde fue expulsada antes de graduarse por 'no aplicarse' y hacerse un piercing en la nariz.

Cantante y compositora, logró colarse entre las celebridades del mundo de la música de la mano de una voz extraordinaria y de sus arriesgadas apuestas que mezclaban soul, jazz, rock y ska.

Su amigo y cantante Tyler James se la presentó a un productor musical y a los dieciséis años firmó su primer contrato con la discogrÔfica Island Records, comenzando así su carrera profesional en el mundo del soul y del jazz.

Debutó en el panorama musical en el año 2003 con su Ôlbum 'Frank'. Este trabajo le valió una nominación en los Premios Mercury Music y un Ivor Novello Award en 2004, por su single 'Stronger than Me'.

En 2006 publicó su segundo Ôlbum, 'Back to black', en el que plasmó sus experiencias personales mÔs tormentosas. Bajo la producción de Mark Jonson, con este disco consiguió actualizar los sonidos mÔs tradicionales del soul. Y se consagró. Fue nominada a seis Premios Grammy, en medio de una gran polémica. Las autoridades de EE.UU. le negaron la visa para asistir a la ceremonia.

Un video que circuló por Internet en la que se la podía ver fumando crack, mÔs sus reiterados problemas con el alcohol y las autoridades hicieron que EE.UU. le negara la entrada. Eso no impidió que se alzara con cinco galardones, entre ellos, Canción del año, Grabación del año y Mejor artista nuevo.

Justamente, el premio a la Canción del año se lo llevó por su single Rehab (Rehabilitación) en el que cuenta su negativa a internarse en un centro para tratar sus adicciones.

"Trataron de hacerme ir a rehabilitación, pero yo dije 'no, no, no'
Sƭ, he estado triste, pero cuando vuelva ustedes lo sabrƔn, lo sabrƔn, lo sabrƔn
Yo no tengo tiempo y si mi papĆ” piensa que estoy bien
Ha tratado de hacerme ir a rehabilitación, pero no voy a ir, ir, ir, ir", cantaba en el comienzo.

El galardón a esa canción, mÔs los premios a la Mejor interpretación vocal femenina pop y Mejor Album vocal Pop la convirtieron en la primera artista britÔnica en conquistar cinco Grammys.

TambiƩn habƭa ganado el BRIT Award a Mejor Artista BritƔnica, un World Music Award y tres Premios Ivor Novello, entre otros prestigiosos reconocimientos.

Gracias a los numerosos premios que recibió, la discogrÔfica Universal reeditó el disco en formato lujo con un CD adicional que incluía ocho temas clÔsicos interpretados por Amy, como 'Cupid', del gran Sam Cooke, a ritmo de ska, o una versión acústica de 'To know him is to love him', de Phil Spector.

En 2007 había sido elegida como la revelación musical del año, liderando la lista de ventas en todo el mundo con su segundo Ôlbum 'Back to black', del que ha vendido hasta el 2008 mÔs de seis millones de copias, y con el que ganó un Brit Award en la categoría de Mejor Artista BritÔnica. AdemÔs su single 'Rehab' (rehabilitación) fue elegido 'canción del año' en los premios que concede anualmente la prestigiosa revista 'Mojo'.

En este mismo aƱo, la cantante obtuvo el premio 'Artist choice' (premio que deciden los cantantes) en los premios MTV Europe Music Awards, celebrados en Munich.

El 4 de julio de 2008 actuó en el festival 'Rock in Río Madrid', en Arganda del Rey, junto a otros artistas internacionales como The Police, Lenny Kravitz, Jamiroquai, Franz Ferdinand, Tokio Hotel, Alejandro Sanz o James Morrison.

Musa de diseñadores como el excéntrico Karl Lagerfeld, Amy Winehouse también se distinguió por su look extravagante, sus peinados recogidos cargados y su maquillaje casi teatral en el que marcaba sus ojos a lo cleopatra.

Sus constantes problemas legales, su adicción a las drogas y al alcohol y sus complicaciones médicas derivadas de su comportamiento autodestructivo la pusieron en el ojo de los medios. Los diarios amarillistas hicieron sus mieles con el turbulento matrimonio de la cantante y Blake Fielder-Civil.

Una pareja tóxica que alternó entre diferentes recreaciones mientras estuvo unido: discutir a los gritos, hacerse moretones, tener sexo apasionado, algo de cópula rabiosa y un poquito de coito demencial. "Sólo estÔbamos juntos por el sexo", llegó a confesar la chica soul.
Pero a la hora de defender a su marido, no lo dudó y fue acusada de obstrucción a la Justicia en una causa contra Fielder-Civil, que terminó condenado por agresión en un bar.

Ɖl le fue infiel con una modelo rusa y dijo que debĆ­a dejar a Amy para que Ć©sta se recuperara de su adicción a las drogas. Ella le respondió con abogados y un pedido de divorcio.

Entró y salió de los escenarios y de los centros de rehabilitación –a los que tanta fobia le tenĆ­a- de la mano de sus adicciones. En octubre pasado, aseguró que llevaba tres aƱos "limpia", pero su conducta sigió siendo errĆ”tica.

Tras pasar varios meses fuera del circuito decidió volver. Pero en junio pasado tuvo que suspender su gira europea.

"Todo su entorno estÔ deseando hacer todo lo posible para ayudarla a recobrar su mejor versión y ella se tomarÔ el tiempo necesario hasta que esto ocurra", dijo en un comunicado de prensa Chris Goodman, su manager.

Sobre las espaldas de Amy pesaba el mal trago que significó que la abuchearan en un show en Belgrado por cantar borracha. El video del concierto en Serbia circularon rÔpidamente por Internet. La imagen de una Amy desorientada y desafinada la llevaron a parar.

Su padre, Mitch Winehouse, había querido internarla varias veces, pero nunca logró que su hija se recuperara. En una entrevista con la revista People, desmintió que su hija corriera riesgo de morir. Dijo entonces que los medicos le aseguraron que Amy no era una "suicida".

Mitch Winehouse confiaba que el interés por las drogas desapareciera con el tiempo y que reemplazara esa adicción por otra: "El deseo por tener hijos".

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