El gobierno nacional, por primera vez oficialmente, le puso fecha a la puesta en marcha de una serie de centrales hidroeléctricas que están proyectadas en los ríos neuquinos. El cronograma es claro, la ejecución efectiva no tanto.
Según un trabajo que presentó Daniel Cameron, secretario de Energía de la Nación, en el Centro Argentino de Ingenieros el 25 de agosto, ante empresarios y técnicos, para el 2016 debería estar en funcionamiento la central Chihuido I, en Neuquén, con una capacidad de generación de 637 MW.
Dos años después, debería estar generando unos 290 MW, también sobre el río Neuquén, la central Chihuido II, que actuaría como dique compensador de Chihuido I.
Para el 2020, el gobierno proyecta la entrada en operación de Michihuao, que estará ubicada sobre el río Limay, con una capacidad de generación de 621 MW. Hasta el momento sólo cuenta con un nivel de desarrollo de pre-factibilidad.
De acuerdo con el cronograma que exhibió Cameron, un año después (2021) debería entrar en funcionamiento la central Collón Curá, ubicada sobre el río homónimo, con 376 MW de capacidad de generación. También hoy cuenta solamente con un desarrollo de pre-factibilidad.
Luego lo seguiría, en 2022, el proyecto La Rinconada, sobre el río Aluminé, con una capacidad de generación de 200 MW, aunque a la fecha el proyecto solo cuenta con un nivel de desarrollo de inventario.
En dicho encuentro, Cameron había anunciado que el gobierno instrumentaría en una semana, -finalmente no se concretó en los hechos pero algunos lo dan como una realidad- una nueva norma para regular el mercado de gas que garantizará el abastecimiento para las empresas a través de contratos ininterrumpibles.
La operatoria contempla que si un cliente industrial consumidor de gas acuerda con una petrolera el pago de un precio determinado por el gas, mayor al promedio, que luego debe ser aprobado por Energía, se le garantiza su entrega más allá de la demanda del consumo residencial.
La producción adicional que se enmarca en ese programa se vende hoy entre u$s 4 y u$s 5 el millón de BTU y hasta el momento sólo se han concretado acuerdos con Loma Negra, Pampa Energía y CAMMESA para abastecer a las centrales de generación térmica.
En la secretaría de Energía, estiman que el precio de ese insumo llegará hasta los u$s 10 el millón de BTU en el mediano plazo, similar a un mix entre lo que se abona a Bolivia y el gas que se importa a través de los buques metaneros.
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