El rubro 59 se mudó a las redes sociales (¿y ahora?) - Piedra OnLine

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martes, 18 de octubre de 2011

El rubro 59 se mudó a las redes sociales (¿y ahora?)

La prohibición de publicar avisos referidos al comercio del sexo en los diarios papel no significó que desapareciera esa oferta. En Internet, y particularmente en las redes sociales, la prostitución sigue haciendo su negocio, en un mercado aun sin regular y muy poco controlado.

“Patricia G. quiere ser tu amiga”, reza el mensaje de Facebook. Algunos dudan en aceptarlo, pero cuando empiezan a ver las fotos que tiene Patricia en el perfil, terminan inclinándose a favor del sí.


Con el correr de los días y tras haber cruzado un par de palabras en el chat o a través de los mensajes, el usuario se dará cuenta de que Patricia no es una chica más del millón de mujeres que busca amistad en las redes sociales. Se trata de una mujer que vive de la profesión más vieja del mundo: la prostitución.

La decisión de prohibir los clasificados de oferta sexual en los diarios generó un curioso fenómeno a través de internet y, especialmente de las redes sociales, puesto que el conocido rubro 59 terminó mudándose a este nuevo canal de comunicación, tan o más efectivo que la página del tradicional diario de papel.

Claro que quienes ofrecen sus servicios lo hacen de manera discreta. Si bien hay páginas publicitando los servicios de tal o cual mujer (también hay hombres), por lo general el trabajo de promoción es individual.

Cada mujer investiga en los perfiles de los usuarios si tal o cual persona es un potencial cliente. Primero se fija en qué ciudad vive, qué edad tiene y hasta si goza de cierto poder adquisitivo.

A partir de esa información inicia un contacto “amistoso” hasta que termina ofreciéndole sus servicios y contándole dónde vive y cuánto es la tarifa. Simple y efectivo.

En Neuquén, como en todo el país y el mundo este fenómeno fue “in crescendo” en los últimos meses a tal punto de que ya nadie se asombra del tema.

Otras redes sociales, como Badoo son bastante más explícitas que la tradicional y familiar Facebook. En este espacio, quien ingresa publica sus preferencias sexuales y que tipo de mujer u hombre quiere conocer. Algunos lo harán gratuitamente. Muchos pagarán. Otros buscarán al amor de su vida o simplemente una pareja para pasarla bien. Pero todos, en el fondo, tendrán el sexo de por medio.

Otras direcciones de la web que también tienen el perfil de las redes sociales son directamente más directas que cualquiera de las nombradas anteriormente.

Como su nombre lo indica, Contactossex.com no es otra cosa que un lugar para encuentros sexuales de todo tipo. Hombres que buscan mujeres, hombres que buscan hombres, mujeres que buscan mujeres. O cualquier combinación imaginable. Todo vale a la hora del sexo: de a dos de a tres o de a cinco. También en estos casos la cita puede ser gratuita o tener un precio. Depende de la oferta y de las ganas de cada cliente.

En esta red, basta con localizar la ubicación geográfica de cada usuario (Por ejemplo Neuquén) para que se despliegue un enorme menú de “amistades”. Nadie usa el nombre propio, obvio. Por lo general son seudónimos y apodos para identificarse. Y la conversación es abreviada y rápida. En qué lugar nos encontramos, cuánto cobras y si no cobrás, mejor.

En Neuquén, como en el resto del país, hubo fuertes intentos institucionales tratando de combatir la prostitución. Se adhirió a la prohibición de los clasificados del sexo (sólo un diario la cumplió) y se legisló en la ciudad para negar la licencia comercial a quien intentara instalar un comercio que pudiera esconder cualquier intento de negocio sexual.

Si bien se logró avanzar en la lucha contra la trata de personas y la pedofilia (al menos para instalarlo en la agenda de gobernantes y legisladores) no se pudo frenar en nada el viejo oficio de ofrecer el cuerpo a cambio de algo.

En la ciudad capital hay decenas de prostíbulos, aunque ninguno funciona con un cartel luminoso que dice “Acá se ofrece sexo” o un farolito rojo como había antes en los pueblos. Ahora las prostitutas trabajan en departamentos céntricos que alquilan entre tres o cuatro o en costosas residencias que son administradas con rigor empresario y se promocionan a través de las nuevas redes sociales sin ningún tipo de pudor.

Lo sabe la Policía, lo reconocen off de récord las autoridades municipales y lo esconde la hipocresía.

El rubro 59 no murió ni mucho menos. En todo caso se adaptó al nuevo y poderoso mundo virtual.

El que quiera comprobarlo, que pase y vea.

(Foto: internet )

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