La batalla contra la ceniza en Alicurá - Piedra OnLine

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viernes, 3 de febrero de 2012

La batalla contra la ceniza en Alicurá

El 4 de junio de 2011 comenzó otra historia para los productores de truchas de Alicurá. La erupción del complejo volcánico Cordón Caulle cubrió la zona de piedra pómez, arena y ceniza. Miles de peces murieron por asfixia, por laceraciones en sus branquias o por no poder recibir alimentos.
El complejo panorama obligó a los empresarios a acudir al ingenio. Marcelo López, del establecimiento Aguas Claras, inventó una valla contenedora de 250 metros para la ceniza. Cruzó una malla fina de lado a lado de la bahía en donde tiene su criadero, sostenida por boyas y con contrapeso. El resultado fue una suerte de represa que evita que los bancos de sedimentos que aún se encuentran en el lago lleguen a las jaulas donde produce sus truchas.
“En Alicurá teníamos una especie de greda, un polvo marrón muy pegajoso. Ahora, lo que está flotando es ceniza. Para evitar que todo eso se depositara sobre las jaulas y matara los pocos peces que quedaron hicimos una malla de contención de lado a lado”, explicó López a La Mañana.
Los trabajos los realizó con los fondos repartidos por Provincia, en el marco de la ayuda que Nación otorgó al sector acuícola esta provincia y de Río Negro ante la emergencia que generó el volcán .


Alimentos
“Estuvimos cinco meses sin poder alimentar a las truchas. Del stock de peces que teníamos el primero de junio perdimos el 75%. La recuperación va a ser muy larga porque las condiciones para sembrar este año no son seguras y decidimos esperar”, sostuvo.
Otros productores, sin embargo, ya largaron nuevos alevinos, con la esperanza de recuperar el camino perdido. El impacto de la ceniza sobre el sector prácticamente suspendió las exportaciones del producto y apenas dejó abierta la posibilidad de abastecer el mercado interno.

Manejos
La gran cantidad de piedra pómez y ceniza que cayó en Alicurá obligó a un manejo especial de los caudales para evitar que se dañaran las turbinas del embalse. En un principio, se bajó el nivel del lago para que las piedras queden en la costa y al gran banco flotante se lo derivó manualmente a través de un vertedero.
Luego volvieron a subir el nivel del agua para quitar el resto de los sedimentos de forma paulatina. El resultado fue muy efectivo para evitar mayores daños pero, según afirmó López, afectó a los productores de peces porque estiró en el tiempo la presencia de desechos sobre el agua.
Si bien la situación climática comienza a normalizarse de poco, los productores aún esperan la presencia de sedimentos por el deshielo. “Todo lo que se juntó en el Nahuel Huapi sigue bajando por el Limay. La ceniza acumulada en la cuenca va a seguir bajando. Así que nos preparamos para eso”, explicó López.
El empresario aseguró que el flujo comercial está cortado y denunció una crítica situación económica del sector. “La asistencia es escasa”, remarcó.

Más asistencia para el sector

Desde junio a esta parte, la Provincia entregó 350 mil pesos en aportes no reintegrables y créditos en base a proyectos para empresas y productores que se dedican a la cría de truchas. En los próximos días, según se informó, continuará la asistencia con otros 120 mil pesos.
Según explicó el presidente del Centro Pyme, Facundo López Raggi, la ayuda que llegó de Nación se repartió de forma diferenciada. “La mitad fue sin devolución, a modo de subsidio. La otra mitad fue con la presentación de proyectos productivos”, señaló el funcionario. El dinero llegó gracias a la ley 26.509, el ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que dispuso de un millón de pesos para atender la actividad acuícola de la provincia.
Para la entrega se barajan dos alternativas: la entrega de subsidios destinados a financiar el alimento para peces, y créditos para la adquisición o reparación de la infraestructura productiva.

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