Neuquén .- “¿Por qué me mordió?, ¿Por qué estoy cosido?”, son
interrogantes que Joaquín de 5 años no tiene como responder. En su
sencillo e inocente mundo de juegos y alegría no alcanza a comprender
como un perro de gran tamaño lo atacó sin que mediara motivo alguno. No
existe explicación para el ataque que lo dejó marcado: “Ese fue el que
me mordió”, insiste ante perros similares a su agresor en una tarde de
hace dos semanas, cuando estaba junto a sus primos de 2 y 4 años
disfrutando de un lúdico y entretenido charco de barro.
Solo la rápida intervención de un pariente pudo evitar que el perro labrador desfigurara al pequeño. (Leer en más información)
El terrible hecho ocurrió el lunes 15 de agosto pasado a las 17:40
aproximadamente. La madre del pequeño atacado, Daniela, relató a este
diario que su hijo estaba jugando con barro en la vereda y con su manito
quiso apartar a un perro que se había acercado a olfatear instantes
antes.
“Enseguida el perro se le subió y empezó a morderlo”, dijo la mamá
quien agradeció la intervención de su cuñado que agarró al perro y evitó
que repentino incidente fuera mucho más grave.
Joaquín resultó lastimado en su cara debajo del ojo y mejilla del lado
derecho de la cara y en la nuca, donde recibió un enorme tajo de unos 15
centímetros. “Le pusieron puntos en la cara y unos 20 en la nuca”,
agregó Daniela.
“La mordedura fue terrible, porque el perro no lo desgarra sino que le
clavó los colmillos en la carita”, dijo la mujer que vive detrás del
aeropuerto, sobre la calle Zabaleta y que por una cuestión de cercanía
debieron llevar al pequeño al hospital de Plottier donde fue limpiado y
derivado a Neuquén Capital.
“Encima el Instituto Provincial de Seguridad Social de Neuquén tenía
cortada la prestación con los cirujanos por lo que debimos llevar a
Joaquín a la guardia del Castro Rendón donde recién a las 23:20 entró a
quirófano para que lo cosieran”, dijo Daniela.
"La verdad que la pasó mal". Pero en el hospital nos atendieropn muy bien y la cirugìa fue muy buena, agregó la madre.
"La verdad que la pasó mal". Pero en el hospital nos atendieropn muy bien y la cirugìa fue muy buena, agregó la madre.
El Labrador fue sacrificado y personal de la comisaría del barrio Los
Álamos de Plottier obtuvo muestras de saliva del animal que fueron
enviadas a Buenos Aires para analizar si era portador de rabia.
“Afortunadamente no tenía nada, pero mientras tanto tuvimos que ponerle
vacunas a mi hijo, con todo lo que eso implica para un nene tan chico”.
La familia de Joaquín radicó una denuncia ante la justicia pero no
pudieron identificar al dueño del perro. “Estaba bien alimentado y no
tenía collar, era un típico perro de chacra”, agregó la mujer.