Junín de los Andes 22 de septiembre de 2012
Somos padres de dos niños, de 10 y 5 años, que en medio del dolor y la impotencia quisiéramos contar nuestra experiencia vivida días atrás por la Directora del nivel Primario del Colegio María Auxiliadora, y hacer público todo nuestro repudio a un hecho más de discriminación, indiferencia y falta de respeto que vuelve a cometer dicha Sra. amparada en su cargo jerárquico.
La historia es sencilla, nuestro hijo menor termina su etapa preescolar en su jardín público (Nº30) y deberá comenzar la escuela primaria el año próximo, y en vísperas de dicho acontecimiento decidimos ir a consultar con la Sra. Directora NERILENA (Colegio María Auxiliadora) la posibilidad de vacantes de primer grado para el año próximo en dicho colegio, donde ya concurre su hermano mayor a 5º grado.
Es así que buscando un horario acorde en que ambos padres podemos ir juntos nos dirigimos a las 15 hs y solicitamos hablar con la sra. directora, siendo atendidos por el personal de puerta de entrada quien cierra la ventanilla y llama a la dirección, nos contesta que No es posible porque la directora está ocupada, le volvemos a pedir casi en forma de ruego que por favor si puede ser un ratito o más tarde y nuevamente cierra la ventanilla y tapándose la boca ( en actitud sospechosa) llama a dirección y nos vuelve a decir que nos espera dentro de una semana, cosa que nos pareció una verdadera falta de respeto y nos sentimos burlados, a todo esto nadie sabía el motivo por el cual dos padres de un alumno de dicho colegio queríamos hablar con la directora. (Leer en más información)
No nos quedó otra que desistir en nuestra intención y retirarnos. Pasaron los días y jamás tuvimos ni siquiera una nota en el cuaderno de comunicaciones de nuestro hijo demostrándonos que realmente no le interesa en lo más mínimo a dicha sra. el motivo por el cual dos padres de un alumno asisten a dicha institución por su hijo.
Ante tal situación asistimos a otro establecimiento público y no sólo pudimos dialogar con sus autoridades sino que además nos brindó una amable contención.
Es así que para poder tener ambos hermanos juntos en el mismo colegio nos vimos obligados a cambiar de colegio al hermano que cursa su 5º grado, con lo traumático que significa para un niño un cambio tan abrupto casi finalizando el año, dejar sus afectos por culpa de una sra. indiferente a todo reclamo.
Para hacer efectivo dicho cambio mi sra. se dirige nuevamente al colegio María Auxiliadora para realizar el trámite administrativo de matrícula y así poder dar de alta en la otra escuela a mi hijo.
Al esperar a la directora escucha que la misma comenta a otra madre que si no le queda otra nos recibirá, como por obligación, lástima o cansancio.
Al presentarle el papel para que nos firme el pase lo hace sin objeción y sin ni siquiera preguntar porque lo cambiábamos de escuela, como si en su institución mi hijo fuera solo un número más y no una personita en pleno desarrollo.
A pesar de dicho fastidio mi sra. se dirigió a la sra. Nerilena y con total respeto y dolor le comentó el motivo y le dio las gracias por habernos demostrado la clase de persona que es, y que no deseamos que nuestros hijos se eduquen bajo la dirección de semejante persona y lamentándonos que a pesar de la catequesis que brinda dicha institución su sra. Directora demuestra que Jesús en ella no es verbo, solo un mero sustantivo como dice una famosa canción de Arjona.
Para finalizar aclaro algo muy importante que vale resaltar, mi hijo mayor no tiene problemas de conducta, ni de aprendizaje, es escolta de la bandera de ceremonia y fue elegido por sus compañeros mejor compañero de grado.
Es decir no creo que sea una mala persona para que la sra. lo ignore y con indiferencia lo descarte. Obviamente como padres estamos dando contención y acompañamiento y nos duele mucho su llanto y su tristeza, solo esperamos que psicológicamente pueda olvidarse pronto de semejante desprecio al que fue sometido por dicha autoridad.
Y es importante remarcar que el resto del personal docente y administrativo de la institución queda al margen de este reclamo, siendo muy buenos docentes y seres humanos.
Es nuestra intención hacer pública esta carta para que en medio de una democracia y en plena vigencia de los derechos humanos y de los derechos del niño los adultos nos pongamos a trabajar para dejarles un buen país y un mejor futuro, y cuando sucedan estos episodios de discriminación y de abuso de autoridad los hagamos saber con nombre y apellido.
Tal vez éste es un hecho menor pero las lagrimas y tristezas de un niño son para un padre el peor de los sufrimientos, la gente lo va a entender.
MUCHAS GRACIAS
Diego H. Fournier (DNI 24218053)
