Neuquén > “Esa es de cuando los dos defendíamos los intereses de nuestras provincias, después él fue el que cambió, no yo”, afirma. La referencia es a un retrato suyo junto a Néstor Kirchner, colgado en una pared de su oficina del primer piso de lo que desde hace tres años son las modernas instalaciones de La Gráfica sobre la calle Bahía Blanca, que dejaron atrás el viejo taller que tenía en la zona centro de la ciudad. De las demás fotos en las que aparece con otros ex presidentes no hace comentarios. Por ahí están Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Eduardo Duhalde. (Leer en más información)
“Este es el lugar de los recuerdos”, apunta, antes de prestarse a una charla en la que promete “hablar de todo”. En efecto, durante casi una hora y media, Jorge Sobisch no eludirá ninguna pregunta, aunque en ocasiones dejará en alguna respuesta un final abierto, como sus aspiraciones a ser nuevamente gobernador de la provincia. Dice que eso “no sería inteligente” porque hoy apuesta a la unidad del partido, pero cuesta creer que no intentará ir por una candidatura.
No se muestra arrepentido respecto a decisiones tomadas en su gobierno. Cuando se lo consulta sobre el hecho que marcó a fuego su última gestión, como fue la tragedia de Arroyito en la que resultó asesinado el maestro Carlos Fuentealba, se defiende. Asegura que él no ordenó desalojar la ruta, que se preparó un camino alternativo y que fueron los gremios quienes buscaron el enfrentamiento.
Lo mismo dirá respecto de la causa denominada zona liberada, por la que el TSJ habilitó la posibilidad de que pueda ser llevado a tribunales. Sostiene que “no hay fundamento jurídico” porque no existió una orden hacia los policías que declararon haber recibido directivas de no intervenir en ese conflicto de 2006, donde fueron agredidos docentes en una protesta en Plaza Huincul.
Además, analizará su aventura presidencial de 2007, el futuro del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y el suyo propio. “Cuando tengo el poder lo ejerzo y cuando no lo tengo no lo extraño”, advierte.
¿Cómo analiza la actualidad del MPN?
El partido está bien, sigue marcando la agenda política provincial, de esto no hay ninguna duda, y también para adentro. Cuando se analiza la vida política siempre aparece la figura del gobernador y la mía como presidente del partido. Hemos marcado una línea de trabajo fuerte que persiste en el tiempo y en mi caso en carácter de presidente yo sigo profundizando. No menos de tres veces por semana a la noche estoy en algún barrio de Neuquén y todos los fines de semana en algún lugar de la provincia haciendo política. Además, los días que no salgo tengo una actividad muy intensa en la Junta de Gobierno.
¿Con alguna expectativa hacia 2013 ó 2015?
La tarea nuestra pasa por fortalecer el partido, engrosar la masa de afiliados y darle un distintivo político que es estar en la agenda de la discusión. Y el otro objetivo es que el partido se mantenga cohesionado, de manera que cuando tengamos que participar en internas no se desarme la estructura partidaria. Este ha sido el secreto de la permanencia del MPN. Nosotros somos en Neuquén lo que ha sido el peronismo para la República Argentina.
¿Pero piensa en una candidatura a gobernador?
Por el momento sería poco inteligente si yo defino una candidatura cuando estoy trabajando para la unidad partidaria, tiraría por el piso lo que estoy haciendo. Esta etapa de mi vida es de construcción, la consecuencia de esto se verá en el tiempo, uno siempre tiene que estar preparado.
¿Cómo imagina entonces su futuro político?
Con expectativas.
¿De qué tipo?
Si uno está expectante nunca es para que le vaya mal, es porque tiene la idea de que le va a ir bien.
¿No me va a decir entonces si va a ser candidato?
Lo seguro es que no voy a volver a ser presidente del partido, estoy trabajando para la unidad, porque si me presentara para una interna quiero dejar un partido armado no puedo ser candidato. Esa etapa ya está cumplida y la voy a terminar cuando deje mi mandato.
¿Y después de eso?
Seguiré actuando en política. Lo voy a hacer hasta el día que me muera.
¿La última interna que perdió con el gobernador Sapag lo dejó herido?
No. Yo he ganado muchas elecciones y también he perdido. La primera que gané fue la de intendente de la ciudad pero después fui a la interna para ser reelecto, tenía un 70 por ciento de intención de voto por fuera del MPN y adentro perdí por un voto y me fui a mi casa. Eso me hizo pensar que tenía que ser candidato a gobernador y me consagré cuatro años después. Luego perdí una interna con Felipe Sapag, a los cuatro años fui gobernador nuevamente y después reelecto. En la etapa más dura de mi vida, descalificado por muchos sectores, gané la presidencia del partido y finalmente me presenté como precandidato a gobernador y perdí. Es una etapa más de mi vida política, obviamente me importa ganar pero no me deja secuelas perder.
En lo que tiene que ver con el poder, cuando lo tengo lo ejerzo y cuando no lo tengo no lo extraño. De manera que no me siento dolido ni triste cuando pierdo, tampoco me siento eufórico cuando gano, me reacomodo al momento que estoy viviendo
¿Qué opina de una eventual re-reelección de Sapag?
Hoy esto no existe ni políticamente ni técnicamente. Primero porque ni el gobernador ni la vice se han manifestado por esto, no hay definición, y técnicamente para existir debería haber un proyecto de ley para enmienda, y para una reforma de la Constitución habría que convocar a una asamblea constituyente. Ninguno de estos pasos se han dado con lo cual opinar a favor o en contra de algo que todavía no existe sería buscar una discusión donde no se debe dar y menos del lugar de presidente del MPN. Y, por otro lado, le abriría un campo de debate a nuestros adversarios, lo cual no me parece lógico.
¿Podría hoy el MPN llevar otra figura como candidato a gobernador?
El MPN tiene 100 mil afiliados. Yo vi todas las etapas del partido, cuando Felipe no pudo presentarse al segundo mandato apareció Pedro Salvatori, que no sólo ganó la provincia sino todos los municipios, un hecho inédito en el partido. Después aparecí yo, después me ganó Felipe, luego tuve dos mandatos y en la última perdí con Sapag. En todos esos períodos, especialmente desde la oposición, decían que no teníamos candidatos, que el partido se acababa, y sin embargo siempre ganamos. Estoy convencido que los partidos no se agotan con los hombres, cuando el partido está vertebrado en una figura como fue Alende en el Partido Intransigente o Alzogaray en la Ucedé desaparece, pero nosotros somos distintos. Tenemos 50 años de historia, tenemos nuestras peleas internas y eso nos ha ido consolidado, somos el único partido provincial en Latinoamérica que subsistió
Muchos sectores del MPN hablan de la necesidad de una refundación o de un tercer movimiento histórico, después de lo que fue el Felipismo y el Mapo. ¿Coincide con esto?
Los militantes del MPN están habilitados para pensar, actuar o construir escenarios posibles, pero refundar un partido que termina de ganar las últimas elecciones es pensar que nos fue mal y en realidad nos va bien. Insisto, seguimos marcando la agenda política, lo cual no quiere decir que distintos militantes del MPN quieran formar una nueva línea, eso está abierto para todos, el tiempo dirá cómo les va.
¿Quiroga es un serio oponente al MPN?
Ganó tres intendencias y tiene claras aspiraciones a gobernador, tiene sus méritos, pero nosotros debemos encontrar un discurso para que la gente vuelva a optar por el MPN, y no tengo dudas que lo vamos a lograr.
¿Conversa con Sapag de estos temas?
Hablo con él y con todo el arco político de la provincia.¿Qué imagen cree que la sociedad neuquina tiene de usted y de lo que fue su gobierno?
Yo ando por la calle y, salvo de parte de los gremios, lo que recibo es muestras de afecto, muchos me preguntan cuándo vuelvo, de manera que creo que no sufro una descalificación pública.
Y en lo que fue mi administración después de cinco años todavía no tengo ninguna denuncia sobre algún ilícito económico, se ha hablado mucho, de las bodegas por ejemplo, pero éstas crearon seis mil puestos de trabajo y según me dicen no hay atraso en las cuotas. Se han ganado premios internacionales. En mi gestión hemos construido escuelas a lo largo y ancho de la provincia, me fui del Gobierno construyendo siete hospitales, el autódromo de Centenario, el edificio de la Justicia, el acueducto Mari Menuco, los Barreales, todo está en marcha desde mi gestión. Y la gente lo recuerda bien eso.
Lo que pasa es que uno para administrar bien las cuentas y hacer obras tiene que ser severo con el control del presupuesto.
