El día de la inauguración asistió todo el pueblo, formando una larga fila de automóviles con la intención de cargar combustible.
Por Ana Laura Calducci
Neuquén > El departamento Catán Lil empezó el año
con una geografía distinta. Si bien el paisaje no varió y los caminos
siguen teniendo la misma extensión de siempre, la distancia entre cada
uno de los 15 poblados es ahora más corta, ya que los trámites
administrativos, la visita a los parientes o el trayecto de los alumnos
al colegio pesan menos en el bolsillo. Todo gracias a la reciente puesta
en marcha de una pequeña estación de combustible en Las Coloradas,
esperada hace décadas, que permitió reducir en un 30% el precio que
pagaban los lugareños para transportarse. (Ampliar en más información)“No hay dudas de que esto le cambió la forma de vivir a la gente; y la cambió porque antes todos iban a Zapala o a Junín de los Andes a cargar, viajando como 100 kilómetros, o tenían que pagar unos 9 pesos el litro a los que les revendían la nafta en bidones”, señaló José, uno de los cuatro flamantes playeros que se iniciaron en el oficio junto con la estación, el 18 de diciembre pasado.
A unos metros, compartiendo la breve sombra, lo escuchan con atención Lola y Clifford, los dos perros que duermen varias horas al día al pie del tanque de combustible. Infaltables en cualquier estación de servicio que se precie de tal, aun una de mínimas dimensiones, como la que estrenó en Las Coloradas.
A las 8, hora en que comienza la jornada de atención, el calor de enero brilla ya sobre el módulo azul, mientras el viento hace girar sonoramente las aspas del molino. El pueblo, despierto desde los primeros rayos, recibe de a poco a los visitantes de los parajes cercanos, que llegan a hacer sus compras o solucionar un trámite municipal. Sin prisa y sin pausa, los conductores desfilan frente al surtidor, felices de acceder a una nafta más barata y segura tras tantos años de promesas y tantos viajes costosamente largos con el bidón de repuesto en el baúl.
En la estación, los lugareños pagan 6,10 pesos por cada litro de nafta súper, lo que les permitió reducir en un tercio su gasto habitual en combustible. Son muchos los que tienen auto porque es la única forma de acceder a los servicios que presta la ciudad de Zapala o moverse entre la capital del departamento y cada uno de los 14 parajes desparramados por los 5 mil kilómetros cuadrados de Catan Lil. “En estos momentos, de a poco, se está enterando la gente del campo, que viene hasta el pueblo y se sorprende con alegría al ver la estación”, comentó José.
La demanda ronda los 25 autos por día, de domingo a domingo, durante las 10 horas de atención al público: de 8 a 13 y de 16 a 21. Los cuatro playeros, dos mujeres y dos varones, se reparten entre ambos turnos. Antes de que se instalara la estación, todos trabajaban como contratados municipales. Debieron cumplir con un curso intensivo de la escuela comercial de YPF para asegurar su designación.
Raquel Palavecino, compañera de turno de José, contó que nunca se hubiera imaginado que iba a trabajar en una estación de servicio dentro de su propia localidad. Relató que lo vive “como una experiencia muy linda, porque esta estación nos beneficia a todos y se notó el día que inauguramos, con el lugar lleno de autos esperando su combustible; todo el pueblo estuvo”. Añadió que “esta era una obra esperada para que Las Coloradas crezca. Es cierto que todavía queda lo del asfalto en las rutas, porque el camino por arriba y el de abajo todavía están difíciles para andar, pero esto seguro que va a ayudar al crecimiento del pueblo”.
Como confirmando sus palabras, a pocos metros de la estación, un grupo de operarios municipales trabaja en las bases de unas 20 viviendas sociales, parte de un plan habitacional para las nuevas familias de la localidad.
