Tobares: “Nunca resigné mi identidad partidaria”

Por Francisco Carnese

Neuquén > Alejado de la esfera pública en los últimos años, quien supo ser uno de los ministros con más alto perfil en la anterior gestión de gobierno de Jorge Sapag hoy quiere volver al ruedo. Lo hará con una precandidatura a senador nacional, la cual, aseguró, será a través del Movimiento Popular Neuquino, aunque no ocultó su acercamiento con dirigentes del kirchnerismo local.
En diálogo con este diario, Jorge Tobares se mostró muy crítico con las políticas del Ejecutivo provincial, en especial con lo relacionado a las negociaciones salariales entabladas con el gremio docente ATEN,  y planteó la necesidad de una renovación dentro de las filas del MPN, que termine en “un espacio superador con un consenso mayoritario que enamore a los neuquinos”.

¿Va a ser precandidato a senador? (Ampliar en más información)

Sí, estamos trabajando para participar tanto con las candidaturas a senadores como también con las de diputados de cara a las elecciones primarias de este año.

¿Por dentro del MPN? Muchos lo ubican fuera del partido y muy cercano a Nanci Parrilli.
Hemos trabajado varias cosas en común con Parrilli, pero lo hacemos recuperando esos valores que fueron fundantes del peronismo y que inspiraron a Felipe Sapag a construir esta herramienta tan importante que es el MPN. Nunca resigné mi identidad partidaria, aunque no abandono estos objetivos que son poner en valor la moral y la justicia social.
Somos un grupo de militantes, que a mediados de 2010 decidimos conformar un espacio propio dentro del MPN que lo denominamos Corriente Provincial y Popular.

¿Quiénes lo están acompañando en este espacio?
Intendentes, ex diputados nacionales y provinciales.

¿Se pueden conocer esos nombres?
Prefiero por el momento no dar nombres, pero sí puedo decir que hay un conjunto de hombres y mujeres que tienen experiencia en el campo sindical, empresarial, en movimientos sociales. Tenemos una integración heterogénea, con muchos jóvenes que son los que van a dinamizar este movimiento.
Uno de los déficits más importantes que presenta el MPN en los últimos años es la falta de renovación de cuadros, cuando antes era una de las fortalezas que teníamos como partido. Aunque esto no significa dejar de valorar el papel de los líderes, que se necesitan.
A partir de ahí comenzamos a trabajar en ir difundiendo a través del boca a boca y de reuniones en el interior de la provincia, tratando de conocer más en profundizar las realidades que se viven para ir moldeando un modelo alternativo para gobernar esta provincia, de crecimiento económico con inclusión y equidad. A partir de eso empezamos a analizar la cuestión pública provincial y las estrategias para poder sintetizar este modelo.
Debe haber una vocación de servicio clara de servir a los intereses del pueblo y eso se ha perdido en los últimos 15 años de vida partidaria, que se puso de manifiesto en la derrota electoral sufrida en el 74 por ciento de los municipios más importantes.
Lo que queremos es recrear los principios que le dieron vida y sustentabilidad a este partido en 50 años. Ya que entendemos que muchos de esos principios han sido abandonados.

¿Por este gobierno?
Abandonados por Sapag en el estilo de su gestión y en la etapa previa a Sapag también. El gobernador cuando llega al Ejecutivo lo hace con un mensaje de cambio positivo, que tenía relación con terminar con un proceso anterior que estaba agotado, no sólo en Neuquén sino en Argentina. Hablo de un proceso que generaba crispación, confrontación y fractura en la sociedad.

¿A qué se refiere?
Jorge Sobisch eligió en su momento a un adversario sintetizado en los gremios estatales. El programa de gobierno de Sapag se planteó como mucho más plural y participativo y por lo tanto nos pareció importante ser parte de ese proceso, que lo vimos como una reconstrucción del vínculo del gobierno con la sociedad civil. Era muy interesante y necesario. Pero esto terminó en declamaciones, comenzaron a aparecer contradicciones y se abandonaron los ejes de la gestión. Frente a la conflictividad social dejó de ser el diálogo la herramienta de articulación y solución. Por primera vez aparece un decreto para dar un aumento salarial a los docentes.

Ya se les había otorgado ese aumento a otros sectores del Estado. ¿No cree lógica la medida de dar ese incremento y, en todo caso, después seguir con las negociaciones?
Yo no cuestiono el incremento sino la metodología para otorgarlo, es una definición concreta de construcción. Por supuesto no compartimos la protesta porque se lesiona el derecho básico a la educación, pero entiendo que cuando la conflictividad abandona los marcos institucionales y se manifiesta en otras esferas, con medidas de acción directa como paros o cortes de rutas, evidentemente eso marca una precarización de la vida institucional de la democracia. Es necesario fortalecer las instituciones y en este caso puntual tiene que ser la vía institucional el medio para resolver el conflicto.
El gremio siempre lleva un planteo de máxima para llegar a un entendimiento de media. Hay que ver lo que se dispuso a nivel nacional. El Gobierno tiene que tener una política salarial que le permita al trabajador estatal conservar su poder adquisitivo. Yo no puedo limitarme a dar como respuesta que mi situación financiera no me permite dar un incremento mayor, el Estado tiene que generar las condiciones y los recursos con una política de previsibilidad. Este conflicto debe resolverse y se va a hacer cuando se ofrezca un incremento salarial por encima del acordado con los estatales.

¿Estas críticas que señala fueron las razones de su salida del Gobierno?
Yo entendí que mi participación en el gabinete estaba agotada, lo expliqué en mi renuncia. Interpreté que no era conveniente continuar, que había que oxigenar y permitirle al gobernador que él construya su equipo de trabajo. Yo vi contradicciones, falta de objetivos y lineamientos. Entiendo que un equipo de trabajo debe ser homogéneo, el gabinete no logró eso, con lo cual analicé que lo prudente era dar un paso al costado.