A muchos comerciantes se les va la mano con los alimentos - Piedra OnLine

InformaciĆ³n del Mundo

lunes, 13 de mayo de 2013

A muchos comerciantes se les va la mano con los alimentos


"¿Algo mĆ”s?", pregunta la seƱora que acaba de cortar 150 gramos de paleta con el mismo guante de plĆ”stico arrugado con el que recibiĆ³ y acomodĆ³ las fetas, abriĆ³ el cajĆ³n y tecleĆ³ el precio en la balanza. En un instante se lo quitarĆ” y lo guardarĆ” en un bolsillo del delantal para poder cobrar, pero espera la respuesta por si tiene que guardar la pieza de fiambre y tomar otra, siempre con el guante puesto.
El carnicero ni siquiera usa guante. Pica la carne y la envasa con la misma desnudez en sus dedos con la que enseguida manipula los billetes. Esa carne picada tendrĆ” que cocinarse bien porque idefectiblemente estarĆ” contaminada. (Ampliar en mĆ”s informaciĆ³n)


¿Y quĆ© decir del panadero que usa su saliva para separar el folex (la lĆ”mina de polietileno) sobre el que apoyarĆ” las facturas o el encargado de la mĆ”quina de cafĆ© de los bares que limpia el borde del pocillo con un trapo de dudosa higiene?
El barbijo que en muchas jurisdicciones es obligatorio para los que manipulan alimentos. Parece una exageraciĆ³n hasta que un brote de gripe extraƱa nos coloca en la realidad de que hay virus que pueden provocar la muerte.
Hacerlo bien
Los gobiernos nacional, provinciales y municipales tienen legislado desde los amplios procedimientos de manipulaciĆ³n de alimentos para la elaboraciĆ³n y venta de comida, hasta las indicaciones mĆ”s elementales y sencillas, pero casi no se cumplen y las sociedades han ido aceptando, sin saberlo y sin Ć”nimo de hacer valer sus derechos, procedimientos que significan riesgos, algunos pequeƱos y otros enormes.
EstƔ visto que con los controles municipales y las capacitaciones que se ofrecen (en algunas ciudades son obligatorias) no bastan para que los consumidores tengan garantƭas del estado de la mercaderƭa que estƔn comprando de buena fe.
El consumidor queda entonces expuesto al reclamo individual y aislado, que no siempre encuentra del otro lado la predisposiciĆ³n de ser atendido.
A la gente no le gusta que cualquiera le diga que estĆ” haciendo las cosas mal y menos cambiar procedimientos por ello. Es similar a la lucha contra la evasiĆ³n hormiga de los comerciantes que no entregan comprobante: es tan ingrato el reclamo como impredecible la reacciĆ³n del otro.
Debe ser sumamente engorroso cumplir con las mĆ­nimas precauciones para evitar la contaminaciĆ³n cuando los usos y las costumbres son mĆ”s sencillos, pero asĆ­ como se avanzĆ³ en otros aspectos que mejoraron la calidad de vida en nuestro paĆ­s, como el cigarrillo en los lugares pĆŗblicos o el consumo de alcohol entre automovilistas, se podrĆ­an dar pasos hacia adelante en la manipulaciĆ³n de alimentos. De a poco, pero hacia adelante
Pero para eso es indispensable que el Estado se comprometa y no deje al consumidor con la impotencia de tener que comerse el reclamo y los alimentos contaminados.
Agencia Cipolletti