Científica puntana desarrolló una crema que curaría la psoriasis - Piedra OnLine

Información del Mundo

miércoles, 19 de junio de 2013

Científica puntana desarrolló una crema que curaría la psoriasis


El ungüento contiene corteza de algarrobo. La científica aseguró que la ONU avala su tratamiento 


Uno no lo piensa mucho, pero cuando recibe los agradecimientos ahí cae y dice Dios, lo que hemos hecho, porque esto es sacar a la gente del infierno ya que nadie se acostumbra a vivir con psoriasis”. La frase es de María Diam, una doctora en biología radicada en Merlo hace siete años y que asegura haber dado un enorme paso para el beneficio de millones de personas al descubrir la cura de esta enfermedad inflamatoria de la piel que genera lesiones escamosas. 
La científica dice que los resultados de su tratamiento, que consiste en la aplicación de una crema que tiene entre sus componentes claves la corteza de algarrobo, han sido avalados por las Naciones Unidas. (Ampliar en más información)



Las investigaciones de Diam para solucionar la psoriasis se iniciaron hace veinte años y estuvieron impulsadas por una necesidad imperiosa, ya que ella misma sufría la enfermedad. 


“Descubrí el tratamiento en el 2004. Ahí empecé a ensayar con mi propio cuerpo. Después elegí a varios pacientes de México, Cuba, España e Israel, muchos de ellos profesionales como yo y se esperó por un período de tres años, pero la dolencia no regresó”, destacó. A partir de ahí la noticia comenzó a difundirse por el mundo y en el 2009 ya existía el consenso entre varios profesionales que la cura de la psoriasis había sido encontrada. 


El algarrobo, un árbol tan característico de la flora puntana, tuvo un papel trascendental en su estudio. “Su corteza fue clave, porque es lo que vacuna a la piel”, destacó Diam, nacida en Buenos Aires. El ungüento además posee otros componentes imprescindibles para su acción terapéutica, como aceite de cade (alquitrán farmacológico) y vitaminas. 


El tratamiento dura por lo general de tres a seis meses, aunque según la bióloga, en los casos en los que la dolencia no ha adquirido tanta intensidad sólo es necesario un mes de aplicación de la crema. 


“Después de finalizado el tratamiento, la psoriasis no vuelve más”, aseguró Diam. Para que la enfermedad no se manifieste otra vez, los pacientes deben seguir una dieta que no contenga chocolate, pescado, pimienta y cerveza. 


La difusión de la aparente cura ha hecho que actualmente arriben personas de todo el mundo al consultorio que la científica tiene en Merlo. “Por eso estamos levantando una clínica que nos está costando un montón. Yo no tengo ayuda y no la quiero tener tampoco, porque si la recibiera tengo que hacer concesiones. 


Buscamos hacer residencias. La gente llega envuelta en sábanas y necesitamos un par de días para estabilizarlos”, afirmó la bióloga, y agregó: “Yo le hago llegar el tratamiento gratuitamente a los que lo necesiten, algo que puedo hacer gracias a mi esfuerzo y a la de los pacientes que están sanos”. 


La provincia no sólo ha sido determinante en las investigaciones de Diam por la excelente calidad farmacológica que tiene la corteza de algarrobo que crece en la zona de Merlo, sino también porque le ha brindado a la científica un ámbito para desarrollar su trabajo con tranquilidad. 


“En San Luis me siento cuidada y trabajo con total libertad, sin tener que preocuparme que me puedan hacer algo. Las únicas amenazas las recibo por mail y provienen de los laboratorios y de las asociaciones de psoriasis, que dejarían de recibir grandes subsidios si esto tiene cura”, afirmó y señaló que ella no podría haber concretado sus investigaciones si se hubiera quedado en Buenos Aires porque allí hay muchos intereses para sostener los tratamientos convencionales. 


“Para muchos soy un enemigo en potencia. La cura de la psoriasis termina con el gran negocio de los corticoides, en donde hay pacientes que todos los meses deben comprar la crema y la pastilla, un comercio que es aún más grande que el dinero que mueve la cocaína”, afirmó Diam. 


Más allá de los contratiempos, la bióloga siente una gran felicidad por poder aliviar a los que padecen psoriasis. “Por la picazón, las noches de un paciente que sufre esta enfermedad son desesperantes”, señaló. En el mundo se estima que hay 200 millones de personas que sufren la dolencia. 


La investigación de Diam puede beneficiar el destino de millones de personas, aunque ella siempre supo que el suyo estaba en San Luis. “Vine a Merlo cuando tenía doce años, ya hace 38 años. Siendo tan chica yo dije que iba a venir a criar mis hijos acá”, afirmó. 


Fuente: El Diario de la Republica