“Si a mi me sacan la política me agarra una depresión que me muero al otro día”, confiesa Jorge Sobisch, al ratificar que no participará en estas internas partidarias del 24 de agosto pero que después de ese proceso volverá al ruedo. En ese contexto, da a entender que por su cabeza pasa una posible candidatura a gobernador en 2015.
El ex mandatario provincial afirma que se sacó un peso de encima con la absolución en el juicio por la causa de la “Zona liberada”, asegura que la gente lo saluda por la calle y que su único problema es con los gremios estatales.
El ex mandatario provincial afirma que se sacó un peso de encima con la absolución en el juicio por la causa de la “Zona liberada”, asegura que la gente lo saluda por la calle y que su único problema es con los gremios estatales.
¿Siente que fracasó en la idea de que haya un consenso en el MPN?
No, porque si se hubiera arribado a un consenso tampoco lo sentiría como un triunfo. En el partido han existido consecuencias buenas y malas, tanto de las internas como de los consensos. Lo que me parece es que Neuquén está viviendo un momento muy particular, se están definiendo cosas muy pesadas para el desarrollo de los próximos 50 años. Y los dos actores en esta discusión son Guillermo Pereyra y el gobernador Jorge Sapag. Lo que yo traté de expresar es que se buscara una fortaleza desde lo partidario, tendiendo en cuenta que yo pasé por esta situación con el gobierno nacional cuando fui gobernador, y ahora estaba el componente de que si los dos hombres que hoy son más importantes se ponen de acuerdo, pesarían mucho más en la discusión por la ley petrolera. Por eso pensé en parar la pelota y posponer lo partidario, bueno, no se dio, lo que yo aspiro es que ahora no se produzca ningún quiebre.
No, porque si se hubiera arribado a un consenso tampoco lo sentiría como un triunfo. En el partido han existido consecuencias buenas y malas, tanto de las internas como de los consensos. Lo que me parece es que Neuquén está viviendo un momento muy particular, se están definiendo cosas muy pesadas para el desarrollo de los próximos 50 años. Y los dos actores en esta discusión son Guillermo Pereyra y el gobernador Jorge Sapag. Lo que yo traté de expresar es que se buscara una fortaleza desde lo partidario, tendiendo en cuenta que yo pasé por esta situación con el gobierno nacional cuando fui gobernador, y ahora estaba el componente de que si los dos hombres que hoy son más importantes se ponen de acuerdo, pesarían mucho más en la discusión por la ley petrolera. Por eso pensé en parar la pelota y posponer lo partidario, bueno, no se dio, lo que yo aspiro es que ahora no se produzca ningún quiebre.
¿Es lo que aspira que suceda o eso es lo que cree que va a pasar? Porque las PASO fueron internas muy agresivas…
Los intereses superiores que ellos representan hoy los van a hacer poner de acuerdo. La importancia de la discusión hace que vayan en paralelo y que las cosas en que existan diferencias seguramente quedarán para después. Tiene que ver con el sentido común.
¿Qué lugar ocupa hoy el sobischismo en el MPN?
Estamos en el lugar que elegimos. Muchos se fueron con Pereyra y otros con Sapag. Somos como el peronismo, donde está el poder allí está el MPN, es parte de nuestra formación política. Y no me siento mal por eso.
Pero hay algunos nombres que llaman la atención que se hayan ido de su lado, como por ejemplo Gloria Sifuentes o en Manuel Gschwind, que podrían ser catalogados de ultrasobischistas.
Sifuentes habló conmigo, me dijo que quería trabajar en una de las dos líneas y yo le dije que me parecía bien. Yo liberé.
¿No lo ve como una traición?
De ninguna manera, Gloria habló conmigo, otros no. Pero si (Jorge) Lara, por ejemplo, me hubiera consultado también le hubiera dicho que sí ¿Quién soy yo para impedirlo? Cada uno sabe si el escenario que eligió es el mejor, lo mismo que Manuel. Obviamente, después de las internas la línea Blanca saldrá a trabajar, los convocaremos y ellos decidirán. En esta no vamos a participar pero en la próxima elección seguro que sí.
¿Quiere volver a ser gobernador?
El tiempo lo dirá.
¿Entonces no lo descarta?
Yo voy a trabajar en política fuertemente. A esta altura de mi vida creo haber aprendido a leer cuándo uno tiene consenso y cuándo no lo tiene.
¿Y hoy que le dice esa lectura?
Yo estoy bien, he recuperado muchísimo. Con mucho esfuerzo me saqué la última mochila que me quedaba (en referencia al juicio por la “Zona liberada”), gané todos los juicios que me hicieron, no tengo una sola causa por corrupción; así que sacada esa mochila que mencioné, vuelvo a trabajar en política, aunque nunca abandoné las reuniones, el ir todas las noches a una casa distinta. Si a mí me sacan la política, me agarra una depresión que me muero al otro día.
Va a trabajar entonces para la de gobernador, porque la próxima elección es esa.
Las candidaturas se construyen; eso lo dirá el tiempo. Hoy no puedo decir que estoy trabajando para ser gobernador porque si hago una declaración de esa naturaleza me inhabilito para ser presidente de la junta electoral y quiero terminar mi trabajo de manera prolija. Sí puedo decir que una vez terminado esto voy a participar intensamente en política, pero más allá de una candidatura. Quiero reencontrarme con la gente a la que le debo una respuesta. Para mí y mi familia fueron muy duros estos años, con persecuciones casi salvajes.
¿Qué cree que la gente en general piensa sobre usted y su figura política?
Yo voy al supermercado, a un restaurante, a un kiosco...
¿No sufrió episodios complicados en algún caso?
No, salvo que me cruce con alguien de ATEN o ATE, con la gente común nunca tuve un problema.
¿Puede caminar por la Avenida Argentina sin problemas?
Sí, salvo que me cruce con alguna persona de algún gremio. Los demás me paran, me preguntan cuándo vuelvo, si me voy a presentar de candidato.
¿Y usted que les contesta?
(Se ríe) lo mismo que le digo a usted, lo estoy pensando.
A casi cinco años
La relación con su familia, el conflicto con ATEN y el suicidio de su mujer
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Durante la entrevista, Sobisch nombra varias veces a su familia y recuerda a su mujer, Liliana Planas, quien se suicidó en diciembre de 2009. “Ella no aguantó la presión, un grupo de ATEN la atacó una vez en la calle, estuvo un año sin salir de mi casa por ataques de pánico y no se pudo recuperar nunca, fue muy duro para nosotros. Hicimos una reunión con mis hijos después de lo que pasó y tomamos la decisión de que el mejor homenaje sería perdonar a los que la agredieron”, señaló.
Consultado respecto de si fue el único motivo, dado que se comentaba que en ese entonces él y su mujer estaban distanciados, el ex gobernador reconoció esta situación, aunque advirtió: “Nos veíamos todos los días”. “Ella estaba pintando ese cuadro (muestra una pintura que está en un atril, ubicado en un rincón de la oficina que tiene en su imprenta), que me llama siempre la atención porque es un cuadro alegre. No se condice con la dura situación personal que estaba viviendo”, indicó.
Consultado respecto de si fue el único motivo, dado que se comentaba que en ese entonces él y su mujer estaban distanciados, el ex gobernador reconoció esta situación, aunque advirtió: “Nos veíamos todos los días”. “Ella estaba pintando ese cuadro (muestra una pintura que está en un atril, ubicado en un rincón de la oficina que tiene en su imprenta), que me llama siempre la atención porque es un cuadro alegre. No se condice con la dura situación personal que estaba viviendo”, indicó.