El senador del Movimiento Popular Neuquino, Guillermo Pereyra, rechazó hoy el proyecto del oficialismo de reforma de la ley de Hidrocarburos y reiteró que el respaldo dado por los gobernadores de las provincias petroleras se debió a que estuvieron "muy presionados" por la renegociación de las deudas con el Estado Nacional.
Pereyra vaticinó que en la Patagonia se avecina "un gran conflicto social" si no se resuelve la cuestión del impuesto a las ganancias para los trabajadores del sector petrolero.
"Comparto que hubo una fuerte presión a los gobernadores para que lo firmaran (el acuerdo con la Nación por la ley), estaban muy presionado si no firmaban no podían renegociar la deuda pública", aseguró Pereyra y añadió que "por eso estos mismos gobernadores nos han hablado a los senadores para ver si podíamos hacer algún tipo de modificación. Lo intentamos pero no lo hemos logrado".
Antes, había indicado que los mandatarios provinciales "no estuvieron de acuerdo" con el primer ni con el segundo borrador de la norma propuesta.
Pereyra, también jefe del sindicato de petroleros privados de Neuquén, apuntó que la iniciativa "consolida la posición dominante y abusiva de YPF" y que "está hecha a la medida de YPF y no es competitiva para el resto de las empresas".
También, expresó desconfianza sobre el cumplimiento del Estado Nacional al indicar que "en Neuquén tenemos una experiencia amarga que es el acuerdo Chevron-YPF, cuando el gobierno se comprometió a una inversión de mil millones de pesos en infraestructura. Lo estamos esperando hace un año", arremetió.
Y dijo que "la provincia viene reclamando desde 2013 el pago de impuestos a YPF, que paga bajo protesta a valores mucho mas bajos por este concepto", al tiempo que indicó que se trata de "un proyecto de notable improvisación" que modifica "los roles y facultades de la provincias".
Además, dijo que la norma "colisiona con la Constitución de la provincia del Neuquén cuando habla que todo funcionario provincial está obligado a actuar en defensa de la autonomía de los derechos e intereses de la provincia".
Luego, pareció asumir su rol de dirigente sindical del sector al sostener que "el trabajador petrolero no gana bien" y aunque dijo que al quienes llegan a tener ingresos de "50 mil ó 60 mil pesos, 30 mil un peón boca de pozo", recordó que eso es resultado de jornadas de trabajo de "doce horas, con horas extras" y que por los llamados "servicios especiales" llegan a redondear "250 horas extras por mes".
Y advirtió que "con esto llegan a las sumas dichas, pero el 35 por ciento directo se lo lleva el impuesto a las Ganancias", para luego alertar que en el sur del país "hay un clima de conflicto latente, reclaman a sus dirigentes medidas de acción, quieren ir a la pelea, ya no quieren hacer horas extras porque se las lleva el Estado".
"Somos el dique de contención, los dirigentes, al gran conflicto que se está viniendo en el Sur", alertó.
DyN.-
