En una entrevista que concedió en exclusiva el martes para Radio-Canada declaró: «No creo que exista un gran interés por desarrollar este recurso a nivel económico o financiero. En cualquier caso, no tiene aceptación social. Si ningún segmento de la población aprueba esta práctica, no veo por qué deberíamos desarrollarla».
Couillard estuvo a punto de exigir una ampliación de la prohibición sobre fracturación hidráulica o fracking, que consiste en inyectar un cóctel de agua, arena y sustancias químicas en el subsuelo a muy alta presión para fracturar las formaciones rocosas y extraer gas natural o petróleo.
El año pasado, el gobierno del Parti Québécois (Partido quebequés) impuso una prohibición de cinco años sobre el fracking en la zona de St. Lawrence Lowlands, región que se encuentra entre Montreal y la ciudad de Quebec y con una población de unos 2 millones de habitantes. Sin embargo, dicho gobierno fue criticado más tarde por ofrecer 115 millones de dólares a dos empresas energéticas para que llevaran a cabo estudios exploratorios en la isla Anticosti como preludio a la fracturación hidráulica para la extracción de petróleo.
Tras seis años de debate sobre las ventajas y riesgos del fracking, la Oficina de Asesoramiento Medioambiental de Quebec publicó un informe que demostró que el desarrollo del gas esquisto en la región que va desde Montreal hasta la ciudad de Quebec no merecería la pena.
La Oficina de Audiencias Públicas Medioambientales (BAPE, en sus siglas en francés) advirtió de la «magnitud de los efectos potenciales relacionados con la industria del gas esquisto en una zona tan poblada y sensible como la de St. Lawrence Lowlands».
Entre los posibles riesgos, la BAPE indicó que las actividades derivadas del gas esquisto podrían contaminar el aire, incrementar las emisiones de gases invernadero hasta un 23 % y dañar el paisaje. El informe también destacaba la falta de consenso en cuanto al fracking.
«No se ha demostrado que la exploración y extracción de gas esquisto en la zona de St. Lawrence Lowlands con la técnica de fracturación resulte ventajosa para Quebec», concluía la BAPE.
En mayo, el gobierno de Couillard anunció que se realizaría una evaluación medioambiental de los depósitos de petróleo y gas antes de discutir la legislación sobre hidrocarburos el próximo año.
El ministro de recursos naturales Pierre Arcand reconoció en su momento que el fracking no había superado la prueba de aceptación social.
La asociación quebequesa de lucha contra la contaminación atmosférica afirmó que la BAPE rebate la afirmación de los defensores del fracking de que la extracción del gas esquisto sea segura. El gobierno tiene ahora en su poder toda la información que necesita para prohibir el fracking en su territorio, según afirmó la asociación medioambiental.
La Asociación de Petróleo y Gas de Quebec se negó a hacer comentarios antes de ver la entrevista, que se emitió a las 6 de la tarde en Radio-Canada.
La asociación de productores de petróleo puso en entredicho las predicciones económicas negativas de la BAPE sobre el fracking en Quebec.
El lunes afirmaron en un comunicado: «No creemos que la BAPE cuente con la experiencia para llegar a unas conclusiones tan rápidamente».
Traducción del artículo "Couillard rules out fracking" publicado el 16 de diciembre en Montreal Gazette.
realizada por Cristina López López, miembro de Traductores/as en Acción, la red de traductoras/es e intérpretes voluntarios/as de Ecologistas en Acción