Por Roberto Aguirre robertoaguirre@rionegro.com.ar
NEUQUÉN (AN).- La ruptura de El Chocón siempre despertó fantasías entre los valletanos. Sin embargo, si la "tormenta perfecta" llegara algún día, no vendrá por río Limay sino por el Neuquén.
El indómito río esconde en su turbulento y opaco curso el germen de una tragedia que podría dejar bajo agua una decena de ciudades desde Añelo hasta Villa Regina y provocar daños inmediatos por más de 32.000 millones de pesos. También obligaría a evacuar a unas 214.000 personas.
Claro que se trata de una posibilidad remota. Para que esto ocurra, el río debería protagonizar su máxima crecida probable, calculada en unos 25.070 metros cúbicos por segundo. Con ese caudal, podrían llenarse 60 piletas olímpicas en un minuto.
La violenta masa de agua rompería el dique Portezuelo Grande y también el compensador de El Chañar. Se inundaría así todo el valle del río Neuquén y también el del río Negro.
Aunque hay pocas chances de que esto ocurra, es una posibilidad concreta que no debe pasarse por alto. El tema volvió a preocupar a las autoridades luego de las crecidas de 2006 y 2008. Ambas dejaron al pueblo de Sauzal Bonito bajo el agua y la segunda estuvo a punto de superar la cota de Portezuelo, que sólo soporta 11.500 metros cúbicos por segundo.
Para el gobierno neuquino, la única posibilidad de contener esa tragedia latente es la construcción de Chihuido, río arriba del Neuquén. Hasta la Justicia intervino para obligar a realizar las medidas de seguridad pertinentes.
Mientras tanto, sólo queda intentar medir el daño que esa crecida máxima podría provocar a la región. Para eso, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) realizó un profundo estudio que arroja algunos números que asustan.
Actualizado a valores del 2015 mediante el índice de precios provincial, el daño inmediato de esta tormenta perfecta alcanzaría los 32.212 millones de pesos. De ellos, 1.100 millones representan casas y galpones. Según el estudio, el agua dejaría inhabitables 54.000 viviendas urbanas.
Como Neuquén y Centenario (salvo el casco viejo) están protegidas por la barda, el mayor impacto lo padecerán Cipolletti, Cinco Saltos y Fernández Oro. El agua podría llegar hasta la zona urbana de Villa Regina.
Reparar las rutas, caminos, calles y puentes obligarían a desembolsar unos 5.000 millones de pesos. La infraestructura en el valle del Neuquén y Río Negro quedaría destruida.
En términos económicos, el impacto más grande sería la pérdida de la cosecha cifrada en 4.500 millones de pesos. La inundación destruiría 406.000 hectáreas de frutales y viñedos en Río Negro y 50.000 en Neuquén. Pero la afectación de canales de riego y acequias paralizarían la actividad por unos seis años, provocando pérdidas por 122.000 millones de pesos, una cifra astronómica, algo así como tres presupuestos de Neuquén y Río Negro en conjunto.
