La idea la presentó al municipio un arquitecto. Tomó el modelo de otras ciudades y definió una traza que llega hasta los kilómetros.
Un proyecto para instalar en esta ciudad un servicio de tranvías que se podría complementar con otros medios de transporte y el uso de automóviles llegó hace algunas semanas al despacho del intendente Gustavo Gennuso y también fue recibido por el gobierno provincial.
El impulsor de la idea es el arquitecto, Raúl Martiniau, quien tuvo a su cargo la secretaría de Obras y Servicios Públicos del municipio en la gestión de Alberto Icare y la subsecretaría de Gestión Urbana durante la intendencia de Omar Goye.
Martiniau dijo que es un trabajo que se puede afinar y perfeccionar, pero que en esencia apunta a instalar un medio de transporte eléctrico, con tecnologías que se utilizan hoy en muchas ciudades del mundo, donde también se lo denomina “tren-tram” o “metro ligero”. Los vehículos circulan sobre rieles, en un carril propio que -cuando no pasa el tranvía- puede ser empleado por los automóviles, aunque con prohibición absoluta de estacionamiento. Dijo que en las avenidas Bustillo y Pioneros se podría destinar la banquina sur, tal como aparece en los modelos digitales que agregó a su carpeta. Martiniau admitió que la iniciativa puede sonar irrealizable, pero consideró que es un buen momento para plantearla, porque está en pleno debate la continuidad del servicio de transporte urbano -con una licitación fracasada de por medio- y la necesidad de que el tema sea abordado a fondo desde los organismos de planificación urbana.
Además de proponer un nuevo tipo de vehículo, el proyectista evaluó las “áreas de concentración de flujos” en la actual demanda de transporte en Bariloche, con miles de personas que viajan a diario a sus lugares de trabajo o estudio, y señaló la necesidad de construir una primera “central de transferencia”, que estaría ubicada en Miramar y Juan Herman
Desde allí, un eje (o ruta de tranvías) continuaría por calle Beschtedt hasta el centro, con ramales transversales en Brown y Anasagasti.
Otro ramal urbano correría a lo largo de 9 de Julio y habría también una línea hacia el este, con centro de transferencia en la central de ómnibus y otra más hacia el oeste, con conexión hasta el lago Gutiérrez. Para esta última Martiniau sugirió una subcentral o nodo de transferencia que podría estar ubicado junto al futuro centro de radioterapias que se construye en el Centro Atómico.
Dijo que ya había presentado la idea al ex intendente Goye y hace poco se la aportó a Gennuso. “El gobierno provincial también la tiene”, aseguró el arquitecto.
Los tranvías serían articulados, accesibles para personas con discapacidad y con una capacidad de 300 pasajeros por módulo, aunque existen diseños más chicos.
El modelo propuesto no elimina del todo el colectivo tradicional, sino que prevé establecer centros barriales de trasbordo, donde el tranvía combine con transportes por ómnibus que “reciban o distribuyan usuarios en esos sectores”. Según Martiniau, esas postas de transferencia también deberían tener estacionamientos suficientes para que vecinos de barrios alejados puedan dejar sus autos y luego viajar al centro en tranvía.
Subrayó que al emplear energía eléctrica se trata de un servicio “sin contaminación ambiental y con menor gasto de mantenimiento”.
Martiniau refirió que hasta ahora todos los que la conocen “han dicho ´qué linda idea´, pero no pasa de ahí”. Consideró que tarde o temprano Bariloche deberá tener una reforma integral de su sistema de transporte orientada a ofrecer combinaciones y recorridos cortos, “que es lo que se utiliza en todo el mundo”.