Humberto Gustavo ZappalĆ”*
A travĆ©s de los medios, vemos a personas que se han propuesto, a toda costa, cambiar la forma de comunicarnos por escrito y oralmente, bajo el tĆtulo de “lenguaje inclusivo”, porque segĆŗn estos “teĆ³ricos” hay palabras que “discriminan”, sobre todo al sexo femenino.
La lengua, como una actividad social, nunca fue creada para discriminar, todo lo contrario.
Veamos los siguientes ejemplos para darnos cuenta de que no siempre las vocales “a” y “o” determinan el sexo femenino o masculino.
• La pedrerĆa de la condesa fue robada anoche en el hotel.
• El pedrerĆo en el rĆo no me permitiĆ³ caminar tranquilamente.
Como se ve, la diferencia que distingue a ambos sustantivos colectivos es un cambio vocĆ”lico, la “a” por “o”. Solamente a un defensor de esta nueva corriente a la que denomino “dialecto doctrinario” se le ocurrirĆa teorizar sobre el sexo de “pedrerĆa” (Ć³rganos sexuales femeninos) y pedrerĆo (Ć³rganos sexuales masculinos).
El cambio de ambas vocales nos remite a dos referentes totalmente diferentes.
El primero (a) se refiere a piedras con un alto valor econĆ³mico, sentimental, y el segundo (o) a piedras comunes, como las que existen en todo el planeta. Lo mismo sucede con las siguientes palabras: jarro, jarra, cuchillo y cuchilla.
Los “teĆ³ricos” de esta “nueva corriente” pretenden utilizar el adoctrinamiento hasta para cambiar la lengua.
Lo que desconocen es que el castellano y todas las demƔs van mudando lentamente, como todo proceso.
Siempre las transformaciones normativas estĆ”n sujetas al uso de la lengua a travĆ©s del tiempo, por lo tanto, no podemos aceptar una modificaciĆ³n en la forma de comunicarnos o de escribir, por “decreto”.
Como dato ilustrativo darƩ dos ejemplos en dos lenguas muy relacionadas con la nuestra.
En el portuguĆ©s el sustantivo puente, o sea “ponte”, es femenino; y en el italiano el sustantivo abogado, “avvocato”, se aplica en ambos gĆ©neros. (1)
Tengo entendido que en Brasil, Portugal e Italia no se han generado similares reclamos sobre el uso de la lengua.
Posiblemente estĆ©n tratando problemas fundamentales en sus respectivos paĆses y no como nosotros, que nos preocupamos por nimiedades.
Espero que este “dialecto doctrinario” no afecte a las matemĆ”ticas; si asĆ fuera, las sumas de los nĆŗmeros naturales se leerĆan de la siguiente manera:
2 (des) + 2 (des) = 4 (cuatre)
Deseo que esta “nueva teorĆa” no se transforme en una norma porque, si asĆ sucediera, tendrĆ© que deshacerme de los libros y revistas escritos en un castellano que muy pronto serĆ” arcaico.
(1) Normativas de la Lengua Portuguesa. Diccionario EspaƱol-Italiano/Italiano-EspaƱol. OcƩano/Hoepli
*Profesor en Letras, UNC