Don´t Cry For My La France.- - Piedra OnLine

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viernes, 18 de junio de 2010

Don´t Cry For My La France.-


No llores por mí Francia
Higuaín cumplió su sueño con la celeste y blanca, a la que apostó cuando los franceses querían llevárselo para su Selección. Los Bleus quedaron complicadísimos el mismo día en que el Pipita se hizo héroe.
Sudáfrica > Su apuesta por la camiseta argentina al fin le trajo recompensa. Gonzalo Higuaín se reencontró con el gol ante Corea del Sur y con un triplete se convirtió en la figura de la selección de Diego Maradona. Atrás quedaron los nervios y la decepción de su debut en el Mundial de Sudáfrica, después de que el Pipita encontrara en Lionel Messi, Ángel Di María y Sergio Agüero a sus mejores socios para perforar la valla coreana.
Con dos goles de cabeza y un rebote con el arco libre, Higuaín subió al pedestal de los héroes en un partido que llegó a complicarse con el 2-1, ya que los coreanos habían recuperado la confianza en sí mismos. Pero el Pipita obedeció a Maradona, no perdonó más y logró cambiar la historia.
Higuaín puede gritar ahora tanta emoción contenida en los últimos tiempos. El llamado de Maradona a la selección tras una brillante temporada en el Real Madrid, ser el escolta del mejor jugador del mundo en la tabla de goleadores de la competitiva liga española y la renovación de su contrato con el club blanco. A todo eso le sumó el "hat-trick" que hizo estallar de celeste blanco el estadio Soccer City de Johannesburgo. Es el cuarto de Argentina en su historia mundialista. Antes ya lo habían logrado Guillermo Stabile, en 1930, y Gabriel Batistuta, en 1994 y 1998. El Bati pasó por la concentración el martes y le dejó el legado a Higuaín. "Me pasó un poquito de esa fortuna", dijo el ex River.
El abrazo con Maradona al salir del campo, reemplazado por Mario Bolatti, fue muy distinto del que recibió el sábado. El Diez lo alzó un instante que pareció infinito y le agradeció el resultado que dejó a la Argentina a un paso de la clasificación. El sábado, el abrazo había sido para reconfortarlo y renovarle toda su confianza en esa derecha infalible que había sido frenada por los nervios y el arquero nigeriano.
"Cuando salí, me vino bien ese abrazo, me dio mucha fuerza. Y espero que en el próximo pueda convertir", deseó horas después del partido. Su sueño se hizo realidad ayer, a fuerza de trabajo y esfuerzo, como logró también llegar a ser titular en el Real, desplazando a jugadores de la talla de Raúl, Ruud van Nistelrooy y Karim Benzema, y a ganarse un lugar en la albiceleste pese a que sólo en la recta final de las Eliminatorias Diego se rindió ante los goles que cada fin de semana metía en el Merengue.
"Mirá dónde estoy", expresó Higuaín al llegar a Sudáfrica. Ahora está en lo más alto de la tabla de goleadores del Mundial. "La verdad que estoy muy contento, es un triunfo importantísimo, estamos prácticamente clasificados", comentó tras ser elegido el jugador del partido. Una distinción que la FIFA hace en esta Copa del Mundo a través de internet y que suele premiar al que hace el gol decisivo. Ayer no tenía chances de ganarlo otro jugador.
"El balance es positivo, hicimos un gran partido en todos los aspectos, por ahí el gol nos puso en aprietos, pero sabíamos que jugando como en el primer tiempo iban a aparecer las situaciones", contó el delantero, quien remarcó que el descuento del equipo coreano "fue duro" y destacó que "supimos manejar el partido, tuvimos mucha posesión y pudimos concretar las situaciones".
Sin molestias y con el arco abierto, Higuaín quiere estar el martes ante Grecia pero aclaró que "esa decisión es del entrenador, camos a ver qué sucede. Somos una gran selección y hay muchos que pueden jugar". Y reclamó calma. "Se vio con el partido de España que puede pasar cualquier cosa".

Un idilio que crece en sudáfrica

Johannesburgo, Sudáfrica > Hechizados por la magia de Messi, cerca de 20.000 hinchas argentinos junto a miles de sudafricanos impulsaron a la Selección hacia el triunfo en el imponente estadio Soccer City de Johannesburgo. El juego de toque y posesión que exhibió desde el primer minuto de partido, con Messi, Tevez y Di María, elevó hasta lo más alto la ilusión de los miles de hinchas de la celeste y blanca que con su aliento hicieron que el inmenso estadio sudafricano, con capacidad para 94.700 personas, pareciera una cancha local. La Pulga sacó chapa de campeón y fue el líder de un equipo que sobre la recta final se acrecentó con los goles del Pipita Higuaín. "Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, con en el 86" coreaba la tribuna celeste y blanca. Al igual en el debut ante Nigeria, los simpatizantes argentinos montaron una fiesta, a la que se sumó buena parte del público local, que aportó sus tradicionales vuvuzelas y se enganchó con las canciones, que sonaban con acento criollo. No faltaron los barrabravas de grupos enfrentados, que estaban ubicados en lados opuestos de la cancha. Las butacas naranjas del Soccer City comenzaron a llenarse desde temprano y a la hora señalada ya eran prácticamente un cielo celeste y blanco, salvo por dos grandes banderas de Corea del Sur desplegadas cuando se escuchó el himno del país asiático. El color de los hinchas argentinos aportó al duelo mundialista una mística inconfundible. Cuando el himno comenzó a sonar, los jugadores dieron paso a la hinchada, marcando un momento especial. Era solo el comienzo de un idilio. La selección mostró carácter, un juego vertiginoso y variantes que alimentan el sueño de una Argentina campeona del Mundo.

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